Mario E. Fumero

Varios estados se encuentran al borde de la quiebra económica. Podemos afirmar que la deuda externa y la falta de solvencia económica tiene en aprietos a España, Grecia, Estados Unidos y tristemente a Honduras.

Quiero razonar sobre el abismo fiscal de España, y compararlo con la realidad nacional, Honduras. España alcanza un 26% de desempleo, y en la juventud sobrepasa el 50%. Su insolvencia le ha llevado a tener que hacer los ajustas más grande en su historia democrática, y aunque no ha dejado de pagar los salarios y dar la ayuda social a los desempleados, ha tenido que hacer ajustes muy duros para el pueblo español. Entre estos ajustes figura el despido de personal y reducción del estado, los recortes a las prestaciones sociales, la supresión de los aguinaldos y aumentos salariales, y el recorte de los sueldos a todos los empleados públicos, medidas está muy impopulares. Actualmente España supera a Grecia en su crisis financiera, y ha tenido que pedir rescate al resto de los países que forman la Comunidad Económica Europea.

La crisis de España viene del gobierno socialista de Zapatero, y exploto por una burbuja inmobiliaria que estallo, pues su prosperidad fue tan grande, que derrocharon más de lo que debía, y el gobierno se convirtió en un estado paternalista. Los ajustes hecho por el gobierno Popular han sido tan drásticos, que el país vive en una convulsión social tremenda. Imagínense que muchos pierden sus casas, pero conservan las deudas de las mismas.

En Honduras estamos en cierto sentido peor que España, porque tristemente el Estado no tiene recursos para pagar los salarios a los empleados públicos, aunque no ha reducido algunas prestaciones, como tampoco ha realizado recortes drásticos a los que más ganan. La crisis en Honduras no tiene que ver con una burbuja mobiliaria, sino con un deterioro lento, pero creciente, de unas políticas erráticas en lo económico que data de los últimos 8 años. Las crisis institucionales y el fortalecimiento de un Estado paternalista nos ha conducido a la realidad actual. Aumentan los gastos, bajan los ingresos, disminuye la producción y viene el colapso. La economía es un circulo. Si no produzco, no hay circulante, si no hay circulante no hay venta, si no hay venta no hay producción, si no hay producción, hay desempleo.

Las cifras de la crisis son escalofriante. El desempleo en Honduras sobrepasa el 35%, y en la juventud llega al 60%. Honduras es un país joven, ventaja esta que no tiene España, en donde su población está envejeciendo. Sin embargo la falta de empleo en la juventud es la causante de que se prolifere el robo, el asalto y el narcotráfico, y por ende, la delincuencia. Estamos atrapado en un círculo vicioso que debemos romper, y para ello se necesitan medidas que tristemente serán impopulares.

Entre las medidas que debemos tomar, la más importante es la dada por el Apóstol San Pablo a los Corintios, cuando recomendó que «no debamos a nadie nada». Las deudas, con sus intereses, nos esclavizan y empobrecen.  Después debemos reducir o simplificar el  Estado, y apoyar el crecimiento de la economía privada, pero con leyes justas. Un Estado paternalista es un Estado quebrado. Debemos despolitizar todos los entes autónomos. Erradicar el paracaidismo y el chamberismo, lo cual le consume al gobierno los pocos recursos que tiene para el desarrollo social. Otro factor tiene al gobierno quebrado es la corrupción. Esta equivale a un cáncer que carcome toda su economía: fraude, chantaje, soborno, robo, evasión de impuesto, tráfico de influencia, engaño etc…

Si no hacemos algo pronto, terminaremos tan quebrados, que necesitaremos muchas generaciones para poder levantar de nuevo la economía nacional, y nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, pagaran las consecuencia. Con la ayuda de Dios y una política coherente, podremos salir del hoyo en el cual nos encontramos. Espero que así sea.

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