Mario E. Fumero
“Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: ¿entiende lo que lees?” Hechos 8:30.
En este relato vemos como el Espíritu llevo a Felipe a un desierto para ayudar a un en un eunuco etíope dejaba en un carro o leyendo al profeta Isaías, pero tristemente no entendía lo que leía. Actualmente una gran mayoría de cristianos le en la Biblia, pero ignoran el sentido etimológico de ciertas palabras que le dan al texto un sentido muy profundo. El idioma castellano es muy rico, lo muchas palabras se han hecho pobre por la ignorancia del lector que no entiende a fondo el sentido etimológico de ciertas palabras claves que lleva en sí muchas connotaciones doctrinales.
Cuando estado clase o conferencia, de hecho pregunta a los presentes sobre el significado de ciertas palabras del texto leído, he descubierto que ignoran su significado de forma clara y concisa. Hemos perdido la apreciación histórica de algunos términos tales como Señor, siervo, mayordomo, cuerpo, miembro, santidad, lascivia, concupiscencia etc. Es por ello que a la hora de estudiar la Biblia, necesitamos tener un diccionario de la lengua castellana, y si fuera posible, un diccionario exegético griego, porque el sentido del texto, no sólo está en el contexto, sino en el concepto de ciertas palabras clave que son las que le dan pensó a la enseñanza y doctrina.

