Aunque relato es hipotético, el aspecto científico es verdadero, se usa la ficción para revelar una verdad qué existe, y si esto ocurriera, como ha ocurrido en otros hallazgos arqueológicos, podremos establecer el mismo patrón ya que Dios no se equivoca. Cierto grupo de científicos promotores de la ideología del género y los movimiento LGTBQ decidieron hacer unas excavaciones y examinar unas osamenta de aquellos habitantes de Sodoma y Gomorra los cuales, según relata la Biblia y la historia, tenían inclinaciones homosexuales.

¿En qué consistía la investigación? Simplemente en determinar que habían factores genéticos que establecían el hecho del predominio de la sodomía como norma de cultura en la época de Sodoma y Gomorra.
Después de hacerse las pruebas científicas se descubrió que todos los cuerpos encontrados estaban bien definidos los XY. Eran del sexo masculino y los XX eran los femenino, de manera tal que no se pudo encontrar ninguna mutación que justifique, que a través de un cambio de sexo, que se pueda alterar los factores genético de toda la estructura molecular, incluyendo los huesos, por los que aunque no quiera aceptarlo, los defensores de los movimientos LGTBQ no existe la evidencias científica para justificar este fenómeno como parte genética como lo establece el pastor Miguel Núñez al afirmar: “Es simple: Los genitales son definidos por los genes y ambas cosas definen lo que soy por dentro y por fuera. Las emociones solo dicen cómo me siento ser un día, lo cual pudiera cambiar al siguiente día. Tú cambias lo que sientes, pero no lo que eres.” Así que, si eres, XX o XY, por más que se inyecten hormonas, se operen, o hagan lo que hagan, desde que nacieron hasta hoy, y 500 años más tarde, si llegan a encontrar tus huesos y les hacen un análisis, seguirán siendo XX o XY por toda la eternidad, y eso se debe a que Dios no se equivoca
Frente a esta realidad no podemos imponer una ideología como científica bajo leyes jurídicas, y tratar de silenciar a los que opina diferente, por qué esta actitud violenta la ley natural, la libertad de conciencia y sobre todo la verdad revelada.