Mario E. Fumero
Santiago_1:3 “Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia“.
¿Se ha preguntado alguna vez porque la fe produce paciencia? Para poder entender esto tenemos que analizar el sentido de la fe. El término fe está bien descrito en el libro de Hebreo 11:1 cuando dice que “es pues la fe la certeza de las cosas que se esperan y la demostración de las cosas que no se ven“. Lo que indica que es algo que no tenemos, ni vemos, pero esperamos y creemos, por lo tanto, como no es algo concreto o tangible, debemos esperar que Dios haga lo que él ha prometido, y para lograrlo debemos de tener paciencia.
¿Qué es la paciencia? La paciencia es una virtud que se forja con la madures, y que envuelve una actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algo que no está a su alcance de forma inmediata. Es la capacidad de esperar en que Dios haga la obra, sin actuar nosotros con nuestra propia fuerza. En la Epístola de Santiago, la Biblia exhorta a los cristianos a ser pacientes, y “ver cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, hasta que reciba a principios y finales de las lluvias” (Santiago 5:7). Como la fe no depende de la vista, ni de lo que tengo, es necesario confiar, y esperar en Dios aquello que no tengo y no poseo, es entonces que para lograrlo se forja la paciencia, lo contrario , y que nos lleva al fracaso, es la impaciencia.