Romanos 14:12 “De manera que cada uno de nosotros para a Diós cuenta de sí”

Mario E. Fumero

¿Qué significa el término “delegar”? Dar [una persona o un organismo] un poder, una función o una responsabilidad a alguien para que los ejerza en su lugar o para obrar en representación suya.

Cuando una persona ejercer autoridad, ya sea natural o electa, y determina en algún momento otorgarle a una persona escogida una autoridad determinada, está delegando autoridad. Como en el caso del mayordomo, al cual su amo le delegó la autoridad de administrar sus bienes para pagarle a los obreros (Mateo 20:8) convirtiéndose en una autoridad delegada para un fin determinado por lo cual ejerce una mayordomía.

Sólo puede delegar autoridad aquel que tiene autoridad y está bajo autoridad (Lucas 7:8). Ésta autoridad superior debe establecer los parámetros de la autoridad que delegó, y el que recibió la comisión, tiene el deber de ejecutar la misión de forma responsable, pues tendrá que rendirle cuenta al amo.

La autoridad delegada es puntual, definida y circunstancial, por lo tanto, puede ser anulada o cancelada en cualquier momento, principalmente cuando el que le ejerce romper con las normas establecidas.

¿A quién da cuenta el que ejerce una autoridad delegada? A aquel superior que le encomendó una misión. Es por ello que todos los que servimos a Dios, somos siervos, y tenemos una responsabilidad ante aquel que nos llamó, y nos encomendó la gran comisión (Mateo 28:19), y en algún momento tendremos que dar cuenta de ello al Señor.