Mario E. Fumero
En los últimos 22 años el movimiento de defensa de los derechos de los homosexuales y lesbiana, cobijado con el término “gay” o “ideología del género” han logrado establecer un cambio político en muchos países, y tratan de establecer leyes que igualen su matrimonio al heterosexual (mujer y hombre). Esta lucha gay ha sido causa de polémica, discusiones, señalamientos, persecución a los que no piensan como ellos, e incluso protestas de todo tipo, tanto a favor, como en contra, principalmente en aquellos países donde la libertad le abre las puertas a cualquier tipo de manifestación, aunque la misma choque con los principios morales o religiosos de la mayoría.
En la actualidad los países más tolerantes y liberales en torno al movimiento gay son Bélgica, Holanda y España, los cuales son pioneros al especto. En ellos no solo pueden contraer matrimonio, sino que incluso pueden adoptar niños. Para dato histórico, fue el 1 de abril del 2001 cuando se efectuó en Ámsterdam los primeros matrimonios gay, y en junio del 2003 se realizó en Bélgica, para después pasar a España en julio del 2005 en donde incluso la seguridad social les cure el cambio quirúrgico del sexo.
A partir de ahí se han incorporado otras naciones, pero algunas como Francia, Alemania y Argentina están dispuestos a darle derechos a la pareja gay pero no equipararlo al matrimonio heterosexual. En Estados Unidos la situación es más compleja, pues cada estado puede legislar al respecto, mientras que en Massachusetts se permite el matrimonio gay, otros estados como New Jersey y California solo aceptan un contrato civil con valor de igualdad en los derechos económicos o de parejas. Otros estados se oponen a ello, y la lucha acaba de empezar, incluso entre los candidatos a las próximas elecciones. El partido demócrata es proclive a esta ideología, e incluso al aborto indiscriminado
Mientras en occidente los movimientos gais ganan terreno en todas las áreas, promoviendo su llamada cultura de igualdad, en los países Islámico y del oriente medio esta condición origina persecución, cárcel y hasta la muerte. En Rusia, Polonia y las ex colonias de la URSS los homosexuales son víctima de escarnio, ataques y persecución, aunque mientras no impongan su ideología, se les tolera. No fue hasta el 1993 que Rusia abolió un artículo que condenaba a los homosexuales a la cárcel. En los países Islámicos como Afganistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabe, Irán, Nigeria, Sudan y otros se les castiga con cárcel, e incluso se les aplica la pena de muerte.
¿Debemos impedir que los gay vivan juntos? Nadie es dueño de nadie, y no se le puede negar a un ser humano un derecho vinculado al libre albedrío, aunque el mismo sea inmoral. Si embargo, el derecho de hacer lo que me dé la gana con el sexo, no puede romper las leyes naturales, ni sociales, y, por lo tanto, no debemos permitir que hagan propaganda de sus inclinaciones, ni promoverlo como algo natural, lo que a toda vista es una acción contranatural. Ser homosexual no es un delito desde el punto de vista legal, pero sí es una desviación desde el punto de vista psicológico y espiritual.
No podemos igualarlo a un matrimonio normal, pero tampoco debemos perseguirlos, marginarlos o condenarlos por su proceder, aunque bíblicamente ya tienen un juicio. En este sentido Honduras ha actuado sabiamente, pues registro en su ley constitutiva que un matrimonio es la unión de un hombre con una mujer, algo que también definió en 1996 el Congreso Americano, con la ley de Defensa del Matrimonio. Por otro lado, los movimientos Gay en Honduras han obtenido reconocimiento entorno a la lucha contra el SIDA, pero esto no les concede derecho a promover su cultura, como ocurre en los países liberales.
Acepto que se junten, que se respeten sus derechos individuales, que se amen etc. No podemos evitar que exista amor entre ellos si esos son sus deseos e inclinaciones, pero no acepto que promueva a nivel social y educativo su cultura como algo natural y normal, porque la naturaleza define, de forma clara, lo que Dios creo, pues dice la Biblia que, que tanto los humanos como animales “macho y hembra” los creo, y alterar el orden, no solo es una desviación, sino una aberración que no debemos imponer como cultura.