Tito 3:5 “No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, más por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo;
En el proceso de la salvación, hay tres etapas que nos llevan a alcanzar la meta de ser cristianos santificados. Primero; somos justificados por la fe, (Romanos 5:1) después, y en esa fe, nuestra vida comienza a cambiar, este proceso de llama “regeneración”, y por último, viene la santificación que es obra del Espíritu Santo (1 Timoteo 4:5). La regeneración consiste en un cambio lento de nuestros malos hábitos, pero el pecado deliberado debe quedar atrás, pues al convertirnos, los pecados de la carne, que son fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, quedan atrás, por tales cosas hay que hacerlas morir de forma inmediata al aceptar a Cristo (Colosenses 3:5).
La regeneración por lo general es progresiva, pero en algunos casos, muy particulares, puede ser instantánea como en el caso de la conversión del apóstol Pablo. Algunos necesitan tiempo para modificar algunos malos hábitos, los cuales tienen su origen en la naturaleza y la formación que han tenido. Nos revestimos del nuevo hombre lentamente, mediante el conocimiento de la Palabra de Dios (Colosenses 1:10), la cual nos enseña a vivir y forjar en nosotros la imagen de Cristo (Colosenses 3:10). Es por ello que el apóstol nos habla de irnos renovando paulatinamente, mediante el conocimiento del Hijo de Dios, hasta llegar a ser un varón perfecto.



saludos hermanos . paz y gracia. estuve leyendo esta pequeña reflexión bíblica del nuevo nacimiento y pude observar que confunden la santificación con regeneración , lo cual son dos cosas diferentes aunque están unidas . el pecador primero es regenerado y luego es santificado progresivamente.