Mario E. Fumero
La etimología es una disciplina que investiga, en el campo lingüístico, el auténtico origen de las palabras, así como sus raíces, tomando como fuente la historia[1]. Este término se deriva de la raíz griega compuesta por «étimo» cuyo significado es verdadero o autentico, y «logos» que se traduce como «palabra, expresión o estudio».
La mayoría de las palabras que usamos en el idioma castellano, proceden de una lengua románica, y tienen su origen del latín vulgar, el cual fue introducido por los romanos con la conquista en el territorio español, hacia el año 200 antes de la era cristiana, aunque también puede reconocerse la influencia de otras lenguas, principalmente el árabe, al sufrir España la invasión de los moros[2] en el año 711 d.C. Este dominio musulmán dejó, junto a la ciencia y religión, raíces árabes, influenciando enormemente en el idioma castellano. El dominio de los califatos árabes se extendió por todo el sur de la península Ibérica, prolongándose por más de ocho siglos, hasta que en el año 1492 se concluyó con la caída del último rey nazarí, el cual se rindió en Granada a los Reyes Católicos. Es por ello que muchas palabras árabes ingresaron a formar parte del idioma español, principalmente todas las que terminan o comienzan con «ala».
Las palabras nacen cuando se crea un sustantivo que representa un término abstracto, procedente de un escritor filosófico o científico, y con lo cual se expresa algo que no existía, lo que da origen al lenguaje. Es bueno considerar la etimología primitiva que es; «el desarrollo del estudio de las palabras autóctonas de un idioma determinado, que no han sido tomadas de ninguna otra lengua. Así han llegado los eruditos a buscar o imaginar una lengua indoeuropea, que se hablaría 6,000 años atrás, base del sánscrito (lengua de la India), latín y griego[3]«.
Por lo general, nuestro idioma se nutre del griego clásico, aunque muchas palabras modernas tienen raíces o términos que se aplican a cosas que no existían, y las cuales al crearse reciben un nombre, que puede tener su origen a partir de una combinación de palabras, o hacer referencia al nombre de un determinado invento o estar vinculado a sus científicos, como, por ejemplo; celular, internet, informática, robótica, etc., son palabras nuevas que se han añadido al idioma.
En el caso bíblico, muchos profetas tuvieron problemas al tratar de explicar cosas inexistentes, tal es el caso de los profetas Ezequiel, Isaías, Daniel y el apóstol Juan en el Apocalipsis, los cuales usaron símbolos o comparaciones que revelaban lo que en ese momento no existía, representando de esta forma, lo que después tendría nombres, ejemplo; al hablar de la «marca de la bestia» (Apocalipsis 13:16) se interpreta como un símbolo numérico que bien podría representar un mecanismo moderno de control económico mediante los sistemas numéricos digitales, que se pondría una marca en la mano o frente.
Los primeros diccionarios etimológicos eran en latín, derivado del griego, esta lengua (el latín) dominó Europa desde la época de los Césares, hasta finales de la Edad Media, aunque en la actualidad el latín ha quedado limitado dentro del clero de la Iglesia Católica Romana hasta el día de hoy.
Ignorar el origen y sentido histórico de las palabras a la hora de interpretar las Sagradas Escrituras, nos lleva a desvirtuar conceptos fundamentales, y caer en interpretaciones erradas, debido a los cambios lingüísticos que se producen a través de los años. Estos cambios son influenciados muchas veces por los regionalismos o modismos, que distorsionan o alteran el sentido original de los términos, principalmente cuando la filosofía pragmática o liberal domina en la interpretación de los textos introduciendo el lenguaje inclusivo.
No podemos estudiar la Biblia correctamente, si primero no interpretamos algunas palabras dentro del marco histórico y lingüístico del idioma original. Para ello, debemos tomar en cuenta los factores etimológicos, de acuerdo al sentido del pasado, según la mente, cultura y época del escritor. Respecto a las traducciones hechas al castellano, algunas versiones bíblicas han adaptado en demasía el lenguaje a los tiempos modernos, que alteran el sentido original de las versiones más antiguas, usando un lenguaje más diluido y genérico. Como hemos afirmado, la tendencia moderna es suavizar los términos rudos, usando palabras «diplomáticas» o genéricas, algo que les quita peso a ciertos conceptos vitales, para entender claramente la doctrina bíblica.
Muchas palabras han sufrido modificaciones en su sentido interpretativo, y esto se debe a la ignorancia histórica. El leer la Biblia y predicar, muchas veces le aplicamos un significado incorrecto, desconociendo términos claves, e ignorando el sentido original de las palabras. No podemos negar que, por factores regionalistas, muchos términos se alteran, y muchas palabras sufren mutación, es por ello que debemos ser fieles a la hermenéutica y al texto original; en esto me he inspirado para escribir este libro con el propósito de definir conceptos que actualmente están en decadencia.
Espero les ayuden a no caer en «horrores doctrinales».
NOTAS
[1] -Se denomina etimología al estudio del origen de las palabras, de la cronología de su incorporación a un idioma, así como de la fuente y los detalles de sus cambios estructurales de «forma» y de significado.1 En idiomas de larga historia escrita, la etimología es una disciplina relacionada con la filología y con la lingüística histórica, que comprende el estudio del origen de las palabras mediante investigación de su significado original, de su estructura, así como de su evolución diacrónica, es decir, posibles cambios ocurridos en el transcurso del tiempo. Así mismo, para obtener alguna fuente directa, por ejemplo, la escritura, mediante métodos de lingüística comparativa se pueden reconstruir datos relativos a lenguas sumamente antiguas. Así, por medio de análisis de otros idiomas relacionados, los lingüistas pueden establecer inferencias acerca de la lengua de la que son originarias y de su vocabulario. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «etimología». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.. -https://es.wikipedia.org/wiki/Etimolog%C3%ADa
[2] – En el año 711, grupos provenientes de Oriente y del Norte de África (árabes, sirios y bereberes), de religión musulmana, al mando de Tarik, derrotaron al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete y a lo largo de la Edad Media estos grupos se asentaron en el sur de España, teniendo sus sedes en Granada y Córdoba.
[3] – Fuente: http://quesignificado.com/etimologia/