LOS PELIGROS DE UN NOVIAZGO CARNAL
Mario E. Fumero
Nuestro trato con el sexo opuesto en un noviazgo debe ser santo y puro, no dándole lugar al diablo, ni a los deseos carnales. La Palabra enseña que debemos ser santo, y que evitar por todos los medios caer en fornicación o relaciones pre-matrimoniales, algo normal dentro de nuestra sociedad humanista y relativista (1 Tes. 4:1-8, 1 Tim. 4:12, 5:22, 2 Tim. 2:22). Como cristianos fundamentados en la Palabra rechazamos el amor libre, y debemos huir de la fornicación (1 Cor 10;8. 6:18)
Tristemente el 60% de las parejas cristianas caen en pecado sexual antes de la boda, lo que mancilla el lecho (Heb 13:4) y afecta la vida de santidad. El peor enemigo de las relaciones sentimentales son las “pasiones juveniles”, de las cuales debemos de huir (2 Tim 2:22). Para lograr el dominio de las pasiones y deseo carnales necesitamos además de vivir en el espíritu, poseer un control y educación cristiana sobre nuestros impulsos sexuales.
Nuestra sociedad ve con beneplácito las relaciones pre-matrimoniales, e incluso promueve el amor libre, como experiencia previa para ver si debemos o no casarnos. Esto origina el nacimiento de un promedio de un 40% de niños que carecen de un hogar estable, lo que a su vez es el factor detonante de la problemática delincuencia y de violencia en los jóvenes en la actualidad.
EL PROPOSITO DEL SEXO
El sexo fue creado por Dios con dos propósitos:
1º- El procrear y formar una familia para extender la especie.
2º- Y experimentar un placer y dicha, lo cual es bueno (Gen. 1:31), dentro del matrimonio (Heb. 13:4, Prov. 5:15-23). Pero cuando se rompe este principio para buscar solo el placer sexual (orgasmo), no solo se origina el pecado, sino que se produce un caos social y familiar[1].
Los jóvenes cristianos deben tratar a las hermanas con toda pureza y respeto (1 Ti. 5:2) evitando el contacto físico erótico. Las muchas caricias y besos pueden excitar y llevar a la tentación, por lo cual debemos evitar este tipo de contaminación (1 Cor 7:1). Afirma cierto escritor que: “Una señorita no debe permitir caricias cuando éstas la puedan dañar moralmente. No se descarta la posibilidad que un joven que ama a una señorita trate de brindarle caricias que puedan despertar en ella pasiones sexuales, que más tarde le resulten fatales. Cuando las caricias que un joven brinda a una señorita conllevan el propósito de dañarla moral-mente, ella está en el deber ineludible de rechazarlas, aun a sabiendas de que por este motivo, ella pueda perder al ser amado”[2]. No estamos objetando ciertos tipos de caricias, besos, abrazo y estrechones de manos, que son aceptables cuando no promueva excitación o estímulos eróticos. Cada pareja debe definir el límite entre el trato afectivo, con el excitativo, y esto depende del temperamento sexual de cada individuo, porque no todos somos iguales.
Como señale anteriormente, es sano establecer relaciones sociales en grupo en vez de reducir nuestra relación a una persona. En la vivencia dentro de la comunidad de los santos (iglesia), existe la posibilidad de poder escoger entre muchos/as las personas más afines y así llegar a conseguir la pareja ideal según la voluntad de Dios (He.10:24-25). Uno de los principios mas importante en las relaciones con el sexo opuesto es la pureza en el trato, lo que establece el principio de respeto y santidad que nos muestra como modelo en un mundo en donde los valores no existen, y el deseo de placer y bienestar carnal domina sobre los valores cristianos de castidad y pudor (1 Ti. 4:12, Tito 1:15, 1 Jn. 3:3, etc.).
No solo se puede pecar con un acto sexual consumado, es importante entender que existen otras muchas actitudes o acciones sexuales, aparte de la fornicación, que Dios condena drásticamente, e incluso, no se necesita cometer un acto sexual, para que cometamos el adulterio o la fornicación (Mt 5:28, Job. 31:1, Rom. 1:24-32, Gálatas. 5:19-21, 1 Tes. 4:3). Debemos tener presente que un poco de estímulo es suficiente para que se produzca el deseo de hacer lo malo en la mente, lo que se establece como pecado (Mt 5:28, Ecl. 1:8,).
En nuestro trato con el sexo opuesto debemos ser cauteloso y sabios, no permitiendo que se levanten muchas expectativas que nos lleven a un juego sexual que puede ser peligroso, por lo que debemos ser prudentes. Nuestros patrones de conducta para el noviazgo debe ser diferente a los que establece el mundo, en donde todo es licito, aunque no todo nos conviene (1 Cor 6:12). Es por ello que debemos ceñir nuestra relación al principio bíblico de la Palabra (Rom 12:1-2, Col 3:1-10,). Hay una ley inexorable y es que todo lo que sembramos eso es lo que cosechamos, porque no podemos burlarnos de Dios o de otro hermano, sin sufrir las consecuencias, ya que los errores y pecados, tarde o temprano nos pasan factura (Gál 6:7-8). Dios demanda castidad a ambos y de ella dependerá mucho no solo el éxito en el matrimonio, sino nuestra vida profunda con el Señor Jesús.
Y para concluir, deseo advertir algo que actualmente está de moda y es el jugar con los sentimientos y emociones de la gente, ya sea por placer, o manipulando la palabra de Dios fuera del contexto bíblico. No podemos obviar la importancia del factor sentimental y emocional de toda relación humana, es por ello que añado cierto comentario que leí y que dice así: “Los sentimientos son importantes, pero no son la esencia del amor; un noviazgo construido sólo sobre emociones y sensaciones sentimentales llevará al fracaso, precisamente por la inestabilidad y «ceguera» propia de los sentimientos. Vive de sentimientos la pareja que reduce sus relaciones a un sentirse a gusto juntos, hablar de sosas superficiales adulándose mutuamente, sin pensar juntos con seriedad en el futuro, sin dialogar maduramente dándose a conocer uno al otro y tratando de amarse en profundidad, como personas, tal cual son”.
Dentro de la manipulación sentimental, algunos usan profecías y supuestas revelaciones para comprometer a parejas en relaciones sentimentales, afirmando que “Así dice el Señor”. Este tipo de manipulación debe confrontarse con la Palabra y el trato personal de Dios con las personas involucradas en esa relación. Recuerdo que en Comayagua, Honduras había unos jóvenes misioneros que se comprometieron por revelación o profecía que recibían de terceras personas. Muchos de ellos, obedeciendo la supuesta palabra profética, se casaron, y algunos de ellos fracasaron, no solo en su matrimonio, sino también en su ministerio y vida espiritual. Quiero dejar claro que en asuntos sentimentales se necesita la revelación clara y precisa de Dios a la vida de la persona involucradas en la relación, y que tenemos el deber de juzgar toda profecía según lo enseñan las Escrituras (1 Jn 4:1, 1 Cor 14:29).
Tengamos cuidado de no dañar o lastimar a la otra persona, ni jugar con sus sentimientos. Tampoco debemos mantener una relación que no funciona o es incompatible porque le tenemos lastima o compasión. Aunque la mujer es más sensible que el hombre, no debemos aprovecharnos de ello para manipularla hacia fines carnales (1 Pd 3:7). No se debe pensar en temas del noviazgo o matrimonio entre dos personas del sexo opuesto si primero no están pensando seriamente en seguir una relación formal, responsable y bajo cobertura (1 Tes 4:6). Si eres líderes o maduro en la fe tiene más responsabilidad de cuidarte en esto que los demás hermanos de la iglesia (1 Tim 5:19-20, San 3:1).
Pastor Mario. Soy Daniel Luna,y me interasa muchisimo este tema. Como jovenes estamos propensos a caer en el error de actuar teniendo como base nuestros sentimientos y emosiones olvidandonos totalmente de ese plan perfecto que Dios elaboro con mucho cuidado y amor para cada uno de nosotros. Quisiera que platicaramos acerca de este tema, y poder exponerle cada uno de mis temores como cristiano, y que pueda ayudarme en oracion para que sea El Señor quien guie mi vida.. Le Amo muxo en el amor del Señor Don Mario. Bendiciones.
Querido amigo y hermano, puedes ponerte en contacto conmigo al telefono 504 99836911
Mario E. Fumero
estoy hablando con un muchacho de la iglesia a cuál asisto y mi madre me dijo que mientras somos amigos si nos podemos sentar en la iglesia ala par pero cuando seamos novios no se puede? Hasta que nos casemos Dice que es la doctrina la verdad yo no le creí