Mario E. Fumero
Le parecerá absurdo el tema de este artículo, pero no se asuste, explicare a que me refiero, y por qué orinando evitaremos el hambre. Frente a la crisis alimenticia que se avecina, y el alto costo del abono, me puse de acuerdo con todos los internos del Proyecto Victoria para producir abono orgánico, y les pedí que me ayudaran proporcionándome el orine de todos ellos ¿Y que tiene que ver el orine con el abono? Ahora lo explico.
Debido a la guerra de Rusia con Ucrania, el abono que se fabrica en esos países ha escaseado, por lo que ha alcanza precios exorbitantes, pues ha subido 100%. Debido a ello, descubrí las cualidades que tiene el oriné en el uso agrícola, para salvarnos del hambre, ya que es un abono de primera. En el Proyecto Victoria producimos maíz, frijol y otras hortalizas, y nos hemos visto afectado por el alto costo del abono, lo cual nos ha llevado a buscar otras alternativas y acudir al abono orgánico, para poder fertilizar la tierra y obtener mejores cosechas de los alimentos básicos que requerimos, y así enfrentar la gran hambruna que se avecina.
En la búsqueda de una solución para la producción, encontramos que bien podíamos procesar desperdicios de vegetales, frutas, gallinácea, excremento de ganado y cerdos, y en la investigación descubrimos que el oriné contiene gran cantidad de nutrientes de abono que nos puede salvar de la crisis, y entonces, decidimos recoger todo el orine de todos los internos del PROYECTO VICTORIA, ya que cada ser humano produce un promedio de dos litros diarios de orine, y comenzaremos a procesarlo para fabricar nuestro abono orgánico que nos ayude a mejorar los cultivos.
Cuando comencé a investigar al respecto, encontré que un grupo de ambientalistas de Vermont, en Estados Unidos, llevó a cabo un proyecto sobre el uso del oriné como elemento para abono y el “Rich Earth Institute” determinó en un experimento, que el uso de oriné en unos cultivos de heno que pertenecía a una granja produjo excelentes resultados. Ellos descubrieron lo que ya los Romanos sabían hace más de dos mil años, la orina es un tremendo fertilizante, y por medio de más de 170 voluntarios, llenaron cisternas y sometieron los cultivos a este tipo de tratamiento con excelentes resultados. El objetivo era aprovechar sobre toda la urea, el nitrógeno, potasio y fósforo que produce la orina humana, para la producción de alimentos, evitando gastar grandes sumas de dinero en fertilizantes sintéticos, que más bien por ser químicos pueden causar daños. Esto dio tremendo resultado y el proyecto se extendió a otras regiones, además debemos saber que la orina no es una sustancia peligrosa siempre que proceda de una persona sana, y aunque puede tener bacterias en el momento de ser expulsada, más tarde comienza a degradarse. No obstante, estas bacterias que se encargan de transformarla no suelen ser patógenas, sino que son microorganismos que se encuentran de forma natural en los suelos de las granjas, y es menos peligrosa que las sustancias químicas del abono convencional que se fabrica etc.
Así que, si el abono fabricado escasea, tenemos a mano alternativas para hacer que la tierra produzca, usando los recursos naturales como es la materia orgánica que desperdiciamos. Así que pensemos en la realidad actual y actuemos con lógica, aprovechando el monte que cortamos y absurdamente quemamos, las heces del ganado y los cerdos, y el orine humano que desperdiciamos. Investiguemos al respecto, para poder usarlo para fines productivos y así evitar el hambre, porque dependemos 100% de lo que la tierra produce para poder vivir.
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