Mario E. Fumero
Es curioso ver como por los medios escritos hacen escarnio de la fe cristiana partiendo del hecho de que hay salceditos y pastores que en ciertos momentos de su vida actúan deshonestamente, unos jugando con las personas, otros manipulándolas, y un alto porcentaje, lucrándose de su posición, viviendo desordenadamente, sin sujetarse ni a la Palabra de Dios, ni a sus superiores, si es que los tienen. Sin embargo, ante nosotros tenemos un fenómeno mayor que los escándalos hermanos, y nadie quiere identificar y enfocar este hecho. La mayor amenaza para nuestra sociedad y los valores cristianos y principios tradicionales, son las corrientes filosóficas de LA NUEVA ERA.
Tratar de desenmascarar a una corriente adaptable a todos los marcos y con una filosofía mutante, es difícil. Algunos expertos catalogan a la Nueva Era como el SIDA moral del tercer milenio. Esta corriente sincrética es un “cóctel espiritual” de todas las ideas religiosas y filosóficas que privan en nuestros tiempos. Es una forma de justificar la realizad enfermiza de una sociedad decadente, donde todos los valores se están trastocando, es el tratar de justificarlo todo sin definir nada.
Si tuviera que explicar las influencias de la Nueva Era en la sociedad y la religión tendría que establecer los siguientes parámetros. La Nueva Era transforma las virtudes en valores efímeros. La moral la convierte en compromisos huecos y sin sentido. La conducta social se define por un “estilo de vida” materialista, donde el tener es igual al SER. Cuando se habla de la verdad, se presenta tan solo como una alternativa liberal, donde todo cabe y nada es malo. En vez de proclamar al Creador, diviniza al hombre haciéndole un “dios”.
La Nueva Era potencia la conciencia propia sobre la moral divina. Hace de la mente el poder absoluto, eliminando el pecado o delito como causa del mal. Su influencia en la sicología y justicia nos ha llevado a un callejón sin salida, que no nos permite frenar el deterioro delincuencial. Al igual que los defensores de los derechos humanos, para la Nuera Era todo es licito, y cualquier actitud severa, en la corrección del mal, debe ser rechazada. Su impacto en la vida familiar ha sido desastroso. Se cambio la mano fuerte de los padres para controlar a los hijos, por esa teoría de que hay que darles las mismas prerrogativas a los menores que a un adulto, y no se debe restringir sus libertades y derecho, aunque legalmente son juzgados con un régimen más tolerante y permisivo. Estas corrientes dicen que no “debemos reprimir los deseos” y, por lo tanto, dar libertad para desencadenar los instintos animales, sin freno espiritual.
¿Qué es la espiritualidad y la moral de la N.E.? Es un horizonte sin frontera, una línea sin límite, un quehacer en donde todo es licito. Al fin y al cabo, esta corriente se nutre del espiritismo, magia, astrología, cábala, teosofía, budismo, hinduismo, gnosticismo, etc. Lo mismo se cree en la creación, que, en la reencarnación, que en la evolución. Se proclama el poder mental, pero se afianza las fuerzas de colores, piedras, campos negativos y positivos, energía positiva, energías vegetarianas, comunicación con los muertos o contacto con los extraterrestres etc.
La N.E. no es una ciencia, pero se basa en ciertas leyes científicas. No es una religión, pero proclama verdades espiritualistas. No es una corriente filosófica determinada ni coherente, pero en sí, proclama la filosofía del “NUEVO ORDEN MUNDIAL”. No tiene lista de miembros, pero sus millones de seguidores controlan la ONU, Disney Word, Hollywood, FMI, ONG etc. Su mensaje está adaptado a los tiempos y circunstancias, semejante al “garrobo” o iguana, se adapta al medio cambiando el color, según su entorno.
Su objetivo está bien definido. Destruir los principios del cristianismo e introducir la nueva religión del gobierno mundial, “todo es bueno, nada es malo”. Se nutre de los errores del cristianismo, y de las malas conductas de sus predicadores. Promueve la división, para sembrar la confusión. Defiende todo lo que la Biblia condena: el aborto, la unión libre, la homosexualidad, las drogas, la violencia, el ocultismo, la liberación femenina, los derechos humanos etc. En fin, trata de destruir la familia. En la justicia promueve la benevolencia extrema hacia los delincuentes, destruyendo el temor como freno de la moral. En la educación, degrada a Dios para alimentar los impulsos y deseos humanos como única meta. Coloca los derechos sobre re los deberes.
En vez de despellejar a los cristianos, criticándolos a todos por unos cuantos, sin vergüenzas, lo que deberíamos es definir los valores de le fe frente a la liviandad y subjetividad de estas corrientes que destruyen la moral cristiana. Escribamos más de la verdad y menos de las personas, solo así podremos desenmascarar la Nueva Era.