Mario E. Fumero
¿Qué es más importante en la vida para triunfar, la inteligencia o la disciplina?
Muchos piensan que la inteligencia es la clave del triunfo, pero sinceramente esto no es cierto. La prosperidad no depende tanto de la inteligencia, como de la disciplina.
Un ejemplo de ello lo tenemos en el pueblo japonés. Algunos pensaran que son muy inteligentes, porque en casi todos los hogares tenemos productos tecnológicos procedentes de Japón. Ellos fabrican los mejores televisores, sistemas de sonido, equipo de computación, automóviles y muchos artículos tecnológicos de alta calidad. Pero ¿Qué han inventado ellos? ¡Nada de esto!, pero sin embargo, pese a haber vivido una guerra mundial, sufrir los impactos de una bomba atómica, maremotos y terremotos, y ser una diminuta isla de pacifico, son el país más tecnológico y productivo del mundo, y nada de lo que fabrican lo inventaron ellos, pero tomaron con disciplina esos inventos, y los mejoraron, perfeccionándolos y produciéndolos en gran escala debido a su disciplina y persistencia. Puedo afirmar que la disciplina del pueblo Japonés los ha colocado en la vanguardia de los países más industrializados y progresista del mundo, y si no, veamos cómo sus autos “Toyota” ruedan por todo el mundo, desplazando a los americanos y europeos.
El éxito en la vida cristiana no consiste en ser inteligente, o saber mucha biblia, sino en aprender a ser ordenado, porque eso significa ser disciplinado, vivir una vida recta, disciplinada y ordenada. Ser ordenado es persona de una sola palabra, puntual, responsable, trabajadora y respetuosa de la autoridad.
Es por ello que muchas veces Dios nos pasa por su disciplina, porque al que ama, el disciplina (Hebreos 12:6) y a nadie le gusta la disciplina, pero ella es la que nos da la victoria (Hebreos 12:11).
Así que la inteligencia no necesariamente nos hace disciplinado, sino la perseverancia y el orden que tengamos en nuestra vida y valores.

