Mario E. Fumero
Proverbios_15:32 «El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento«.
El enfoque de la disciplina es muy importante en muchos aspectos. Podemos analizar la disciplina como el proceso de la formación del carácter, pero también como la forma de corregir los defectos, y la forma de mantener un orden en nuestra forma de ser.
Por regla general, la mayoría de las personas entienden por disciplina el castigo físico, aplicado como una sanción al que viola ciertas normas o reglas. Sin embargo, el sentido de la disciplina va mucho más allá de un simpo castigo, envuelve el concepto de normas y reglas en la formación del carácter, las cuales determinan nuestro fracaso o éxito en la vida. Es el secreto que nos lleva al éxito. Hablar de una vida disciplinada, es hablar de una vida ordenada, que inspira respeto.
Uno de los pueblos más prósperos, que se levantaron después de ser destruidos en una segunda guerra mundial, ha sido el pueblo japonés, pero ¿Cual es el secreto de la grandeza de este pueblo? Los japoneses no han inventado casi nada, pero lo han transformado todo ¿Como lo han logrado? Mediante el desarrollo de la disciplina con el uso de la inteligencia.
En el libro de hebreos se nos habla de la importancia de la disciplina (Hebreos 12:11) y nos muestra que la misma no le gusta a nadie, porque vivir en orden cuesta trabajo, pero con el tiempo trae sirvo a pasibles de justicia a los que en ellas son ejercitados.
Uno de los elementos más importante para el perfeccionamiento en la vida cristiana es el poder aprender a disciplinarnos en todos los aspectos de la vida diaria, porque a través de ella revelamos el carácter de Cristo y alcanzamos credibilidad.

