Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:31.
El águila es una de las aves más emblemáticas. Sus características la han convertido en la imagen oficial de grandes instituciones y de algunas banderas nacionales.
No en vano las Escrituras destacan algunas características de ellas, especialmente, su capacidad de remontarse a las alturas.
El mensaje de hoy es simple: usted nació para volar alto. Eso significa que su mirada debe estar atenta a las señales del cielo y no consagradas a las de la tierra.
Sin embargo, usted debe reconocer que aunque la Biblia lo describe como un águila, en ocasiones usted actúa como una lombriz aplicando sus 5 sentidos a las cosas terrenales e ignorando los designios celestiales.
En contraste con el águila, la lombriz se mueve entre los trozos de tierra tratando de huir de sus depredadores. Sus movimientos son lentos y sus desplazamientos limitados.
Mi querido hermano/na, procure vivir como un águila. Sea visionario, diligente y rápido cuando sea necesario. No tema a las alturas si es Dios quien lo está llamando a elevar su vuelo.
No se acostumbre a vivir huyendo, más bien, adopte una actitud valerosa ante las circunstancias adversas de la vida y enfrente sus propios retos.
Quizá usted sienta que no cuenta con la suficiente fuerza para elevarse, sin embargo, recuerde que usted reposa en el brazo de su Adiestrador, quien está dispuesto a impulsarlo hacia un nuevo viaje en dirección a su propósito.
Reciba el aliento de Dios y prepárese porque el tiempo de volar alto ha llegado. No tema, Dios cuidará de usted.
Esfuércese y abandone los escombros. No se resigne a vivir entre las ruinas. Mi querido hermano/na, las guaridas de la tierra no es su lugar, las cúspides de las montañas son su habitación.
Vuele, y vuele muy alto porque volar cerca de la tierra es más peligroso de lo que usted puede imaginar. Fije su mirada en las cosas de arriba.