¿QUIÉN ES JESUCRISTO? -II- Parte

Tomado de: http://lapuertaesjesus.wordpress.com

LAS DOS PREGUNTAS DE JESÚS:

Un día, Jesús les planteó a sus seguidores, dos preguntas:”¿Quién dicen los hombres que soy Yo? Y vosotros, ¿quién decís que soy?”.  Estas dos preguntas son nuestro punto de partida. Primero: ¿Qué tiene el mundo que decir acerca de Cristo? Si ya has hecho investigaciones sobre Jesucristo, probablemente estás de acuerdo con la mayoría de los pensadores, que Jesús es la más singular personalidad que el mundo conoció jamás. Cuanto más estudies su vida, tanto más impresionado quedarás. Inclusive los ateos y escépticos del mundo, reconocen la singularidad de Jesús. Escucha lo que dijeron los escépticos del mundo sobre Jesús y su inigualada contribución a la historia humana.

Renan, un pensador y ateo francés, dijo: “Cualquiera sea la sorpresa que nos traiga el futuro, una cosa es segura: Jesús nunca será superado”. Rousseau, otro pensador francés, comparó a Jesús con Sócrates y dijo: “Si la vida y la muerte de Sócrates fueron la de un gran sabio: la vida y muerte de Jesús, fueron la de un Dios”.

Napoleón dijo: “Yo conozco al hombre y puedo decir que Jesucristo no fue un simple hombre”.

Lord Byron, el poeta inglés, el que con seguridad no abrazó los principios cristianos y murió a la edad de veintiséis años, porque vivió su vida para sus placeres egoístas, dijo acerca de Jesús: Si alguna vez un hombre fue Dios, o Dios fue hombre, Jesús fue ambas”. Recientemente, un escritor describió su influencia de la siguiente manera: “No exagero si digo que todos los ejércitos que lucharon alguna vez, todas las flotas que fueron construidas, todos los parlamentos que gobernaron alguna vez y todos los reyes que reinaron alguna vez, no afectaron la vida del hombre sobre la tierra con tanta fuerza como la afectó una sola vida, la de Jesús de Nazareth”. Otro historiador describió la influencia de la vida de Jesús de la siguiente manera: “Diecinueve siglos vinieron y pasaron, y hoy Él todavía es este Jesús de Nazareth, sin dinero y sin armas, conquistó más millones de personas que Alejandro Magno, César, Mahoma o Napoleón. Sin conocimientos ni educación superior, él derramó más luz sobre los problemas humanos y divinos que todos los filósofos y sabios juntos. Sin la elocuencia de aquellos que pasaron por los colegios superiores, Él pronunció las palabras de vida de un modo como nunca antes fueron y nunca más serán pronunciadas después de Él, y produjo efectos, que ningún orador o poeta podrá tener. Sin escribir ninguna frase, Él puso en movimiento más lápices y produjo muchos más temas para prédicas, discursos, debates, obras de arte, volúmenes de estudio y cánticos, que todos los sabios de la antigüedad hasta la era moderna. Nacido en un pesebre y crucificado como un malhechor, Él tiene ahora, el control sobre los destinos del mundo civilizado”.

Jesucristo es considerado por los escépticos y hombres que lo conocieron en vida como siendo la más singular persona que vivió alguna vez. Recordaos de nuestra pregunta: “¿Quién dice la gente que es Jesús?” Algunos hombres dicen que Jesús fue una leyenda o un mito, que Él nunca existió.

El historiador Philip Schaff dice: “Estoy convencido de la existencia de Jesucristo de la misma manera que estoy convencido de mi identidad”.

El Dr. F. F. Bruce dijo: “Algunos hombres juegan con la idea que Cristo fue un mito o una leyenda; ¡los que hacen esto, no se basan sobre evidencias históricas!”

Inclusive las fuentes históricas no religiosas, como ejemplo, Cornelio Tácito, hablan en detalle de la persona de Cristo. Flavio Josefo, el conocido historiador hebreo del primer siglo, habla sobre la vida y muerte de Jesús y como él iba de lugar en lugar, afirmando sobre sí que era el Mesías y haciendo maravillas.

El escéptico H. G. Wells, en su obra The Outline of History, dedica 20 páginas a Jesucristo, analizando su vida y su muerte desde una perspectiva histórica. Asimismo en la Biblia tenemos cuatro relatos detallados diferentes sobre la vida de Cristo. Me doy cuenta que muchos hombres ponen entre signos de interrogación la autenticidad de la Biblia, pero os recuerdo que debemos estar muy atentos con las afirmaciones que no se basan en investigaciones serias. De hecho, existen muchas más evidencias no-religiosas que apoyan la autenticidad de los cuatro Evangelios, que para apoyar cualquier otra obra de la literatura clásica.

LA BIBLIA, FUENTE DIGNA DE CONFIANZA

En su libro The Evidence for Classical Literature (Evidencias en apoyo de la literatura clásica), el profesor Barnes presenta tres pruebas estándar utilizadas para determinar la autenticidad de los documentos históricos: la prueba bibliográficala prueba interna y la prueba externa. La prueba bibliográfica analiza el número de ejemplares del manuscrito original y las copias existentes, cuando no existe ningún original. La prueba interna analiza las congruencias e incongruencias del manuscrito. La prueba externa analiza otros materiales históricos para determinar si ellos ratifican o rectifican las afirmaciones de un manuscrito, o sea, analizan las evidencias arqueológicas. Miremos cómo funciona la prueba bibliográfica:

César escribió la historia de las guerras Gálicas entre los años 100 y 44 a.C. El ejemplar más antiguo que poseemos fue escrito 1000 años después de la muerte de César y no tenemos sino 10 ejemplares de ese documento. Platón escribió entre los años 427 y 347 a.C. Las copias más antiguas de sus escritos que poseemos hoy fueron escritas alrededor del año 900 d.C, en otras palabras, unos 1200 años después que fueron escritos los originales. Únicamente tenemos siete ejemplares.

Aristóteles vivió y escribió entre los años 384 y 322 a.C. Hoy poseemos nada más que cinco ejemplares de sus manuscritos, y el más antiguo fue escrito alrededor del año 1100 d.C, 1400 años después que fue escrito el original. Tácito, historiador romano, escribió en el primer siglo y el único ejemplar que tenemos de sus escritos es del 1100 aproximadamente, 1000 años después que fue escrito el original. Mediante la prueba bibliográfica, los expertos confirman la autenticidad de los documentos escritos por César, Platón, Aristóteles y Tácito, y la credibilidad de los autores. Por eso vamos a aplicar esa misma prueba a los escritos Bíblicos, a los documentos del Nuevo Testamento. Los Libros del Nuevo Testamento fueron escritos aproximadamente entre los años 40 d.C y 90 d.C. Los manuscritos más antiguos son de alrededor del año 130 d.C., a sólo 40-50 años después que fueron escritos los originales; y existen más de 1300 ejemplares. Si aplicamos la prueba bibliográfica al Nuevo testamento, debemos pensar bien antes de decir que no tenemos confianza en la literatura Bíblica. Cuando apliquemos las pruebas internas y externas, vamos a ver más claramente por qué la Biblia es un documento digno de confianza y claramente, inspirado por Dios.

J. Harold Greenlee, especialista en el estudio del Nuevo Testamento en griego, agrega: “Siendo que los investigadores aceptan en general como dignas de confianza los escritos de los clásicos antiguos, por más que los originales que poseemos fueron escritos tanto tiempo después de que se hayan escrito el original y ese número de manuscritos es en muchos casos pequeño, es evidente que la credibilidad del texto del Nuevo Testamento está de la misma manera, asegurada”. Recordemos nuestra pregunta: ¿Quién dicen los hombres que es Jesús? Muchas veces descubro que los intelectuales tienen la tendencia a decir que los problemas religiosos son útiles únicamente para ayudar a hombres menos educados; que únicamente a hombres ignorantes y sin educación les interesa conocer a Dios, y que ellos son los únicos que necesitan de Dios. Permitidme compartir aquello que dijeron algunos de los grandes intelectuales del pasado y del presente, sobre la lucha de ellos de encontrar a Dios mediante la persona de Cristo.

El poeta y dramaturgo alemán, el más sofisticado de los poetas y literarios alemanes, Johan Wolfgang von Goethe, el genio de Alemania, llamó a Jesús:

“El divino, el Hombre Santo”. Y escribió: “Si el Divino apareció alguna vez sobre la tierra, esto sucedió en la persona de Cristo”.

El ganador del premio Pulitzer Aleksandr Soljenitsin, sobre el que yo creo que es el más grande genio literario de este siglo, habla abiertamente sobre su fe en Jesucristo, y cómo un doctor hebreo lo ganó para Cristo cuando él estaba en el Gulag. Escritores como Fiodor Dostoevski y León Tolstoi de la Unión Soviética describieron la obra del Espíritu de Dios que les transformó sus vidas. León Tolstoi, el famoso escritor ruso, que vivió la mayor parte de su vida como ateo, hizo la siguiente afirmación hacia el final de su vida: “Durante 35 años de mi vida fui, en el verdadero sentido de la palabra, un nihilista, no un socialista revolucionario, sino un hombre que no creyó en nada. Hace cinco años atrás, la fe llegó a mí. Creo en la doctrina de Jesús, y mi vida entera fue sometida a una transformación la vida y la muerte dejaron de ser malas, en lugar de la desesperación gusté la alegría y la felicidad que la muerte no se puede llevar”.

William Shakespeare, el cual probablemente es el mayor genio literario de todos los tiempos, dijo: “Confío mi alma en las manos de Dios, mi Creador, creyendo con convicción en Jesucristo, mi Salvador”.

El profesor Ambrose Fleming, nombrado el más destacado hombre de ciencia de Inglaterra, profesor emérito de ingeniería eléctrica de la universidad de Londres, dijo, hablando acerca de su fe en Cristo: “No hay nada en la Biblia que cree problemas al hombre de ciencia, en lo que respecta a la persona de Jesucristo”.

Hoy en la Unión Soviética, el Dr. Dimitri Kuznetsov, un bioquímico que tiene tres doctorados, ganó el premio Lenin Konsomol en ciencia. Él estuvo en Estados Unidos en el año 1989, y habló acerca de su fe en Cristo. Él escribió un artículo en la Unión Soviética acerca de la ciencia sin ateísmo.

Karl Barth, uno de los más conocidos intelectuales de este siglo y conocido como “el gran pensador suizo”, fue preguntado cuál fue el pensamiento más profundo que tuvo él alguna vez. Su respuesta fue:  “Jesús me ama. Eso sé”.

El profesor Charles Malek, ex-presidente de las Naciones Unidas, dijo acerca de su fe en Jesucristo: “Debemos eliminar la división entre Cristo y el universo, entre el intelecto y la fe”.  El me dijo a mí personalmente sobre el hecho que dedicó su vida a Jesucristo, como su Señor y Salvador. A continuación, os ruego, no digáis que Jesús fue solo un hombre moral bueno, y aceptéis la conclusión que Él no existió nunca y que sólo fue un mito. Y os ruego que no creáis que sólo a los hombres ignorantes y sin educación les interese quién es Jesús. Si hacéis esto, no creo que busquéis la verdad de modo correcto.

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
Esta entrada fue publicada en Quién es Jesucristo?. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.