Mario E. Fumero
2 Timoteo_2:19 “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor á los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.
La palabra de iniquidad es la conjugación de varias acciones pecaminosas, tales como; maldad, impiedad, corrupción, impureza, concupiscencia etc. Al licuar todas estas palabras, el resultado resulta viene a ser “iniquidad” que es equivalente a todas estas expresiones.
San Pablo habla de apartarse de iniquidad y predice que en los postreros tiempos, previo al advenimiento del anticristo (2 Tesalonicenses 2:9), aparecería el hombre de iniquidad, o sea, la prevalencia de un sistema en donde todo tipo de maldad seria natural.
Actualmente las legislaciones de muchos países están convirtiendo lo inmoral y anti natural, en moral y natural, rompiendo no solo lo correcto, sino violentando las mismas leyes naturales y biológicas, para considerar legal lo que a todas luces es inicuo.
Esto nos lleva a reflexionar que con la disolución de la moral, se está preparando el advenimiento del hombre de pecado, un engendro de Satanás llamado anticristo (1 Juan 2:19, 2 Juan 1:7). El término anticristo procede del concepto que es contra Cristo, dando a entender que sustituye los valores de Dios, por los nuevos esquemas, los cuales son contrario a los proclamados por el Señor.
Una de las señales más prominente de la condición moral del mundo en los últimos tiempos lo tenemos en el análisis de 2 de Timoteo 3:1-7 del cual tendremos que hacer una próxima reflexión.

