Mario E. Fumero

Hemos entrado a la recta final para las próximas elecciones, y cada vez son más los partidos políticos que aparecen, ahora además del llamado “salvador”, tenemos la propuesta de Mario Tomas Barahona para crear un partido político evangélico, algo absurdo, y dentro de cada partido, sus líderes se pelean por alcanzar la presidencia para las elecciones del próximo año.

En realidad no entiendo el porqué  de tanta ambición de algunos, pues tenemos por delante un futuro incierto y negro, y derrochamos tanto recurso en política y  corrupción, que tristemente el que quede como presidente para el próximo periodo en Honduras heredara un estado quebrado y un dolor de cabeza, porque tendrá que poner orden en el caos existente, originado por varios factores subyacente, junto a la corrupción y la indisciplina de un pueblo que no coopera para evitar que la pandemia del coronavirus nos siga sumiendo cada vez más en  la pobreza y hambruna, por lo cual es necesario que todos actuemos con coherencia frente a la terrible realidad que tenemos por delante.

Quien quede de presidente deberá poner orden en un estado caótico después de la pandemia, y tendrá que tomar decisiones que afectaran a muchos interese. Dichas decisiones serán impopulares, como, por ejemplo, reducir la burocracia estatal, reducir el sueldo de los altos funcionarios y combatir de forma frontal la corrupción que nos ha llevado, junto con el coronavirus, a una situación económica de miseria.

El otro problema que tendrá que afrontar el próximo presidente es elaborar un control sobre algunas empresas, que con el cuento del coronavirus, han subido los precios de aquellos insumos relacionados con la bioseguridad y los medicamentos, además de una corrupción dentro de algunos centros hospitalarios, en donde a veces deterioran o se pierden los equipo necesario para preservar la salud de la gente pobre, y lo peor de todo, como responder a los terribles errores cometidos, cuando se compraron hospitales móviles inservibles quedando todo quedó en el vacío.

Tristemente cuando hay errores graves, y se trata de buscar al culpable, nunca aparece ninguno, porque el problema se convierte en un partido de fútbol, en donde todos se pasan la pelota unos a otros, pero nadie se hace culpable del error.

Un mensaje imprescindible para el próximo gobierno, que heredara un dolor de cabeza, y un respaldo popular muy pobre, por causa de  la división del voto, será  establecer el concepto de integridad no sólo dentro del Estado, sino dentro de la empresa privada y de cada ciudadano de a pie, para poder superar la grave crisis que nos asedia, y que limitará al gobierno que gane las elecciones para la ejecución de planes que ayuden a frenar el hambre y  lograr la activación de la economía, por lo que deberá desarrollar programas de inversión a corto plazo, eliminando muchos trámites burocráticos que actualmente hace casi imposible atraer inversiones de afuera.

Creo que el futuro de Honduras está en el retorno al campo, en el fortalecimiento de la producción agrícola, y en la explotación de todos los recursos naturales de forma prudencial, de lo cual hemos sido privilegiado. Gracias a Dios este año las abundantes lluvias nos dejaran mejores cosechas, y la suficiente agua en el subsuelo para hacer frente a la otra amenaza que se cierne sobre la humanidad, la cual es el cambio climático. Oremos a Dios para que, en medio de tanta división política, pueda salir un hombre que unifique los criterios del pueblo para salvar a Honduras.

mariofumero@hotmail.com

http://www.contralaapostasia.com