Mario E. Fumero
Romanos 1:28 “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”
Vamos a definir el significado de la palabra “reprobado”, la cual usa Pablo en este texto. “La idea básica de reprobación es el de fracasar ante una prueba o mandato, lo que origina desaprobación o rechazo. Cuando se aplica a la relación de la humanidad con Dios, sugiere la existencia de una corrupción moral, falta de aptitud, descalificación o pecado: todo es el efecto del resulta de una carencia de santidad positiva”. Si vemos el contexto, el apóstol está hablando de pecados que van contra la misma naturaleza, en relación a las conductas sexuales inmorales.
Cuando tenemos conciencia de lo que hacemos y persistimos en ello, pese a que la misma naturaleza nos revela que es incorrecto, nos convertimos en reprobados, o sea, aplazados en lo recto, y expuestos a las consecuencias del pecado. Cuando la mente revela el pecado, pero pese a ello persistimos en el mismo, llegará el momento en que la misma se cauterizara, lo que equivale a endurecerse, y entonces nos volvemos insensibles ante el pecado, que equivale a tener un corazón endurecido (Marco 8:17).
Esto es lo que señala el apóstol Pablo en este texto. Dios los rechaza, porque teniendo conciencia de lo que hacen, persisten en ellos deliberadamente, y cuando con alevosía cometemos violación a la ley de Dios y a la ley natural, automáticamente quedamos a expensas del juicio divino, y como dice el texto, “horrenda cosa es caer en la mano de un Dios vivo” (Hebreos 10:26,31).

