¿HAY ESPERANZA PARA LOS HOMOSEXUALES?

La respuesta homosexual

 La comunidad homosexual responde a las críticas de su ‘estilo de vida’ con argumentos: «Nacemos como homosexuales. Ser homosexual es tan natural como ser zurdo. No tenemos opción diferente en nuestra orientación sexual que la de una persona sobre su color de piel. Por lo tanto, debe ser objeto de protección de los derechos civiles, como de grupo minoritario». Suena bien; pero es mentira de Satanás. Dios no impone condena por sexo de la persona, color de piel o nacionalidad: «Dios no hace acepción de personas» Romanos 2.11 .Biblia sí condena claramente la preferencia sexual por una persona del mismo sexo.

¿Sería un Dios amoroso, que envió a su Hijo a morir por los pecados del mundo, condenar a alguien por algo que escapa a su control? La respuesta es obvia; No. No hay evidencia científica que muestre que la preferencia sexual esté genéticamente determinada como el color de piel; ningún estudio lo ha demostrado. La evidencia muestra que la homosexualidad es estilo de vida. Hay personas que parecen ser atraídos por personas del mismo sexo. Esa tentación se origina en la naturaleza del pecado conque todos nacemos. No significa que debamos ceder; los de orientación sexual normal son tentados a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. La Biblia claramente condena fornicación y adulterio.

«NORMALIDAD» Los homosexuales también responden que la comunidad científica ha declarado su estilo de vida «normal”; según decisión tomada por la Asociación Psiquiátrica Americana, 1974, para eliminarlos del listado de psiquiátricos patológicos. La A.P.A. sí lo declaró, por motivos políticos y no científicos. Esto se demostró con encuestas a los deliberantes. Los estudios demostraron que la mayoría de la APA sigue considerando el comportamiento homosexual como patológica. Posteriormente reveló que el 69% de los psiquiatras clasifican la homosexualidad como «adaptación patológica.»

«LA HOMOFOBIA» Otra respuesta a los críticos ha sido la de “homofobia”; muy eficaz, nadie quiere ser acusado de prejuicios. Fobia es miedo irracional. ¿Es irracional el miedo homosexual? No lo creo. Son portadores de enfermedades mortales. Están decididos a destruir el orden de Dios, dado a la familia. La Biblia enseña que el descontrol, en última instancia, dará lugar a la ira de Dios en la sociedad. Como vimos, hay motivos muy racionales al miedo homosexual.

EL ATAQUE A LA FAMILIA Veamos la agenda política homosexual. Es tan radical que la mayoría no son realmente conscientes. Su aprobación, servirá para socavar el concepto bíblico de familia. El primer objetivo obvio, es derogar toda ley contra la sodomía. Hasta 1961 los estados de la Unión tenían leyes contra la sodomía. Luego, uno tras otro, ha derogado la legislación; por presiones y amenazas de homosexuales y organizaciones como ACLU, a pesar de que el Tribunal Supremo ha defendido el derecho constitucional para tales leyes. Otro objetivo prioritario en la agenda son leyes especiales de protección.

Las propuestas son de gran alcance. Evitan que una persona se niegue a compartir una habitación con un homosexual. Otros penalizan a la iglesia por negarse a contratar a un homosexual; organizaciones como los Boy Scouts requerirá contratar a líderes homosexuales. La mayoría de las leyes ominosas, clasifican los ataques verbales al homosexual como «crímenes de odio.»  Las leyes podrán aplicarse a medios de comunicación, como a predicadores en el púlpito.

Aumenta la presión de los grupos homosexuales para legalizar el matrimonio, junto a otras demandas: las mismas ventajas tributarias como las familias tradicionales, que las parejas puedan adoptar niños. Se exige que la «familia» homosexual se presente en las escuelas como alternativa de vida.

«GAY, ESTILO DE VIDA” Un vistazo más de cerca el estilo de vida pervertido homosexual: La promiscuidad es norma. En 1978, el 43% de los homosexuales admitió haber tenido sexo con más de 500 socios; 28% ¡con más de 1.000! La mayor parte eran personas anónimas, con las que tuvo relaciones sexuales sólo una vez.

En 1981 sólo el 2% de homosexuales son «casi monógamos», es decir que tenían 10 o menos parejas sexuales. Las prácticas sexuales son aún más repugnantes. El Instituto para la Investigación Científica sobre sexualidad indicó: 1. 2/3 de los homosexuales con regularidad lamen y/o insertar su lengua en el ano de su pareja. 2. Más de 1/3 participa del «fisting», es decir, la inserción de la mano en el recto. 3. 30% participa en «lluvia dorada». Aquí es donde una persona orina en la otra, a veces en la boca. 4. 37% admite haber participado en alguna forma de sadomasoquismo (tortura por placer). 5. 90% admite uso de drogas ilegales. 6. 17% ¡ha comido y/o frotado a sí mismo, heces de una pareja!

¿GAY? El antiguo término despectivo, «Queer», parece más apropiado. Satanás trata de ocultar el pecado de homosexualidad con: «estilo de vida gay.» Dios no puede ser burlado. Dios sentencia que cosechamos lo que sembramos: Gálatas 6.7. Los homosexuales sufren las consecuencias de su pecado, «recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío» Romanos 1.27.

La verdad queda demostrada en el sufrimiento psicológico del homosexual. Es significativo el brote repentino de enfermedades específicamente homosexual, el SIDA, conocida como «la plaga gay». Por prácticas sucias es que los homosexuales están plagados de enfermedades. Del 100% de casos de sida, 2/3 son homosexuales, 1/2 de todos los casos de sífilis; a pesar de ser sólo el 1% de la población. A la edad promedio de 39 años, mueren de SIDA; por otras causas de 41; ¡sólo 1% de los homosexuales llega a los 65! Compare con el 73% heterosexual que pasan de 65 años. La homosexualidad no es «estilo de vida.» Es ¡alternativa «deathstyle»  (un estilo de muerte).

LA ÚNICA ESPERANZA ¿Hay esperanza? Sí; es Jesucristo. Por Su Espíritu, el homosexual puede ser liberado de esclavitud de ese pecado. El mensaje más alentador a cualquier homosexual está en: 1 Corintios 6.9-11. Este pasaje comienza con una noticia muy mala, pero termina con excelente noticia. «No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios, no os engañéis: ni… ni los afeminados,…, heredarán el reino de Dios.» El impacto es devastador. Los homosexuales son condenados como pecadores.  A continuación Dios ofrece una visión maravillosa de esperanza: «Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.»

¿No es maravilloso? Esas palabras fueron dirigidas a ¡exhomosexuales salvados por Dios!: «Y esto erais algunos de vosotros…» Sí, algunos cristianos corintios habían sido pervertidos sexuales, pero fueron liberados de su esclavitud por el poder de Dios en Jesucristo. Esos pecados fueron perdonados y olvidados por un Dios que no quiere que nadie perezca: Hebreos 8.12; 2 Pedro 3.9. Al igual que todo pecador, el homosexual encuentra perdón y liberación cuando se pone de rodillas y se arrepiente de sus pecados, ante Él (no ante hombres). Será bienvenido en la Iglesia.

LA IGLESIA La Iglesia es duramente criticada por tener una «actitud de condena» hacia el homosexual. Es injustificada. La Iglesia no puede recibir homosexuales o a cualquier otro pecador, sin arrepentirse; la Iglesia no aprueba el pecado. Equivaldría a aceptar adúlteros jactanciosos de conquistas sexuales, sin arrepentirse. Sí, la Iglesia es hospital para pecadores; no ente espiritual frio e irracional. Pero es hospital para pecadores dispuestos a confesar sus pecados, a Jesucristo y buscar reconciliación con Él.

Traductor: Mario E. Martínez B.

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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22 respuestas a ¿HAY ESPERANZA PARA LOS HOMOSEXUALES?

  1. Rafael dijo:

    LA ÚNICA ESPERANZA ¿Hay esperanza? Sí; es Jesucristo. Por Su Espíritu, el homosexual puede ser liberado de esclavitud de ese pecado. El mensaje más alentador a cualquier homosexual está en: 1 Corintios 6.9-11. Este pasaje comienza con una noticia muy mala, pero termina con excelente noticia. “No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios, no os engañéis: ni… ni los afeminados,…, heredarán el reino de Dios.” El impacto es devastador. Los homosexuales son condenados como pecadores. A continuación Dios ofrece una visión maravillosa de esperanza: “Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.”

  2. luisa dijo:

    Jesús es el único camino la única verdad y la única vida!!! Nosotros somos templo de Dios,
    ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si
    alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual
    sois vosotros, santo es. 1.Cor:3:16 y 17.

    Esta vida es difícil todos cometemos errores y no somos perfectos, pero por eso hay que arrepentirse y reconocer que los cometemos, dejando morir el viejo hombre y comenzado a vivir una vida nueva con Jesús!!

    Con Jesús no nos hace falta una pareja sentimental ni nada que se le parezca, con El lo tenemos todo que es el único Amor real y verdadero !! =)…

  3. kaleb dijo:

    El «homosexualismo»
    Pues mira yo creo que hay miiiles de cosas peores que eso. ya podrian ponerse a pensar en otras cosas, echarle pestes a personas de verdad viles e inmorales, ustedes los catolicos siempre pensando dia y noche en su homosexualismo -.- no sera una sexualidad reprimida? probablemente

    mas hechos hacia el projimo y menos prejuicios

  4. luis dijo:

    las carasteristicas de un homosexual es que nunca aceptan su condición.
    los homosexuales dicen que los heterosexuales violan una lista de mandamientos pero eso no es excusa para el homosexualismo. Dios condena todo pecado ya sea cometido por un HETEROSEXUAL o un HOMOSEXUAL. su condicion ya es un pecado.

  5. Josue dijo:

    Hermanos todos pecamos, todos fallamos, nacimos en pecado, pero a un Dios en su misericordia y gran amor! Hizo el verbo carne, no debemos señalar el homosexualismo como lo «peor» de los pecados, todos los pecados pesan igual, no debemos señalar al hermana que falla, con señalar ya desde ahí nosotros estamos fallando; Jesús conoce nuestros corazones nos ama y perdona, y en el día del juicio abogado tenemos, con humildad tratemos, con amor tratemos, seamos hermanos y lo mas importante demostremos al mundo el amor de Cristo en un todo a uno, no demostrando discusiones, pensemos en el hermano que lee y duda de la verdad? Sera para el bien de el leer? Como 2 hermanos que creen en un mismo Dios discuten o alegan? Nuestro deber es orar y amor hablar, tratar de ser mas como Jesús; ya que gracias a Dios solo el nos puede juzgar 🙂

  6. Fernando dijo:

    Los gays son las personas más democráticas que conozco, puedes decir cualquier cosa, absolutamente cualquiera, jamás te insultarán ni difamarán, siempre y cuando, claro está, lo que digas este completamente de acuerdo con sus planteamientos.

  7. patricia dijo:

    artículo escrito por fundamentalistas religiosos e incultos

  8. Angel dijo:

    En la década de los sesenta, en el barrio donde vivíamos había un hombre que se llamaba Manuel (nombre ficticio). El tenía unos treinta y tantos años y siempre había sido muy afeminado. Además era muy guapo y se desenvolvía muy bien cantando copla española. Manuel era muy querido en el barrio y creo que si alguien hubiera tratado de hacerle daño, cualquiera de los que estábamos presentes hubiéramos salido en su defensa, sin lugar a dudas.
    Él solía ir con cierta frecuencia al bar familiar donde nos reuníamos para tomar una cerveza, después de haber ido al cine. Luego, cuando ya nos íbamos a retirar a casa, alguna vez quedábamos con él el grupo de amigos, en la puerta del bar, para charlar un buen rato. A nosotros, bastante más jóvenes que él, nos extrañaba que fuera de “aquella manera”. Un día le pregunté por qué creía él que era “así” ya que su hermano mayor no era como él.
    Él nos dijo que era el más pequeño de tres hermanos (un hermano y una hermana) con bastante diferencia de edad. Sin embargo, la diferencia que había entre él y sus hermanos es que a él lo criaron su madre y su hermana como si fuera una niña: le daban muñecas para jugar y cuando ellas se ponía a coser, a él también le daban una aguja, hilo y trapitos para que las imitara. Así le enseñaron a hacer todo cuanto entonces eran tareas de mujeres. Desde muy temprano Manuel fue adquiriendo los modales de las mujeres que lo criaron, incluso diciéndole con cierta frecuencia: “Tú tenías que haber nacido niña, en vez de niño”.
    Manuel no sabía exactamente cuál fue el proceso, pero era evidente que con esa influencia, en algún momento de su vida de niño, él “decidió” ser lo que su hermana y su madre querían que fuera: una niña. El proceso de la formación de su identidad sexual fue interferido por las personas que podían influir más que ninguna otras: su madre y su hermana mayor y eso, en la edad más temprana. El resultado saltaba a la vista.
    Cuando llegó a la adolescencia –nos contó- tenía que pasar por cierto sitio todos los días y había un hombre que lo importunaba cada día, diciéndole lo guapo que era y lo mucho que valía, hasta que a base de “piropos” y halagos, consiguió llevárselo y abusar sexualmente de él. Ahí se completó el proceso de lo que después llegó a ser durante toda su vida. Algún que otro día, Manuel iba a casa de mi suegra y pasaba mucho rato hablando con ella. Manuel le confesaba con lágrimas, cuán desgraciado era, “por mi forma de ser”, decía. Y es que él se veía un hombre por fuera, pero con una identidad y unos sentimientos contrarios a su propia anatomía. Además, sabía que lo que él hacía le causaba un gran sentimiento de culpa.
    Luego le perdimos la pista. Volvimos a tener contacto con él cuando nos hicimos cristianos evangélicos. Él pudo escuchar el mensaje de las buenas nuevas (¡claro que sí!) Sin embargo, me temo que no estábamos capacitados ninguno de nosotros para comprender un caso como el suyo. A veces desde la fe, y sobre todo cuando somos nuevos creyentes, creemos que todo debe funcionar de forma automática y usamos más de condenación que de compasión y de justicia más que de misericordia. Un alma tan dañada como la de Manuel, necesitaba algo más que palabras, aunque estas sean versículos bíblicos aprendidos de memoria.
    Al cabo de unos siete años, ya casados nosotros y viviendo en otro barrio, supimos que Manuel había muerto de una enfermedad penosa. Hoy, y siempre que me acuerdo de él, he pensado (y así prefiero creerlo) si quizás en el lecho de su enfermedad, él se acercó al Maestro “por detrás para tocar el borde de su manto”; o si quizás “lavó los pies de Jesús con sus lágrimas”, fruto de su dolor y ansia de verdadera vida; o, al igual que el ladrón en la cruz, clamó a última hora, diciendo: “Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Sólo el Señor sabe si eso sucedió o no.
    Cuando me acuerdo de Manuel, siento un profundo dolor por no haber estado a la altura para amarle y comprenderle como el Señor lo hubiera hecho y transmitirle en la forma que el Señor Jesús lo hubiera hecho, toda la gracia que él necesitaba. Mientras, también pienso en el mal que acarrea a los hijos/as la ignorancia de unos y la perversidad de otros. De estos últimos, Jesús habló palabras muy fuertes –Mat. 18.6-9-

  9. Angel dijo:

    En una anterior reflexión titulada “una de entre tantas historias”, contaba la de “Manuel”, al que conocimos en la década de los sesenta y pudimos apreciar cuál era la causa de homosexualidad. Por supuesto, esto es un tema bastante complejo, pero estudiado ya desde todos los ángulos. Sin embargo, las conclusiones a las cuales han llegado unos y otros son totalmente opuestas. Por parte del colectivo gay, están en que la homosexualidad es como el que nace zurdo y que es un estilo de vida como otro cualquiera. Por tanto, su lucha ha estado desde hace décadas en trabajar para que dicho estilo de vida sea reconocido como algo normal por la sociedad.
    A partir de ahí, cualquiera que se oponga o diga algo en contra, recibirá los calificativos de homófobo, nazi, inquisidor y otros calificativos más. Eso y dependiendo de quién lo diga, pudiera tener incluso problemas legales sólo por pronunciar alguna frase inconveniente. Precedentes los hay (¡y muchos!) Tan sólo hace algunos años, el conocido pastor y conferenciante Marcos Zapata, sufrió una feroz persecución por parte del colectivo gay, por dar una conferencia con el título “cómo criar hijos/as heterosexuales”. Como si hubiera cometido algún crimen; como si eso no hubiera sido lo que hemos hecho todos los padres a lo largo de los siglos (¡y seguimos y seguiremos haciendo!)
    ¿Y qué decir de aquellos que pretenden ayudar a los que claman por estar sufriendo un gran tormento a causa de su homosexualismo? ¡Ni se te ocurra! Sólo hace unos meses, cerraron una clínica de psicología en Cataluña, por dedicarse a atender a los que sufrían por causa de su homosexualismo y acudían a ella en busca de ayuda. El colectivo gay cree y defiende de forma agresiva, la idea de que al homosexual que pide ayuda, hay que dársela orientándole en el sentido de su homosexualidad y confirmándole en ella. (¿?)
    Uno se pregunta: ¿Quiénes son ellos para imponer la clase de ayuda que necesita el homosexual que quiere dejar de serlo? Es seguro que, a la inversa, no se opondrían a que un heterosexual quisiera dejar de serlo para ser homosexual ¡Al contrario, lo animarían! Entonces, niegan a unos lo que les reconocen a otros.
    Si atendemos, por ejemplo, al caso de un homosexual que ha llegado a serlo por abusos sexuales cuando era pequeño, la pregunta sería: ¿Qué derecho tuvo el abusador en interferir en su proceso de formación de la identidad sexual de ese niño/a, causándole un gran daño? Y si no tenía ningún derecho (más bien era y es un delito) ¿Acaso el abusado no tiene derecho a solicitar ayuda para revertir el proceso, si fuera posible?
    El colectivo gay lleva décadas luchando para conseguir imponer sus criterios en toda la sociedad, por vías tan eficaces como las legales y lo están consiguiendo. También usan de los medios de comunicación para que aparezca el estilo de vida homosexual como algo perfectamente normal y para agredir y denigrar a los que pensamos de otra manera. Pero eso no va a impedir que prestemos ayuda a quien acudiendo a nosotros, la necesite. Y eso, aunque tengamos que hacerlo en condiciones como aquellos primeros cristianos en las catacumbas, o como bajo las dictaduras comunistas, de forma subterránea. ¿Quién podrá detener el clamor de aquellos que sufren las consecuencias de la ignorancia de unos y la perversidad de otros? Pienso que nadie.
    Hace algunos meses, asistí a una conferencia de un sacerdote, el cual presta ayuda a jóvenes que sienten atracción por personas de su mismo sexo. Las cartas mostradas por el citado eran desgarradoras y el clamor por ayuda casi desesperado. La mayoría, jóvenes abusados sexualmente en su niñez por personas mayores de su mismo sexo. Lo maravilloso del asunto, es que ahora los que van saliendo de su problema, gracias a una terapia adecuada, son los mismos que están ayudando a otros jóvenes que están clamando por ayuda. Eso sí, el sacerdote, ha sufrido persecución de gente del colectivo gay e incluso amenazas de muerte. Democráticos que son ellos.
    En el Salmo 107, se resalta el clamor de los que pasaban por distintas dificultades serias en su vida. Todos fueron oídos por el Señor Todopoderoso cuando ellos clamaron. ¿Alguien impedirá la ayuda de Dios a los que clamen a Él? Aunque haya elementos humanos y diabólicos, en contra de tal clamor, nada podrá detener el brazo poderoso del Señor: “dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hech. 9.5)
    Un saludo

  10. Angel dijo:

    Estimado hermano Fernando: esa es una muy buena pregunta y si te soy sinceero, mi respuesta es la misma que tú has dado más arriba en cuatro puntos. Claro se podría decir mucho más. Reconozco que el tema es mucho más complejo de lo que se puede escribir en unos cuantos artículos, porque no todas las causas son las mismas. Lo que no acepto es que se me tache de nazi y de homófobo por no decir lo mismo que dicen muchos de los que ahora quieren que nosotros aceptemos el asunto como ellos lo ven. Y eso a pesar de que ellos no saben que, tanto tú (perdona mi atrevimiento) como yo, podríamos amarles a ellos muchos más de lo que algunos de los que escriben aquí creen. Yo no acepto el matrimonio entre personas del mismo sexo. Eso no es lo que enseñan las Sagradas Escrituras ni eso es lo que se ha practicado por la humanidad a lo largo de los siglos; Por tanto no acepto las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Eso no significa que los odie, eso significa, sencillamente que no estoy de acuerdo con esa ideología y esas prácticas. Tampoco estoy de acuerdo con que se diga que no hay que ayudar a lo homosexuales que quieran salir de esa condición. Eso ya lo he explicado más arriba; no es verdad que no puedan salir de su condición. Lo contrario es la verdad en un gran porcentaje, aunque hay involucrados aquí muchos factores.
    Los homosexuales (lo que digo incluye también a las mujeres) TIENEN LA MISMA ESPERANZA QUE TENEMOS TODOS. No son una clase especial de seres humanos aparte de los demás. Ellos necesitan a Cristo como cuaquiera de los que no lo somos. Ellos no son más pecadores que los demás; pero necesitan de la gracia de Dios para la salvación y para modificar la conducta de acuerdo a los parámetros de Dios; como todos los seres humanos. Ellos no son los únicos que tienen problemas; los demás también tienen (y hemos tenido) muchos problemas: de adicción a las drogas, al sexo, al dinero, a la juego, a la bebida, etc. y todos tenemos muchas y a veces, grandes tentaciones. Por tanto, todos necesitamos al Señor para que perdone nuestros pecados y nos ilumine para que sepamos cómo debemos andar en este mundo.
    Yo mismo podía haber terminado siendo homosexual, por haber sido abusado desde niño y repetidamente. Pero no ha sido así, Eso no quiere decir que entre los abusos y los maltratos físicos que recibí (y psicológicos) que no me dejaran profundas secuelas. A los 21 años conocí al Señor (aunque siempre fui un buscador dentro de la Iglesia Católica Romana). Las luchas han sido muchas y grandes, pero todos tenemos la posibilidad de enfrentarnos con nuestros demonios del pasado, profundizar en nuestro corazón y a la luz de esa «Palabra de Dios que es viva y eficaz como toda espada de dos filos…» ver lo que hay en él, qué es lo que se esconde, para conocernos mejor. Eso, no sucede sin recibir, a la vez, la luz de Dios, pues «no hay cosa que no sea manifiesta en su presencia, sino que todas… están abiertas y desnudas delante de aquel a quien tenemos que dar cuenta.»
    El problema hoy día, no es que los homosexuales no tengan esperanza. Hay que decir bien alto ¡QUE SÍ! El problema que se debate hoy es que algunos de ellos (y esto está extendiéndose cada vez más) si no estás de acuerdo con ellos, te denigran y te insultan y te tachan de nazi, inquisidor y tarado. No importa que les digas que les amas…
    Luego, hay que resaltar también que hay creyentes, tanto evangélicos como católicos- que cuando escriben ofenden a este colectivo, con un espíritu que no es el de evangelio. Lo hacen sin compasión y sin misirecordia y eso no creo que agrade a Dios para nada. No hace falta insultar a nadie. Ni tampoco nadie se tiene que sentir insultado porque uno diga que no está de acuerdo con las prácticas homosexuales. Si siente insultado es que no sabe respetar que yo puedo tener una opinión diferente y que no la voy a cambiar, sólo porque otros me la quieran imponer.
    Nada más. Recibe un fraternal saludo en el Señor

  11. Angel dijo:

    ¡Ah! Una cosa había olvidado. No le niego el nombre a Manuel. Sencillamente la historia es verdadera; pero no tengo su permiso (lógicamente) para publicar su historia. Esa es la razón por la cual no la he escrito con su verdadero nombre. Por si no lo sabes, cuando se escribe para el público, hay muchas historias que pastores, escritores y/o consjeros que se usan para ilustrar aquello de lo que se está hablando, pero si no hay permiso de los protagonistas, entonces no tenemos nigún derecho a mencionar su nombre. De todas maneras, si lo hubiera hecho, no hbuiera pasado nada, pues de aquello hace más de cuarenta años y de eso sólo se acuerdan aquellos amigos íntimos míos y gente que nunca entraría en este for, lógicamente. Así que esta es otra acusación tuya sin fundamento. A efectos de aprender algo, lo que importa son los hechos, no si se llamaba fulanito o menganito.
    Saludos

    • fernando dijo:

      ¿Sabes Ángel? Hace poco más de un año yo mantenía una conducta abiertamente homosexual, entonces acepté a Cristo y mi conducta cambió, de la noche al día, los que me conocian (y eran muchos) alucinaban, aunque se hizo un folleto contando mi experiencia, te confieso que yo mismo nunca lo uso, porque un testimonio es algo personal, lo que es válido para mi no tiene porqué serlo para ti y viceversa, como suele decirse: Una imagen vale más que mil palabras (excepto la palabra de Dios, je.) así que simplemente con mi nueva forma de vida, un par de personas han sido guiadas al evangelio, he encontrado de todo, desde los que me llaman valiente y me animan a los que rompen el folleto en mi cara y por supuesto, muchos muchos curiosos, es una «siembra ciega» porqué, hasta que no llegue al reino de los cielos no sabré si «lleve esperanza» a alguien más, Cuando hablo con algún homosexual, lo cual ocurre con relativa frecuencia, me olvido inmediatamente de su orientación sexual, porqué la Biblia declara que no hay justo, ni aun uno, así que me centro en que es una persona que
      necesita, como cualquier otro, tener esperanza, o, si quieres darle la vuelta a la tortilla, escapar de la ira venidera, que vendrá y antes de lo que muchos imaginan (Con solo ver lo que ocurre con Israel e Iran, p. ej, pero bueno, no quiero hacer un off topic)intento que acepté a Cristo, no para ser mejor persona o para que mejore su vida, sino porqué es la única forma que conozco de tener esperanza verdadera y duradera, luego, no me queda otra, que no es poco, que confiar en la labor del Espiritu Santo.

  12. Antonio Leva dijo:

    El homosexualismo es pecado, es una relación anormal, es un estado de depravación, ¿como puede ser declarado como normal? que un hombre se vista de mujer y tenga sexo con otro hombre, que asquerosos cochinos!!

    • Angel dijo:

      Estimado Antonio Leva: Si hay algo que todos les seres humanos necesitan más que nada, es amor y aparejado con el amor, respeto. Quiero decir que tu mismo comentario se le podría aplicar a cualquiera que comete cualquier pecado; por ejempo, el que se acuesta con una mujer que no es la suya, o con un hombre que no es el suyo; o el que aprovechando su cargo se enriquece a costa de los bienes de otros. Si hay algo que los seres humanos no van a aceptar, quienes quiera que sean, es que se los ofendan como has hecho tú. Si tienes argumentos en contra de aquello de lo cual se trata en esta parte del foro, adelante, exponlos: con amor y respeto y sobre la base de una exposición clara de los textos bíblicos. Pero si el único argumento que tienes es la ofensa, mejor guardas silencio, porque es posible que el Señor Jesús, te pida cuenta de, no ya de unas simples «palabras ociosas» sino de esas inoportunas y ofensivas palabras 8cosa más grave) que evidencian falta de sensibilidad de tu parte para con quienes necesitan de la misma comprensión y amor que en su día (y día a día) experimentamos nosotros. Dicho lo cual, recibe un fraternal saludo.

  13. fernando dijo:

    Ante todo, me alegra volver a leerte, pensaba que te habían censurado, y aunque algunas veces no entiendo tus formas, he visto otras formas por aquí, de otros que se suponen están más de acuerdo con mi forma de ver las cosas, que asustan. Te noto despistaete, yo no digo que los gays no vivan más de 65 años, al contrario, en el debate que hemos tenido te dije que eso es una exageración, si te maree con tanta cita, la verdad es que me maree a mi mismo. No soy salvo por ser heterosexual, también lo hemos hablado y lo sabes, no soy un modelo para nadie, ni cumplo todo el levítico, respecto a mi vida cristiana me gusta decir que esta en «construcción» y ya sabes quien es el arquitecto, si algún día te apetece un dialogo honesto, sincero y personal, aquí, o donde quieras me tendrás., contestar a generalidades…
    Hoy mi respuesta va a ser más corta, murio mi mejor amigo de la infancia, era gay, solo tenia 48 años, pero eso es una pura coincidencia, hubo un momento en que el abrazó el evangelio, pero decidio que no era para él, lo cual es respetable, porqué, ante todo, me gusta pensar que aquí estamos hablando de libertad, un abrazo y bienvenido de nuevo.

  14. Fernando rebolo dijo:

    Gracias por sentir lo de mi amigo, bueno…, eso ya es un asunto entre Dios y él, se ve que, con tanta explicación, tenías ganas de devolverme lo de los diccionarios. (me mareaste), aunque te entendí, pero se podía haber dicho con menos palabras.
    Hablas mucho de creer, de amor y poco o nada de arrepentimiento, examinando tus comentarios por este y otros temas, no es de extrañar, forma parte del tipo de teología liberal que se desprende de tus intervenciones, simplemente decir: Aunque sea Agosto, el evangelio no esta de rebajas.
    Nada más, mencionas otras cuestiones, con acusaciones más o menos veladas sobre cosas que he dicho, pero no te mojas, en esta ocasión nadas y guardas la ropa, ya que no me mencionas directamente, los que nos han leido a ambos ya conocen las diferencias en las formas tuyas y las mías, que ellos saquen sus conclusiones, porqué, ¿qué nos queda por decirnos? nuestras posturas estan suficientemente claras.
    Shalom.

  15. Angel dijo:

    De forma breve, diré que, efectívamente, tú mismo has puesto el orden y como dice el texto bíblico: «por tus palabras serás juzgado y por tus palabras serás condenado». Dices: «De pecado, de justicia y de juicio…» Así es: primero y antes que nada, el pecador ha de ser convencido de pecado, cuando es convencido de pecado, se produce el arrepentimiento que, a veces, por el hecho de que la obra de Dios es silenciosa y callada y tiene varios elementos involucrados, no se perciben claramente diferenciados, pero decir como dijíste que el arrpentimiento es para los judios y no decir nada cuando se demuestra que estás equivocado, ni responder por tus mentiras, menosprecios y sarcamos, entonces, concluimos que «vos estás» en el primer estadio, pero sin haberte convencido todavia «de pecado». Y puesto que niegas que el arrepentimiento pueda traer «tristeza al corazón», es por eso que te dije que, antes que nada es el primer peldaño que tendrías que subir, ya que,
    «La TRISTEZA que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…» (2ªCo. 7.10) «Tenés» un gazpacho en tu mente, que no me extraña que puedas usar la Palabra a tu antojo, sin siquiera haber pasado por una obra santificadora que hubiera limpiado todo tropiezo en tu mente. Eso es lo que me trae al recuerdo las palabras del Salmo 50.16, aplicables en tu caso, a la vista del testimonio que has dado a lo largo de tus participaciones:
    «Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú para hablar de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la correción y echas mis palabras a tu espalda».
    Tus tesis, de momento, siguen sin colar, ni en este ni en ningún otro foro que se precie de ser y de basarse en el evangelio. En otros sí, que «de todo hay en la viña…» Y como ya está todo dicho por mi parte, y como dije en mi anterior participación, los que nos leen aquí saben quién es quién, esta es mi última participación en la que te contesto. Lo cual no quiere decir que no siga aportando mis opiniones en este foro cada vez que lo estime conveniente.

  16. Angel dijo:

    “Pero cuando venga el Espíritu, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí…”
    Sacar la conclusión de estas palabras de que la condenación estriba en el hecho de no creer en Jesucristo (“por cuanto no creen en mí…”) dejando de lado la experiencia del ARREPENTIMIENTO es no darse cuenta de la gravedad de lo que se está diciendo. La verdadera interpretación de esas palabras nunca va a contradecir el general testimonio de las Escrituras en otros lugares. Veamos.
    Cuando a alguien se le predica el evangelio de Jesucristo y cree en él, esa persona es salva por esa fe (no podría ser de otra manera: Ef. 2.8-9) pero en esa fe, va implícito el arrepentimiento ya que el pecador que se acerca a Jesús, sabe a quién se acerca, que es “el Santo de Dios”. Tal y como le pasó a Pedro después de la pesca milagrosa: “Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador” (Lc. 5.8) o como hizo la mujer que se acercó por detrás y ungió los pies del Señor con sus propias lágrimas. ¿Por qué lloraba? Posiblemente había una mezcla de sentimientos dentro de su corazón y entre los cuales se contaba un sentimiento de indignidad, que contrastaba con la presencia del Bendito Hijo de Dios; pero por otra parte, también había un sentimiento de amor por aquel que generosamente trataba a las personas como ella, con tanto respeto y gracia. Por eso el Señor habló de ella, en el sentido de que “amó mucho” (Lc. 7.47) ¿Y qué decir de la mujer samaritana, la cual tenía sed de la verdadera agua que la podía saciar? Sin embargo, Jesús, de forma indirecta, le señala un problema de tipo moral, cuando le dice: “Ve, llama a tu marido y ven acá”. Cuando ella le dijo que no tenía marido, el Señor le contestó que ella había hablado bien, pues “cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido” (Juan 4.17-18) Esta es una forma cariñosa de hacerle ver la necesidad de poner su vida en orden (arrepentimiento y conversión) para poder adorar a Dios “en Espíritu y verdad” (J. 4.22-24) Luego, a la mujer que fue sorprendida en adulterio, el Señor no la condenó, como querían hacerlo sus acusadores, pero dicho: “ni yo te condeno”, a continuación la exhortó: “Vete y no peques más”. (J.8.11) Esas palabras del Señor, harían pensar a la mujer y ante la majestad del amor y la misericordia del Señor, la harían rectificar (arrepentimiento y conversión) si quería ir un paso más allá en el camino de la salvación.
    La lista podría ser ampliada, sobre todo de casos que bien corresponderían con aquellos que Lucas nos presenta en 4.18-19, que más que llamados al arrepentimiento, necesitan urgentemente una respuesta para sus llagas, esclavitudes, opresiones, enfermedades del alma y del cuerpo. Eso no quiere decir que se les exima del arrepentimiento, de ninguna manera. Eso quiere decir que son almas quebrantadas que están hastiadas de injusticias, de mentiras y engaños, de opresiones y anhelan algo mejor para ellos que saben que existe en algún lugar y que se puede conseguir de alguna forma, pero no saben dónde acudir ni la manera en que pueden llegar allí. El arrepentimiento lo están viviendo de forma constante porque se miran a sí mismos y se lamentan de cómo son; no quieren ser así y claman por una vida limpia, amorosa, justa… Es por eso que cuando les llega el evangelio ellos no tienen inconveniente en “aceptar por la fe al Hijo de Dios”. Pero muchos, al no ver el arrepentimiento mencionado, ni por el Señor, ni expresado de forma evidente como en el caso de Zaqueo, por ejemplo, creen que estas personas son eximidas del mismo. Craso error. Ya mencioné más arriba los casos de los creyentes de distintas iglesias de los gentiles que aparecen en el libro de los Hechos de los apóstoles y epístolas que a ninguno se les eximía del ARREPENTIMIENTO.
    Pero el caso se ve más claramente en relación con personas diferentes a las mencionadas antes. Es a ellas a las cuales el Señor les habla clara y directamente del ARREPENTIMIENTO, sin contemplaciones de ningún tipo. Es a ellas a las cuales les dice: “Antes bien, si nos os ARREPENTÍS, todos pereceréis igualmente” (Luc. 13.1-5)
    Lo cierto es que Jesús (y Juan, el autor del evangelio) RESUMEN LA FALTA de ARREPENTIMIENTO de esas orgullosas y soberbias personas, en el hecho de que no creían en él ni en su mensaje. Dicho de otra manera: “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (J. 8.24) que quiere decir que una falta de fe en Jesucristo, evidencia una falta de ARREPENTIMIENTO, AL NO QUERER DEJAR SU ACTITUD Y FORMA DE VIDA. Y eso es así, porque al no creer en su mensaje, están manifestando que, “amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”. (J.3.19-21)
    La diferencia que hay entre estas personas y las mencionadas antes, que acudían al Señor con fe y quebrantadas, como hemos visto, es que aquellas estaban poseídas de un espíritu religioso y de orgullo que les impedía ver sus propios pecados, “buscaban su propia gloria y no la de Dios” (J.5.44) Por eso Jesús les dijo: “Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece” (J.9.41) Mientras que las otras personas, no estaban sostenidas sino de un sentimiento de indignidad y de necesidad de vida y de verdad. Es evidente que Jesús no trata a todos de la misma manera.
    El ejemplo, lo podemos ver en la parábola del fariseo y el publicano. El fariseo estaba pletórico de autosatisfacción por lo que ÉL HACÍA, PENSANDO QUE CON ESO AGRADABA A DIOS. El estaba pagado de su propia justicia. El publicano, en cambio, era muy consciente de su indignidad; por eso no se atrevía a acercase y estaba “de lejos” y ni siquiera se atrevía a “alzar sus ojos al cielo”, sino que evidenciaba su actitud de arrepentimiento, “golpeando su pecho, y diciendo: Dios, se propicio a mí pecador” (Lc. 18.9-14)
    De haber llegado el evangelio a ambos (como nos es evidente de que así fue para con los dos tipos de personas por ellos representadas) al primero El Señor le hubiera dicho lo que ya hemos visto antes: “Si no te arrepientes, perecerás”; pero el segundo llevaba cierto camino recorrido; él estaba maduro para CREER EN EL SEÑOR Jesucristo como su Salvador, y hubiera recibido el perdón de sus pecados, sin que nosotros nos hubiéramos percatado de que ¡EL YA ESTABA ARREPENTIDO! Esa es la razón por la cual, a veces, vemos que el Señor recibe y despide a personas en paz, porque él conocía los corazones y sabía darles a cada uno la respuesta correcta. Cornelio, de Hechos 10, es un caso parecido y aunque no aparece, en principio una mención al arrepentimiento de forma directa, sí la hubo en la interpretación de los creyentes judíos de todo cuanto pasó en aquella casa y familia. Por eso exclamaron: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! (Hech.11.18)
    Como dije en mi anterior escrito, nosotros dividimos a efectos didácticos los que es la experiencia cristiana, pero dicha experiencia no suele suceder siempre de la misma manera y en el mismo tiempo en todas las personas. Pero eso sí, ningún elemento de las Escrituras debe faltar en dicha experiencia. De otra forma tal experiencia será otra cosa, pero no cristiana.
    Concluyo diciendo –e insistiendo- que el arrepentimiento, como ya vimos en Hechos 17.30 y en otros lugares, es requisito sin el cual nadie entrará en el reino de los cielos. ¡Dios es Santo! Y su Santidad exige de todos los seres humanos una actitud acorde con nuestra condición pecadora y con la santidad de Dios. Siempre, teniendo en cuenta la realidad de que el ARREPENTIMIENTO ¡NO ES UNA OBRA HUMANA QUE LLEVE MÉRITO ALGUNO!. NO es un mérito que nosotros podamos añadir a la obra de Cristo. Todo lo contrario, es una experiencia producida por el Espíritu Santo en el corazón del creyente, para que se reconozca como es delante de Dios: un pecador perdido, para que acuda al Salvador. Por eso, cuando dice la Escritura: “de pecado, por cuanto no creen en mí”, no está diciendo otra cosa que la que hemos visto: que los que no creen en Jesucristo como el Señor y Salvador de los hombres, NO QUIEREN ARREPENTIRSE DE SUS PECADOS NI VENIR A LA LUZ…
    Un saludo

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