Jaime Fernández

El “tiempo libre” se llena de “diversiones” para no pasar un solo momento de silencio para que pensar, porque con los pensamientos aparece el miedo.

Francis Coppola fue el director de “Apocalypse Now”, una de las películas más conocidas en la historia del cine, en la que narraba varios momentos en la guerra del Vietnam. Francis y su equipo pasaron varios meses grabando en las junglas del sureste asiático, uno de los rodajes más duros que se recuerdan en la historia del cine. Muchos de los actores quisieron abandonar, y el propio Coppola reconoció que estuvo a punto de volverse loco.

La película habla del miedo al fracaso, del temor a la muerte, de la ansiedad por perder el rumbo en la vida… Un poco los miedos que cada persona puede tener. Vivimos en un momento en el que la mayoría de las personas buscan enredar su vida en miles de actividades diferentes para no tener tiempo para pensar, porque con los pensamientos, aparece el miedo. Incluso el llamado “tiempo libre” se llena de “diversiones” para no pasar un solo momento de silencio. Ese es uno de los mayores problemas personales de la gran mayoría de la gente. Todo vale con tal de no pensar, de no caer en el miedo, de no pasar tiempo con nosotros mismos.

Muchos lo solucionan viviendo a toda prisa. Como dijo un día el profeta: “Todos siguen su loca carrera, como caballos desbocados en combate” (Jeremías 8:6). Mientras derrochamos nuestro tiempo en cientos de actividades diferentes, vivimos como caballos desbocados en una loca carrera, no queremos hacernos preguntas. Sólo queremos que todo siga rápido y que nada nos permita pensar en lo que estamos haciendo.

Mientras tanto, las preguntas que más merecen la pena en nuestra vida son las que la sociedad no se hace, las que no nos deja hacer. Sobre todo aquellas preguntas que nos hacen pensar en la muerte. Sí, porque no sé si te habías dado cuenta de que el hombre es el único animal que sabe que va a morir, que se hace preguntas sobre la muerte, que piensa en lo que pueda suceder antes, durante y después de un hecho irrefutable para todos.

Pero mientras esto es así, la sociedad maquilla la muerte, la oculta, evita hablar de ella (toquemos madera, dicen sin darse cuenta que la última vez que la toquen será la definitiva, porque será en su féretro)… Y nuestra sociedad sigue viviendo escondida y corriendo al mismo tiempo, sin enfrentarse con las preguntas que merecen la pena.