EL AMOR FORTALECE LA VOLUNTAD

Para fortalecer la voluntad hace falta un corazón enamorado

amorCarlosOyuela

“Necesitamos fortalecer la voluntad de los jóvenes. En un mundo lleno de comodidades, muchos tienen voluntad de algodón. Parecen tener las ideas claras pero no encuentran la fuerza de voluntad para ponerlas en práctica. Constituyen una generación de deseos y no de realidades”. Me decía estas palabras un amigo con experiencia en educación de valores. No deja de tener cierta razón, la cultura del esfuerzo no está en boga actualmente. Aunque diría que las generalizaciones son injustas siempre. Para mí el problema no es solamente de falta de voluntad sino de algo más profundo.

Uno de los libros más emocionantes que leí es El hombre en busca de sentido. Escrito por el eminente psiquiatra y neurólogo Viktor Frankl. En 1943 fue trasladado con su esposa y padres a un campo de concentración nazi. Tres años después, cuando fue liberado, casi todos sus familiares, incluida su esposa embarazada, estaban muertos. El libro, escrito en nueve días, cuenta su experiencia de cómo sobrellevó el cruel cautiverio.

En este impactante relato, se narra cómo tener un propósito en la vida marcaba la diferencia entre los que sobrevivían y los que no. Bastaba que un prisionero perdiera el “para qué”, el sentido de su existencia, para contemplar su desmoronamiento como persona. Cayendo inevitablemente en la más cruel desesperación. Un hijo que esperaba fuera de la cárcel por ejemplo, era la expectativa que daba fuerza de voluntad a un padre para sobrellevar los sufrimientos más duros.

“Un hombre que se hace consciente de la responsabilidad que implica que otro ser humano lo espere con afecto […] no podrá desperdiciar su vida nunca. Quien sabe el ‘porqué’ de su existencia siempre será capaz de soportar casi cualquier ‘cómo’”, escribió Frankl. Los compromisos, que nos vinculan a los demás, fortalecen nuestra voluntad. El dulce peso de una familia o de unos hijos, lejos de abatir, engrandecen. Hacen más fuertes a los padres.

Esta es una lección aparentemente olvidada en la sociedad actual. Una persona desvinculada, sin compromisos, sin responsabilidades, centrada exclusivamente en su propio yo se vuelve frágil y quebradiza. Habitante del país del victimismo y las quejas. El egoísmo de querer vivir libres de todo vínculo, incluidos los de la propia naturaleza, lejos de levantar, envilecen.

Si pudiéramos grabar el monólogo interior de muchos seríamos testigos de cómo dan vueltas hasta el cansancio a pensamientos como estos ¿Respetan mis derechos? ¿Cómo me siento? ¿Cómo está mi imagen? ¿Soy admirado? ¿Me toman en cuenta? Estos pensamientos convierten la propia existencia en una cárcel asfixiante capaz de enfermar a cualquiera. Muchos psiquiatras podrían apuntar al egoísmo narcisista como la principal causa de depresiones y vidas sinsentido.

Tristemente en la sociedad del yo, bastantes se engañan pensando alcanzar una conquista al enarbolar la bandera de los derechos individuales. Librarse de ataduras a toda costa. No se dan cuenta que esa postura es ingenua e irreal. El que piensa que se libra de obligaciones ajenas, que puede alcanzar su propia felicidad haciendo su propio capricho, luego resulta esclavo de los desórdenes y depravaciones más degradantes.

Nadie está libre de ataduras. Es más, el que pone su ideal en librarse de todas se condena por su propia mano a la más triste de las existencias. Descubrir qué es lo que vale la pena amar es el secreto para dotar de sentido a la propia vida. Aprender a poner el corazón donde debe estar es el ancla que nos afianza en el momento de las tempestades. Los compromisos, adquiridos por amor, se vuelven escudo que nos protege de las cosas más degradantes.

La felicidad es para los que aprenden a amar. El amor se expresa de forma concreta en los compromisos. El amor da peso a nuestra vida. Peso que lejos de agobiar nos ayuda a salir de nosotros mismos. En ocasiones nos hará sufrir, pero ese dolor no abaja, es lo que fortalece a una persona y le hace crecer.

Hacen falta más personas con voluntad firme. Yo diría que hacen falta más personas enamoradas. El amor es el que da sentido, la orientación. Ya lo decía Frankl “El ser humano siempre apunta, y se dirige, hacia algo o alguien que no es uno mismo”, “Cuanto más se olvida uno de sí mismo —entregándose a servir o amar a otras personas—, más humano es” y “Buscar la felicidad por sí sola es lo que impide alcanzarla”.

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2 Responses to EL AMOR FORTALECE LA VOLUNTAD

  1. Avatar de PAMC. Aaron. PAMC. Aaron. dice:

    Dios los bendiga.

  2. Avatar de Guajardo Guajardo dice:

    Pensar enimentemente en un enamoramiento de pareja como sugiere la imagen del artículo, es otra trampa para la infelicidad. Porque pudiera ser que alguien ya no pueda alcanzarlo. O que el enamoramiento desaparezca por alguna razón. Pero la Escritura nos enseña que amar, servir y darnos por otros, es bienaventurado. Un proyecto cristiano como un albergue de huérfanos o de ancianos, un centro de rehabilitación, un hospital… donde se unen esfuerzos con otros hermanos en la fe, que se vuelven importantes para uno, ayuda mutua, consejo, amistad en momentos difíciles; ahí está el amor incondicional de Cristo, y un motivo suficiente para vivir.

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