Mario E. Fumero

El tema de la corrupción del Estado envuelve a todos los países del mundo, principalmente los latinoamericanos. Por doquier se habla de corrupción, y tal parece que es un fenómeno moderno, ¡pero no!, la corrupción del Estado ha existido a lo largo de la historia de la humanidad. Todas las grandes civilizaciones, incluyendo la romana y griega, fueron víctimas de la corrupción. Podemos encontrar escritos tanto en la China, como en Grecia que hacen alusión a este fenómeno dentro de los Estados.

Es interesante ver en los escritos de la antigua China como se enfatizo la terminología «Yang-Lien» dentro de la política del Estado, cuya traducción al español sería «la fomentación de la incorruptibilidad». En la época del florecimiento de Grecia, el filosofo Platón enseñó mucho sobre el peligro de la corrupción dentro del estado, afirmando que los servidores públicos deberían servir, sin aceptar ningún obsequio o dádivas del pueblo, y recomendaba el castigo severo para los corruptos.

Es interesante investigar las causas que originan la corrupción de Estados. Muchos sociólogos y estudiosos de la historia han establecido el criterio de que la corrupción se genera dentro del Estado por un deterioro de la organización comunitaria, la cual se sustenta gracias al llamado «familismo». El término «familismo» procede de familia. De manera que la solidez de un estado descansa en el fortalecimiento de la familia. Si los hogares son sólidos, si hay valores morales y espirituales, si existe disciplina y se induce el temor controlando la ambición e indisciplina, se fomentará un estado sólido. Recordemos que para respetar las leyes civiles, tenemos primero que aprender a obedecer las leyes morales impartida dentro de la vivencia familiar. Si hacemos un estudio exhaustivo de la corrupción dentro del Estado, veremos que la misma proceden en su mayoría de los hogares sin valores morales y espirituales. Es pues la disfuncionabilidad de la familia el factor detonante de la corrupción.

Sin embargo, es inaceptable que en nuestro mundo moderno se prolifere la corrupción en dimensiones tan alarmantes por el simple hecho de que, la humanidad actual tiene una amplia conciencia de lo que es el mal y el bien, así como las consecuencias que puede generar el violación a las normas establecidas. Sin embargo nuestros jóvenes carecen de un alto sentido del temor y respeto. Si analizamos bien a fondo las causas de la delincuencia, corrupción y  violencia, veremos que todos estos hechos están relacionados con personas procedentes de hogares disfuncionales. Si le agregamos a la desintegración familiar, la infunsiónabilidad del sistema de justicia, lo cual crea un alto índice de impunidad, quedamos a expensas de lo que hoy vive el país, «una corrupción generalizada debido a una decadencia de valores y principios que tristemente colapsan la estabilidad y el bienestar del Estado.

Para poder combatir la corrupción, tenemos que fortalecer los valores, y enfatizar el principio del temor a Dios, fortalecimiento la familia. Cuando los valores se diluyen, la sociedad sucumbe. Basta ver la historia para descubrir como las grandes potencias cayeron por su corrupción interna, un modelo de ello lo tenemos en la historia del imperio romano.

Para enfrentar el deterioro moral, algunos países como Singapur adoptaron leyes severas. Claro está, para sanear la sociedad de Singapur se tomaron medidas drásticas que usted puede investigar, porque esta pequeña nación de Asia es uno de los países más seguro en la región asiática.

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