Hector Maradiaga
Marcos 12:30 | Mateo 22:36-40 | Juan 10:10 | Efesios 3:14-20 |
Uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad actual por causa de la pandemia es la falta de enfoque.
Nos está costando mucho esfuerzo mantenernos enfocados en las metas o sueños que antes teníamos, todo esto debido a los múltiples desafíos por sobrevivir, no solo en los diferentes trabajos, sino en la vida misma.
NO HAY CLARIDAD
La gente de hoy día, no logra ver con claridad el futuro, no saben lo que quieren, ni para dónde van. Incluso creo las personas de fe de alguna forma también nos estamos viendo afectados por la crisis desenfocada.
Los hijos de Dios necesitamos ordenar nuestras vidas de forma más consciente con el fin de enfocarnos en lo eterno, en objetivos espirituales. Debemos enfocarnos en el propósito eterno de Dios.
SI QUIERES VIVIR ENFOCADO
1. No intentes agradar a todo el mundo; porque «Cuanto más intentas agradar a todo el mundo, más daño te haces.»
En Marcos 12:30, la Biblia nos enseña: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”
Debemos amar a Dios por encima de todo y de todos.
2. Sé íntegro; Dios no solo quiere que le conozcamos a Él, que le amemos, le obedezcamos, sigamos sus preceptos y caminos, sino que también nos conozcamos y amemos más a nosotros mismos.
La segunda parte del gran mandamiento, Mateo 22:36-40, tiene que ver con amar al prójimo como a ti mismo, te sorprendería saber que el más próximo a ti mismo en oportunidades puedes ser “Tú”.
“Nadie puede dar de lo que no tiene… y no tiene, porque no sabe qué fue lo que Dios le ha dado”.
REFLEXIÓN
La motivación, la inspiración y el conocer el orden en cuestión de prioridades sobre Él y el prójimo, es el resultado de vivir una vida enfocada.
ESTO ES ESTAR ENFOCADO
Efesios 3:17-19 “Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.