Mario E. Fumero
La corrupción es un mal endémico que afecta a toda la sociedad hondureña. Los corruptos están en todas partes, principalmente en las oficinas del Estado y en donde se tramita cualquier tipo de documento, también se hace visible en la policía de tránsito, donde se hace común las mordidas. Lo mismo ocurre en las aduanas, migración y sistema judicial, y con la pandemia, en las farmacias, hospitales y algunos productores de equipo de bio-seguridad los cuales aumentan los precios de forma terrible.
Es fácil detectar a un corrupto, un pero lo difícil es denunciarlo, ya que para ello se necesita pruebas, y siempre el denunciante tiende a tener miedo de las consecuencias que le pueda acarrear el hecho de denunciarlo. Sin embargo algunos países han adoptado una forma de detectar a los corruptos y persuadirlos, para ello han creado unos mecanismos de inteligencia que se denomina «EL PROYECTO TOPO».
¿Qué es un topo? es un pequeño animal de la familia de los mamíferos placentarios, que escarba túneles y se alimentan en la superficie, Infiltrándose entre la tierra. Así se denomina en algunos países a los grupos de contra-inteligencia que se infiltran dentro de las fuerzas del orden y el sistema gobernativo, para detectar los actos de corrupción existente, y obtener evidencia que les permita poder encausar a los corruptos. Esta técnica ha funcionado en muchos países en donde gracias a este método, se ha detenido la corrupción, principalmente entre los elementos de la policía y las oficinas de impuestos.
Honduras necesita un grupo especial, encargado y preparado para poderse infiltrar en las oficinas del Estado y las Fuerzas del orden, a fin de tratar de sobornarlas para seducir y descubrir a los empleados públicos que tienden a corromperse, obteniendo así evidencias que ayuden a establecer un proceso de depuración para sanear un sistema que está haciendo devorado por una minoría de corruptos, que usan el poder y el informe para explotar a los ciudadanos decentes.
Pongamos un ejemplo; Un miembro perteneciente a los topos se presenta a una oficina para tramitar un documento, en donde ya tiene referencia de que hay corrupción, y a la hora de hacer el trámite, trata de sobornar al empleado para que se lo entregué antes de tiempo. Sutilmente lleva escondida una grabadora o cámara, y le hace una oferta que descubre la conducta del empleado. También puede tratar de actuar incorrectamente frente a un agente de tránsito, a fin de que éste lo detenga para darle una esquela, entonces, trata de chantajearle para que por medio de dinero, no actué de acuerdo a la ley. Si el agente actúa correctamente, se le debe premiar, pero sí el gente actúa deshonestamente, se le debe procesar, despedir y aplicar la ley.
¿Qué ocurriría en el Estado, cuando los empleados sepan que pueden ser descubiertos por la contra-inteligencia? He visto con tristeza cómo los agentes de tránsito, de forma continua, practican el chantaje a los choferes, muchas veces de forma ilegal. Recientemente en una postura policial de tránsito un gente detenida a los automóviles para que le compraran una rifa. En otra ocasión detenían a los carros para que personas ajenas pidieron dinero, en contubernio con dichos agentes. En las oficinas de transito hay agentes que con una mordida te dan la licencia sin examen, y rápidamente.
Si queremos combatir la corrupción dentro del Estado, debemos crear una agencia investigativa de contrainteligencia que se infiltre en todas las dependencias gubernamentales, para detectar los empleados corruptos, y poder actuar con base para poder sanear un sistema que cada vez está más podrido. A esto le llamaría «el proyecto topo».
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