Mario E. Fumero
Eran las 6 de la mañana y el despertador no sonó para que iniciaría mis labores diarias, y se me hacia tarde. Entre al baño y note que no había energía eléctrica, fui al televisor y nada, se había ido la luz. Entonces trate de encender un viejo radio de batería para saber que pasaba, porque nunca se iba la luz sin previo aviso, pero no había ninguna señal, todo estaba muerto.
Tomé el celular para llamar a la central eléctrica para preguntar qué pasaba, pero también estaba muerto ¿se habría agotado la batería? ¡Imposible!, porque lo había dejado cargando toda la noche. Entonces me dirigí al teléfono fijó de la sala para llamar, pero también estaba muerto. Me vestí y camine al cajero del banco situado en la esquina de la casa, pero no trabajaba, también estaba muerto. Todo me parecía misterioso. No había circulando ningún automóvil por las calles. La gente salía de las casas y se preguntaban unos a otros que pasaba, porque todos los medios de comunicación estaban caídos. Nadie sabía nada, sin embargo no había tormenta, y el cielo estaba despejado.
Me fui al garaje y trate de encender el automóvil para ir al trabajo, pero estaba completamente muerta la batería. Trate de ordenar mis pensamientos, porque todo lo que estaba ocurriendo me parecía muy extraño, sin embargo no tenia como buscar información de lo que estaba pasando. Entonces se me vino una idea a la cabeza, ir a ver al pastor de la iglesia que vivía en el edificio de enfrente, para ver que podía decirme, pues era un hombre estudiado y había predicado sobre un día terrible para la humanidad.
El pastor vivía en el 5º piso, y el elevador no trabajaba, subí por la escalera, llegando agotado frente a la puerta de su casa. Llamé y al cabo de unos segundo el pastor me abrió. Su rostro mostraba preocupación. Me hizo pasar a la sala en donde estaba con su familia orando, y sentándome le pregunte ¿qué estaba pasando, porque todos los sistemas están muertos?, y tomando su Biblia me dijo:
«En Lucas 21:25 dice la Biblia «Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas» Como podrás ver, se habla de señales en el sol y la luna. Posiblemente estamos sufriendo el ataque de un gran campo magnético por una explosión solar la cual había sido pronosticada por la NASA. Las erupciones solares están asociadas a eyecciones de masa coronal (CME), las cuales influyen mucho en nuestra meteorología, y posiblemente este fenómeno altera el campo magnético de la tierra, afectando todo los sistemas electrónicos, debido a un el viento solar que afecta la magnetosfera con radiaciones que han producido la caída de todos los sistemas tecnológicos, debido a por la fuerza de su campo magnético, los cuales liberan una cascada enorme de partículas de alta energía conocida como tormenta de protones, y eso está afectando nuestro planeta. Esta es una de las señales de los últimos tiempos dadas en la Biblia». Y asustado le pregunte si duraría mucho, y me respondió:
«No lo sé, puede durar horas, pero lo más terrible es que puede haber dañado los sistemas informáticos existentes en el mundo, y desprogramar las redes con la cual funcionan nuestra civilización. Afectaría la comunicación, los aeropuertos, los sistemas financieros y toda las industrias que usan métodos tecnológicos. Esto producirá un caos mundial, y muchos se encontraran sin dinero, porque los sistemas operativos se borraron. En fin, estamos al borde del colapso.»
Este relato es una posible fantasía, según afirman los científicos, porque indudablemente, todo el planeta se ha hecho esclavo de la tecnología, y el día que esta falle, ya sea por este fenómeno o cualquier otras circunstancia, veremos el desplome de la economía mundial. No estamos lejos de que esta historia sea realidad.
mariofumero@hotmail.com
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… Sus riquezas se convertirán en despojos, y sus casas en desolación; edificarán casas, mas no las habitarán, plantarán viñas, mas no beberán su vino. Cercano está el gran día del SEÑOR, cercano y muy próximo. El clamor del día del SEÑOR es amargo; allí gritará el guerrero. Día de ira aquel día, día de congoja y de angustia, día de destrucción y desolación, día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad…
no está muy lejos de una realidad, los que vivimos en los sectores alejados de los centros residenciales de la capital de Nicaragua, vivimos en una constante situación, que para unos es el fin del mundo, pero nosotros «lo vivimos todos los días» y otras personas que habitan mas alejados, sufren mayores privaciones, ya no digamos de aquellos que habitan en «casas de cartón». la segunda venida de Jesucristo, será de gran gozo, alegría y libertad para estos sectores, lo contrario otros lugares de abundancia y comodidad.
Si bien es cierto que la excesiva dependencia tecnológica del sistema moderno nos ha puesto en una situación de gran riesgo, la preocupación tanto en los sectores científicos, técnicos, gerenciales y gubernamentales por crear sistemas de defensa en contra de situaciones posiblemente catastróficas ha avanzado mucho. Ahora ya tenemos la posibilidad de reaccionar a una tormenta solar de grandes proporciones con un margen de 15 minutos, gracias a los sistemas de observadores solares espaciales como el SDO de la NASA, los sistemas de emergencia pueden coordinarse para ejecutar medidas de protección de urgencia como la desconexión de las grandes centrales eléctricas, líneas de transmisión, centros de transformación, centros de datos y sistemas de telecomunicaciones estratégicos, lo cual llegaría a proteger la mayoría de los sistemas vitales para el mantenimiento normal de nuestra civilización. Así también se ha logrado avanzar en cuestiones de prevención de tsunamis, terremotos, huracanes y erupciones volcánicas, un ejemplo reciente pasó hace algunas semanas aquí en México, el huracán «Patricia» el que se suponía era el más poderoso en 50 años que tocaba tierra en nuestro hemisferio, fue combatido con medidas coordinadas eficientemente entre los sistemas de protección civil del estado y también una favorable respuesta de la sociedad civil, esto con apenas unas horas de margen de maniobra, aunque hemos de reconocer que tenemos muchas razones para pensar que la misma mano de Dios operó a nuestro favor estrellando el huracán contra zonas montañosas llevándolo muy rápido y lejos de las grandes zonas urbanas, lo cual es un motivo grande para alabarle por su misericordia que ha tenido hacia este país rebelde y que combate contra Él.
Esto demuestra que pese a todo, tenemos la tecnología y la capacidad para coordinar una respuesta eficaz a situaciones potencialmente catastróficas, lo que queda es lograr aplicarla eficientemente y sobre todo lograr conciliar posiciones para una adecuada coordinación, pues así podemos llegar a minimizar cualquier impacto y prevenir que se llegue a un estado de emergencia total. Aunque también nos ha quedado un testimonio esperanzador, Dios aún tiene los brazos abiertos y reparte misericordia cuando su pueblo clama, aunque sea un pequeño remanente en una nación que está ya bajo la ira de su juicio como México y es al final Él quien tiene el control de todas las circunstancias.
Bendiciones en Cristo.