Rony Alberto Moncada Midence
“Las tribus de Rubén y Gad poseían una enorme cantidad de animales. Así que cuando vieron que las tierras de Jazer y Galaad eran ideales para sus rebaños y manadas… dijeron: Si contamos con su favor, permítannos ocupar esta tierra como nuestra propiedad en lugar de darnos tierra al otro lado del río Jordán.” Números 32:1,5.
Esta petición de las tribus de Rubén y Gad (posteriormente se les unió media tribu de Manasés) irritó tremendamente a Moisés. El hombre más manso de la tierra exhortó duramente a estas dos tribus y media por olvidar lo que Dios les había prometido y conformarse con menos.
Del otro lado del Jordán había protección contra los enemigos, provisión, estaban cerca del tabernáculo y gozarían de muchos otros beneficios. Pero se conformaron con esas tierras y olvidaron que el cumplimiento de la promesa estaba del otro lado del Jordán.
Dice la historia que los primeros que fueron atacados, conquistados y llevados en cautiverio por los enemigos de Israel fueron estas dos tribus y media. 1 Crónicas 5:26: “Por eso el Dios de Israel hizo que el rey Pul de Asiria (también conocido como Tiglat-pileser) invadiera la tierra y se llevara cautivos a la tribu de Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés. Los asirios los desterraron y los llevaron a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, donde se encuentran hasta el día de hoy.” En la Biblia recién se vuelve a hablar de ellos en Apocalipsis 7:5, cuando Dios trate con Israel en el tiempo de la tribulación.
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron” dice Romanos 15:4. Es decir, que cada historia bíblica no es solo la descripción de acontecimientos, sino que tiene enseñanzas espirituales para nuestras vidas. La historia de estas dos tribus y media nos habla de no conformarnos cuando Dios nos habla de avanzar con fe.
Hoy es tiempo de evaluar si hemos obtenido lo que Dios nos prometió o nos quedamos a mitad de camino. ¿Qué te ha prometido Dios? ¿Tienes proyectos que has abandonado porque miraste solo a tus recursos y olvidaste a Dios?
Avanza. No temas a los desafíos, porque si la dirección que recibiste fue de Dios, Él abrirá camino donde no lo hay, Créelo.