Mario E.  Fumero

Uno de los males más grande que tenemos en nuestra sociedad es la impunidad. Se entiende por impunidad el hecho de que el crimen y el sicariato se proliferan sin que se pueda determinar quiénes son los causantes de tales hechos.

En Honduras más del 95% de los asesinatos quedan impune, lo que  convierte un país en donde el matar es un arte, como si viviéramos en el medio oeste del silo XVIII.

Está claro que el hecho de que se pueda burlar la justicia y que la ley no se cumpla por varias razones convierta la sociedad en una sociedad ingobernable, anárquica y violenta, sin embargo, para poder alcanzar seguridad social se hace  imprescindible establecer un sistema en donde el crimen y el delito no queden impune, y se cuente con los mecanismo para determinar quiénes son  los violadores de la ley y el orden.

Para poder combatir la impunidad y lograr una sociedad estable requerimos de tres cosas imprescindible para resolver el problema actual:

1ro-  erradicar de forma radical la corrupción dentro del sistema policial y  judicial, porque mientras tengamos un sistema que se  venda, soborne o se alinee a los grupos mafiosos, nada podremos hacer, aunque tengamos los mejores métodos científicos y jurídicos del mundo.

2do- Un sistema científico y tecnológico de investigación que respalde los procesos judiciales para que el delincuente no pueda evadir la justicia acogiendo a argumentos vagos. Además establecer vigilancia por sistemas de cámaras en todos los lugares públicos o propenso a delitos. Hemos podido ver como  el sistema de cámaras sirvió para que en el atentado de Boston se identificaran a los terroristas y se procediera a su captura. También hemos visto como las pruebas de ADN sirvieron para exonerar de culpa  presuntos delincuentes.

3ro- Una conciencia ciudadana de denunciar, identificar y apoyar a la policía en la captura de los presuntos delincuentes, sin miedo a represalia y de forma en  que se garantice su integridad física. Sin el apoyo de la población, seria imposible alcanzar los dos puntos anteriores, porque sin testigos o evidencia seria imposible ejercer una justicia que neutralice  la impunidad.

Para salvar nuestra sociedad del caos se requiere un esfuerzo de todos. Es imprescindible que reine la integridad y que combatamos la corrupción y la ambición desmedida de algunos políticos, jueces y fuerzas del orden, de lo contrario crearemos una sociedad anárquica, en donde prevalecerá la ley del más fuerte.