Mario E. Fumero
Uno de los grandes problemas del cristianismo moderno es no entender que el ministerio es producto de un llamamiento de Dios entre aquellos que, siendo siervos, Él los escoge como mayordomos de su reino mediante un llamado directo, para hacerlos un servidor. Esto no depende de una herencia que se trasmite de padres a hijos, como ocurre con las monarquías, porque el ministerio en la iglesia no es una herencia, sino un trato de Dios con cada persona, que, habiendo nacido de nuevo, se convirtieron en siervos, a los cuales el Señor los ha separado y llamado para un propósito definido en sus funciones ministeriales.
SIGUIENDO UN FALSO MODELO DE MINISTERIO
Uno de las cosas que me ha decepcionado en los últimos años, dentro de las iglesias evangélicas, es ver con tristeza, como muchos pastores, en vez de seguir el modelo bíblico de preparar discípulos para que continúen su ministerio dentro de su visión, colocándose después en un plano de PROFETA, lo que hacen es ubicar a su familia dentro de la estructura de la iglesia, para formar una congregación no basada en un fundamento bíblico, que consiste en formar discípulos, para que lleven adelante su visión, pero en vez de ello, forma una argolla familiar, a las cuales les delega el quehacer de la iglesia, y cuando èl se retira, o se muere, ellos heredan la iglesia naciendo una monarquía espiritual.
En los sistemas monárquicos, como el de Israel, encontramos que la transmisión del gobierno del pueblo se hacía a través de sus descendientes. Tristemente algunos de ellos no siguieron el camino de sus padres, conduciendo su reinado al fracaso. Un ejemplo lo tenemos durante el reinado de Salomón, donde sus hijos se dividieron el reino[1], debilitado de esta forma la existencia del pueblo Israel como nación, lo que trajo como consecuencia el posterior cautiverio por los pueblos subyacentes. Lo mismo ocurrió con algunos lideres religiosos de Israel, como el caso del sumo sacerdote Eli[2], donde sus hijos eranimpíos[3], y no tenían conocimiento de Jehová, por lo cual Dios los desecho.
EL FUNDAMENTO DEL DISCIPULADO
El principio bíblico para formar una iglesia está en hacer discípulos, para forjar entre ellos un ministerio, y para ello tienen que ser llamado y avalado por Dios. Estos deberán estar dispuestos a la entrega, para transmitirle a otros el concepto bíblico de ser siervo, a fin de que Dios ponga en ellos el llamado, y reproducir ministerios. Los pastores no producen ovejas, sino pastores, para que las ovejas se multipliquen, lo que producirá un proceso de crecimiento biótico[4] en la iglesia.
Me da tristeza cuando veo que un ministro, al levantar una obra misionera y tener una familia, empieza a poner en los puestos claves a sus hijos, yernos y parientes, ocurriendo lo que dentro del mundo de la política denominamos “nepotismo”. No hay nada más terrible que introducir en la iglesia estas dos tendencias políticas nefastas, como son el nepotismo y el despotismo. Pero analicemos estos dos términos.
El despotismo[5] en la iglesia aparece cuando surge un pastor cacique que elige lideres “borregos” que no los prepara para actuar con su discernimiento propio, sino que los manipula, no permitiendo otras iniciativas o señalamientos contrario a los suyos propio, gobernándolos con un poder absoluto[6], no permitiendo que cuestionen sus errores doctrinales e interpretaciones, aunque sean revelaciones propias, las cuales impone como “dogma de fe”, sin un sustento bíblico, siendo él, el “Señor de la iglesia”, y no Jesucristo. Sus miembros quedan a expensas de sus caprichos, estableciendo un pastoreado estilo monarquía o dictadura, a lo cual el pastor José Luis Gómez Panete, de Palma de Mallorca, definió esta estructura como la “dictadura de los santos”.
El nepotismo es “la preferencia que tienen algunos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar sus méritos o capacidad para ocupar el cargo, siendo lo más importante su lealtad o alianza”[7]. En relación con la iglesia, consiste en colocar alrededor suyo a familiares o amigos afines a sus propósitos, manteniéndolos como dirigente de la iglesia, y distribuyendo entre ellos las diversas funciones administrativas y pastorales, no dando cabida a más nadie que a ese círculo íntimo, con el cual forma una argolla. Es decepcionante ver ministerios que, consciente o inconscientemente, han caído en esta tendencia, principalmente en iglesias independientes, siendo esta una característica predominante dentro del mundo secular de la política.
¿QUÉ ES LA IGLESIA?
La iglesia es un reino formado por diversas familias, donde Dios es el que escoge a aquellos que, por su entrega, son llamados para que asuman las responsabilidades dentro del quehacer del reino. No niego que puede haber algunos casos puntuales en donde los hijos de pastores puedan ser llamados para servir a Dios, apoyando a sus padres, pero esto no es una regla. Cuando dentro del ministerio de un pastor, Dios levanta alguno de sus hijos, estos deben ser avalados por la iglesia según su entrega y compromiso, aunque recordemos que los pastores no paren pastorcitos, sino que tienen hijos normales, como los demás miembros de la iglesia, y no necesariamente deben tener la vocación y el llamado de sus padres.
Debo puntualizar lo que recibí de Dios, no es una herencia, sino una visión que me lleva a una misión, y Dios deberá tratar con mis hijos personalmente, dándole a ellos, lo que busquen en el quehacer del reino. Puede darse la circunstancia que un hijo se convierta en un Aarón, que ayude a su hermano Moisés, pero esto no es una política que se debe adoptar, sino el producto del obrar del Espíritu Santo dentro de la congregación, y aunque en una iglesia puede haber familiares vinculados al ministerio del pastor, no necesariamente sería correcto qué la familia tuviera el control de todas las áreas de la iglesia, porque en tal caso, tendríamos dentro del gobierno local una estructura paternalista, que llevaría a un nepotismo espiritual.
CON VISIÓN DE FUTURO
A lo largo de mi ministerio establecí el criterio de qué el misionero, o pastor, que comienza una obra, tiene la obligación de preparar a sus discípulos, y escoger entre ellos aquellos, que, captando la visión y la misión del fundador, puedan seguir llevando la carga adelante, bajo el fundamento dado en la Palabra, como dice San Pablo, en donde uno hace los planos, otros ponen el fundamento[8], pero otros edifican encima, hasta formar la iglesia, cuya cabeza y piedra del ángulo es Jesucristo[9].
Es decepcionante cuando un ministro al tener que retirarse, partir o morir, requiera buscar a alguien de otro lugar para que continúe la obra que él empezó, sin conocer los planos (visión) del edificio diseñado, por lo que posiblemente la visión original que dió lugar a esa misión, se desvanezca y diluya con otra visión diferente, que aunque siempre tiene la misma Palabra de Dios, no seguirá los mismos parámetros respecto al quehacer, lo cual puede producir una crisis en los que fueron formados dentro del esquema de aquel que comenzó la obra.
Es bueno entender que, aunque la misión es inalterable y el llamamiento que es irrevocable[10], la forma o visión de este quehacer es algo que Dios le da al que llama. Lo podemos definir como la estrategia del trabajo, que se enfoca según la realidad en donde el misionero inicia el mismo, y aunque la Palabra es la misma (la gran comisión) la problemática puede ser diferente, por lo cual, debemos de ajustar la visión según las necesidades, naciendo el compromiso social de la iglesia de acuerdo al marco histórico del lugar.
[1]– En el año 930 a. C., después de la muerte del rey Salomón sus hijos Roboam y Jeroboam dividieron el Reino,[2]-1 Samuel 2:12.
[3]– La descripción de “impíos” suena suave en comparación al original hebreo en donde se les llama: Belial, que literalmente se traduce como: “Bnei”: hijos; “Belial”: sin valor, buenos para nada, malignos, destructores.
[4]-Este proceso mediante el cual todo organismo vivo se reproduce así mismo.
[5]-El despotismo (griego: Δεσποτισμός , despotismós) es una forma de gobierno en la que una sola entidad gobierna con poder absoluto. Normalmente, esa entidad es un individuo, el déspota; pero (como en una autocracia) las sociedades que limitan el respeto y el poder a grupos específicos también han sido llamadas despóticas. (tomado de Wikipedia).
[6]– «Despotism». archive.org (film documentary). Prelinger Archives (Chicago, IL: Encyclopædia Britannica, Inc.). 1946. OCLC 6325325. Consultado el 27 de enero de 2015.
[7]– Real Academia Española. «nepotismo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
[8]-1 Corintios 3:10-12 “Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca”
[9]– Efesios 2:20 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”
[10]– Romanos 11:29



Gracias por hablar de los temas a los cuales muchos se hacen siegos o temen tocar por no entender. Esto si es una realidad en muchas congregaciones. Juan 8:32 – y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres