Mario Fumero

En la cultura hebrea se toma muy en serio el usar el nombre de Dios y decir o hablar como que Dios dice algo. Es más, se considera una herejía el mencionar su nombre, razón por lo cual se refieren a é con el término “ADONAI” que significa El Señor. Cuando un profeta hablaba en nombre de Dios y su profecía no se cumplía, era muerto a pedradas por mentiroso. Es algo muy serio decir que Dios dijo lo que en realidad no dijo. Dice Deuteronomio 18:20-21 “El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.”

          Actualmente muchas sectas e iluminados atraen a la gente diciéndole que Dios les dijo tal o cual cosa, y por medio de esto manipulan la mente, el bolsillo y el corazón de los ignorantes incrédulos que tristemente son arrastrados por visiones y revelaciones que no vienen de Dios, sino de la carne o de la mentira del diablo. Es fácil decir “Dios me dijo” lo que no dijo, y en tal caso caemos en una terrible blasfemia, porque el mandamiento dice que “no debemos tomar el nombre de Dios en vano” (Éxodo 20:7) y Jesús fue más lejos, prohibió el jurar por lo de arriba y aun por lo de abajo (Mateo 5:3), ya que nuestro hablar debe ser “si, sí, no, no” Mateo 5:37.

          En estos tiempos de adivinos, falsos iluminados e ingenuos creyentes se acostumbra a jugar con el término “DIOS DIJO” como algo normal. Es absurdo el pensar que Dios revele cosas que no tienen que ver con la edificación de la iglesia y que aparezcan una pila de profetas y adivinos que con palabras sutiles engañan las mentes incautas para explotarle y sacarles el dinero o satisfacer sus ambiciones de poder. No debemos jugar con Dios, ni tomar su nombre en vano. Muchas personas terminan frustradas cuando se le habla en nombre de un Dios que según dice, no dijo lo que el profeta dice.

          Como consecuencia de tales actitudes, están naciendo y han nacido muchas sectas que más que seguir a Jesús, siguen a un hombre que con complejo iluminado los arrastran al error, explotando la fe y escarneciendo el evangelio. Incluso, ha habido casos de que los tales iluminados han arrastrado a la muerte colectiva a miles de personas, como el caso de la Guayana y el de una iglesia en California y Texas, en donde los seguideros de tal falso profeta terminaron en un suicidio colectivo.

          Nuestro mundo vive en crisis. Es por ello por lo que se proliferan mensajes apocalípticos y visionarios falsos que tomando en vano el nombre de Dios y torciendo la Palabra revelada arrastran a miles de incautos al error. Tengamos cuidado con aquellos que dicen que Dios les habla y les revela cosas que muchas veces son frutos de la carne y no del Espíritu. La desesperación de unos y la manipulación de otros están llevando a los incautos a caer en el error y la explotación de la fe, enriqueciendo a unos cuantos listos que juegan con Dios, ignorando que el Señor traerá toda mentira a juicio.

          Hay cosas en las cuales Dios no se mete, entre ellas esta el dar esposa por revelación, el hacernos político o mostrarnos que seremos ricos, tales revelaciones más bien pueden ser del diablo que de Dios ¿Qué le ofreció Satanás a Jesús cuando le tentó? Riquezas, poder, gloria de este mundo (Mateo 4:9).  Dios jamás puede decir algo contrario a lo revelado en su Palabra, porque el cielo y la tierra pasara, peor su palabra jamás pasara. Hay mucho riesgo en hablar en nombre de Dios. Los seguidores del islamismo (los ayatolas) hablan en nombre de Ala y arrastran a miles al suicidio, inmolándose para ser mártir de su Dios. En la edad medio miles y millones murieron supuestamente porque sí Dios lo ordeno. ¡Cuidado! No tomemos el nombre de Dios como escudo o mampara para nuestros propios caprichos, pues en ello existe riesgo y apostasía.