Mario E. Fumero
Mateo 25:15 «Y a uno le dio cinco talentos (108 kilos de plata), a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje”.
No todo los seres humanos tenemos el mismo carácter, ni las mismas características temperamentales o capacidad. Es por ello que cada uno debe conocerse a si mismo, no solamente hasta dónde puede llegar, sino cuáles son sus limitaciones, talentos y capacidades. El creador nos ha provisto de dones, talentos, inteligencia, capacidades para poder tomar decisiones en la vida, y a través de ellas, usar nuestra libertad de elección para edificación, y no para destrucción.
¿Podemos identificar nuestras capacidades y establece nuestras limitaciones? El apóstol Pablo recomienda que debemos «probarnos a nosotros mismos» (1 Corintios 11:28) para juzgar nuestra condición. Jesús nos recomienda que antes de juzgar a los demás, debemos examinarnos a nosotros mismos, porque con la vara o medida que juzguemos a los demás, con esa misma vara o medida nosotros seremos medidos (Marco 4:24). Por lo tanto, examinémonos a nosotros mismos, porque Dios no te justificara por la conducta de otro, sino por tus propias acciones (2 Corintios 13:5).

