Ángel Bea
«Pero cualquier otra cosa que un texto bíblico pueda significar, generalmente significa, al menos lo que significó para el autor inspirado, que interpretó su propio lenguaje, modismos y alusiones culturales mejor que nosotros» (Craig S. Keener “La hermenéutica del Espíritu”).
Lo que dice Keener es muy cierto. De ahí que, una vez hecho el trabajo hermenéutico básico necesario, no todo lo que dijo el autor inspirado podría tener aplicación aquí y ahora, en nuestro tiempo y situación particular. Entonces, hace falta esa «hermenéutica del Espíritu» asociada esencialmente con su obra iluminadora, a fin de entender tanto el significado del texto bíblico como su aplicación pertinente en nuestro contexto y situación particular.
Por ejemplo, en el pasaje de Hechos 6.1-6, donde aparece un problema con la administración y reparto de los recursos de ayuda a las viudas necesitadas, los apóstoles del Señor solucionaron el asunto encargando a la iglesia que eligieran a “siete varones, de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” que se responsabilizaran de aquel trabajo.
Cabe destacar que el hecho de que tuvieran que ser “varones” los elegidos para realizar aquel trabajo, se debía a que las mujeres no eran tenidas en cuenta para ocupar puestos públicos de responsabilidad, junto con los hombres. Y así fue durante siglos en la llamada cristiandad. Sin embargo, si hoy alguien se empeñara en seguir ese ejemplo solo porque, “lo dice la Biblia” estaría cometiendo una gran falta, no de interpretación sino de aplicación de ese pasaje que, atendiendo a todos los factores que están implicados, no es de aplicación en nuestro tiempo. Además, se estaría cometiendo un acto de discriminación hacia las mujeres. En nuestras asociaciones de carácter cultural, político-social y eclesial, hombres y mujeres trabajan juntos, de forma pública sin ningún problema ni prejuicio. ¡Los tiempos han cambiado mucho! Gracias a Dios. Menos en algunas iglesias; quizás bastantes.
Por eso, qué importante es tener en cuenta aquella cultura y la nuestra a la hora, tanto de interpretar como de aplicar la Palabra, para no incurrir en semejantes actuaciones erróneas, en las cuales ha incurrido el llamado pueblo de Dios a lo largo de los siglos.
Unidos Contra la Apostasía 
Jesucristo es el mismo hoy, ayer y por los siglos. Para él, los tiempos u ordenamientos humanos son temporales, pero el suyo es eterno. El eligió 12 apóstoles .. ninguna mujer, no porque la mujer no tenga lugar ni valor, sino porque su rol es otro. Ahora, el desastre de hoy es una obra satánica. Conversaba con alguien, al cual le dije que toda la tierra está bajo el malígno, pero es mejor el regimen de Irán con todos sus excesos, que el degeneramiento de la Unión Europea.
Percibo que este artículo tiende a ser progresista, de iluminación espiritual feminista, al creer que no todo lo dicho por el autor inspirado podría aplicarse en nuestro tiempo y situación particular. Es cierto que las personas, tiempos, lugares y circunstancias cambian; pero en esencia ¿son o no lo mismo?
Juzga que quienes hoy se empeñan en seguir el ejemplo «sólo porque lo dice la Biblia», cometen una gran falta de interpretación y aplicación del texto bíblico, además discriminan a las mujeres. También acusa al pueblo de Dios de actuar mal. ¿Hay cierto desprecio a las Sagradas Escrituras, la iglesia y a quienes siguen el ejemplo de las mismas? ¿Quiere agradar a las mujeres o a la justicia? ¿La justicia de Dios o la del hombre?