Mario E. Fumero
No podemos hablar de un pueblo si no conocemos su origen, y debemos comenzar por ahí. Desde la creación del hombre, y como consecuencia de su caída, Dios decidió llevarle por un largo proceso para salvarle y perfeccionarle. Él decidió levantar de la simiente de la mujer (Génesis 3:15) a uno que destruiría las obras de Satanás, culpable del fracaso del género humano. Para lograr esto, llevaría a cabo un largo andar por la historia, necesitando mantener una línea genealógica, que partiendo con Adán, pasaría por Set (Génesis 5:4) a Noé, y después a su hijo Sem (Génesis 10:1) llegando hasta Abraham, Padre de la fe, que a su vez tendría a Isaac. Por último Isaac tuvo a Esaú y Jacob. Este último recibió la promesa mesiánica y de él nacieron doce hijos, los cuales formaron las doce tribus de Israel. En muchas ocasiones se habla de la promesa de Dios dada a Abraham para que poseyese la tierra de Palestina, la cual es la “TIERRA PROMETIDA” (Hebreos 11:9, Oseas 9:23) y a la cual Dios llamó “mi tierra” (2 Crónicas 7:20, Jeremias 2:7, 16:18) y se le llama también “La Sión del Santo de Israel” (Isaías 60:14)[1].
EL ORIGEN DE DOS PUEBLOS HERMANOS
Pero antes de seguir adelante, debemos detenernos en Abraham. En él se encierra una verdad ignorada por muchos evangélicos mesiánicos, que incluso llegan a despreciar a las naciones árabes, por alabar a los judíos. Tanto árabes como judíos son pueblos escogidos para forjar la historia final del Mesías, y ambos son pueblos «Semitas«[2].
Siempre se les ha llamado a los judíos “semitas” de forma despreciativa. En la 2ª Guerra Mundial Adolfo Hitler persiguió, de forma convulsiva, a los judíos, usándose el epíteto de “semitas”, naciendo lo que hoy se conoce en Europa y el mundo como el «anti-semitismo«. Cuando nos referimos a un «pueblo escogido» para traer el Salvador al mundo, y consumar la profecía, podemos usar muchos términos, tales como: semitas, israelitas, hebreos, judíos. Cada nombre tiene una connotación en la historia, y sería bueno poder diferenciar estos términos para buscar el más correcto, así como el sentido etimológico que envuelve cada uno de ellos.
LOS NOMBRES DEL PUEBLO ESCOGIDO SEMITA: Son los descendientes de Sem, hijo de Noé (Génesis 6:10), el cual fue partícipe de una especial bendición (Génesis 9:26,27). Esta bendición se cumple por medio de los descendientes de Sem, a través de Abraham, el cual era de la línea semita[3]. Estos se extienden desde el Mediterráneo hasta el Océano Índico. Muchos pueblos llamados gentiles proceden de la línea de Jafet[4].
Si partimos de esta realidad, veremos que tanto árabes como judíos son semitas, pues ambos son hijos de Abraham por la línea de Sem. Más adelante ahondaremos en este punto. En Génesis 10:22 se da la genealogía de Sem. De él nacieron otros pueblos. Veamos quiénes son sus hijos y que pueblos nacieron de ellos:
Elam ® Vienen los Elamitas de donde proceden los antiguos persas.
Aram ® Vienen los Arameos y después los Sirios.
Asur ® Provienen los pueblos Asirios.
Eber ® Provienen los Hebreos, la línea de Abraham.
ISRAELITA: Se llama así a los hijos descendientes de Jacob. Cuando Jacob recibió la bendición, después de pelear con el ángel de Jehová en Peniel, se le cambió el nombre por el de “Israel”[5] (Génesis 32:27). A partir de ese momento se les llamó a los hijos de Jacob, que formaron las doce tribus, “israelitas”. El nombre Israel se usa con más frecuencia a partir del peregrinaje por el desierto, cuando salieron de Egipto, como alusión sustitutiva al término peyorativo de “Hebreos”, que le fue dado por los Egipcios durante el cautiverio (Éxodo 32:4, Deuteronomio 4:1, 27:9).
Cuando Dios se dirige a su pueblo siempre les llama “Israel” (Deuteronomio 4:1, 27:9), y esto permaneció hasta que apareció la crisis que dividió el reino, después de la muerte de Salomón. Cuando hablamos de Israelitas, hablamos de un origen y un nacimiento.
JUDÍOS: Este nombre proviene de la tribu de Judá. Cuando David fue proclamado rey comenzó a aparecer una tendencia de división dentro del pueblo, ya que algunas tribus fieles a Saúl no querían aceptar el reinado de David, levantándose en rebeldía un hijo de Saúl, llamado Isboset, por lo que David tan solo se quedo con la tribu de Judá en Hebrón por algunos años (2 Samuel 2:10). La crisis se superó, y David unificó el pueblo (2 Samuel 2:10, 11; 5:1-5), pero ya latía dentro de ellos el gusano de la división. Durante el reinado de Salomón los deseos de separación de algunas tribus resurgen, como consecuencia de una serie de realidades pecaminosas, como por ejemplo; la degradación del mismo rey, al practicar la poligamia y tener relaciones con mujeres paganas e idolatras (1 Reyes 11:1-13).
Hay que sumar a lo anterior, los abusos de impuestos a los cuales sometió a sus súbditos para edificar el Templo (1 Reyes 4:22, 23, 26; 5:13-16), y la liviandad moral que introdujo dentro del pueblo, factores que crearon las condiciones para que ocurriese la división del Reino en dos; diez tribus siguieron a Jeroboam, formándose el Reino de Israel, y dos tribus siguieron a Roboam que formaron el reino de Judá, el cual permaneció fiel a la casa de David, tomando también su herencia la tribu de Simeón.
Las diez tribus, que formaron el reino de Israel, fueron azotadas por la idolatría, mientras el reino de Judá conservo más la herencia Davídica, aunque también sufrieron las influencias del paganismo. Fue por esa razón que se impuso más el término “judío”, como referencia al pueblo escogido que traía la línea mesiánica. Así que cuando hablamos de «judío» hacemos alusión a la línea de la casa de David, mientras que “Israel” hace referencia específica a la mayoría de las tribus, o mejor dicho, a las doce tribus, frag-mentadas por la división. Al hablar de «judíos» nos referimos a un pueblo con un hecho histórico.
HEBREOS: Esta expresión aparece por primera vez cuando se hace alusión a Abraham en Génesis 14:13 “Y vino uno de los que escaparon, y anunció a Abraham el hebreo, que habitaba en el valle de Mamre Amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales estaban confederados con Abram”. A partir de ahí el término hebreo se refiere a los criados, parientes o descendientes de Abraham (Génesis 39:14,17, 41:12), para posteriormente referirse a los descendientes de Israel que estaban en cautiverio en Egipto (Génesis 43:32, Éxodo 2:6, 5:3, 21:2)[6]. Esta palabra proviene en su origen del idioma caldeo, de donde venia Abraham, o como referencia al Monte Hebrón, muy vinculado al llamamiento y a la promesa dada por Dios a su siervo Abraham según Génesis 13:18: “Abraham, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón, y edificó allí altar á Jehová”. Algunos estudiosos del judaísmo creen que el término «hebreo» hace referencia a la procedencia de Abraham. Quizá era una expresión de alguna lengua caldea que indicaba «el que viene del oriente», ya que por lo general los nombres que se les daba a los pueblos les vinculaba con su procedencia, por ejemplo la palabra «palestino«[7] indica «el que viene del mar«. Cuando nos referimos a los judíos como “Hebreos” estamos remontándonos a su origen, desde la época del patriarca Abraham. Actualmente la palabra “hebreo” se usa para identificar el idioma oficial del pueblo judío en el Estado de Israel. Al hablar de los «hebreos» nos referimos a una cultura.
A través del análisis de los diferentes nombres dados al pueblo escogido tenemos una semblanza más o menos amplia de la identidad del pueblo con relación a sus diferentes nombres. Ahora debemos ahondar un poco en su historia y costumbres, pues de esta forma podremos penetrar un poco en la mente judía y la realidad bíblica.
BIBLIOGRAFIA
- [1]– “Árabes Vs Israelíes” Wilbur Smith. Editorial Caribe, 1967.
- [2]– Semita: Los semitas son supuestos descendientes de un hijo de Noé (Sem). Eran originarios, al parecer, del Norte de Arabia y, a partir del V milenio a.C., se desplazaron en migraciones sucesivas por el Suroeste y el Sur de Asia y por el Este y el Norte de África, donde desarrollaron importantes civilizaciones: los acadios se instalaron en Mesopotamia, los amorritas en Siria y Babilonia, los arameos en el alto Éufrates y Siria, los hebreos en el país de Canaán, los fenicios en la costa Norte de Canaán, los árabes en Asia, África y la Europa mediterránea y los abisinios en Etiopía. “Enciclopedia Multimedia Planeta DeAgostini”.
- [3]– “Las Antiguas Civilizaciones Semíticas” Sabatino Moscati. Ediciones Garrigas S.A. Barcelona, 1960.
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[4]– Custance, A. C.: «Primitive Cultures: Their Historical Origins» (Doorway Papers, Ottawa, 1960);
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[5]– El término Israel hace alusión al hecho de que lucho con Dios o que Dios lucha con él.
- [6]–Hebreo, Dícese de los miembros de un antiguo pueblo semita originario de Mesopotamia que en el II milenio a. de C. se instaló en la tierra de Canaán. Perteneciente o relativo a dicho pueblo. Dícese del que profesa la ley de Moisés. Lengua que, junto con el fenicio, el moabita y, probablemente, el ugarítico, constituye la rama cananea del grupo septentrional de las lenguas semíticas. “Enciclopedia Multimedia Planeta DeAgostini”
- [7] – Referente al nombre de “Palestina” se puede consultar a J. Bannister en su libro “A Survey of the Holy Land” Londres, 1844 página 9-12 en donde identifica el origen palestino no a los árabes, sino a ciertas tribus que reinaron antes y contra los cuales lucharon los descendientes de Abraham.
saludos mi hermano mario, muy buen articulo y bastante sencillo, espero recibir sus mensajes a mi correo personal. Dios le siga bendiciendo.
Gracias muy interesante e instructivo, Saludos y Bendiciones
Muy útil, gracias
gracias por tan importante estudio e informacion bendiciones elvira