EL DIVORCIO. LA PERSPECTIVA BÍBLICA. I PARTE

Publicado el marzo 6, 2013 por unidoscontralaapostasia

Por Enrique Zapata
Nuestro problema para manejar el tema del divorcio es que nuestra cultura ha influido en todos nosotros. Por lo tanto, nuestra comprensión de la verdad bíblica sobre el tema es vital porque afecta la forma en que ministramos, o dejamos de hacerlo, a otras personas.
No podemos ser cristianos, aunque nos gustaría, dijo el carpintero a quien le estaba testificando. ¿Por qué?, le pregunté. Mi mujer y yo fuimos a una iglesia evangélica para serlo, pero nos dijeron que no podríamos ser salvos debido a que, según ellos, estábamos viviendo en pecado.
¿Cómo es eso?, volví a preguntar. Él siguió explicándome:
Cuando tenía 19 años me casé con una vecina, pero nos fue muy mal. Siempre nos peleábamos, hasta que al fin nos separamos. Al pasar los años conocí a Estela y me junté con ella. Realmente somos muy felices; ahora tenemos un hijo. Decidimos leer juntos la Biblia y fue muy importante para nosotros. Después de haber leído mucho decidimos buscar una iglesia para aprender más. Cuando llegamos a esa iglesia que le contaba le dijeron que estábamos viviendo en adulterio, que sólo podríamos ser salvos si nos separábamos.
Nos sobrevino una gran tristeza, porque habíamos comenzado a amar a ese Dios del cual habíamos leído en la Biblia, pero sentíamos que no podríamos ser salvos por lo que nos dijeron. Para ser salvos tendríamos que separarnos. ¿Y nuestro hijo? ¿Y nosotros? ¿No había ninguna provisión para aquellos que se habían equivocado en su juventud? Volví a mí casa pensando: ¿Cuál es la solución para este problema? Me había criado en un buen hogar evangélico, conocía suficientes argumentos, pero nunca me había encontrado con un caso semejante, que alguien sintiera tanto dolor por no poder ser del Señor.
Decidí volver a estudiar las Escrituras. Utilizando una concordancia; comencé por el primer texto que hablaba del matrimonio o el divorcio y fui estudiando todos ellos con cuidado. Descubrí que el concepto de divorcio está en la Biblia. Mi problema había sido que nunca había estudiado con cuidado ciertos pasajes que dan gran luz sobre el tema.
Tampoco había estudiado el significado de ciertas palabras en el uso original, sino que les había dado el sentido moderno, que es diferente. Como resultado había aceptado ciertas premisas que no son fáciles de sostener cuando estudiamos toda la Biblia A medida que iba estudiando, entendí también que parte de nuestro problema es que la cultura que nos rodea ha influido en todos nosotros. Al vivir en una cultura católica, nos ocurre lo mismo que a Martín Lutero: mantenemos ciertos conceptos del catolicismo. Muchos hemos mantenido el concepto católico sobre el divorcio. ¿Pero qué es lo que realmente enseña la Biblia?
Para entender claramente el concepto de divorcio, primero debe entenderse el concepto del matrimonio según las Escrituras. En esencia, lo que debemos enfatizar como cristianos es que el matrimonio es mucho más que tener relaciones sexuales con alguien: Es un pacto con Dios y con la otra persona (Mal. 2.14; Pr. 2.17). El matrimonio es una institución fundamental y esencial en la sociedad y debe conformarse al modelo de Cristo y su iglesia. Es un pacto de responsabilidad, y es aborrecible romperlo por razones incorrectas.
En consecuencia, puede decirse, brevemente, que el divorcio:
Nunca es deseable. En ciertas ocasiones puede ser necesario, a causa del pecado; pero en otras ocasiones constituye un pecado en sí (Jr. 3; Esd. 10; Mal 2; Mt. 19).
Entre cristianos nunca es inevitable. Por la gracia de Dios dos personas pueden cambiar y resolver sus problemas (no importa cuál haya sido su pasado o personalidad) si la pareja está dispuesta a buscar al Señor y la ayuda necesaria.
Entre cristianos está permitido bajo ciertas condiciones y formas de proceder, pero Dios nunca lo ordena ni exige (1 Co. 7.10-16; Mt. 19.1-12).
Nuestra comprensión de la verdad sobre el matrimonio y el divorcio es vital porque afecta la forma en que ministramos, o dejamos de hacerlo, a otras personas. Hace poco, después de estudiar el tema con un grupo de pastores, uno de ellos me dijo: «No conocía estos pasajes de la Biblia sobre el tema ¡Cuánto daño he hecho por aconsejar mal!»
Nos guste o no, vivimos en un mundo lleno de personas separadas, divorciadas y juntadas. En Costa Rica, el divorcio está ganando terreno (La Nación, 16 de Marzo del 2000):
•En 1999, de cada cuatro matrimonios que se presentaron al Registro Civil una pareja decidió deshacer su vida conyugal. En sólo seis años, se duplicó el número de divorcios registrados, pues pasaron de 3.385 en 1994 a 6.949 el año pasado. Esa tendencia creciente también se palpa en los juzgados.
•Entre 1991 y 1998, los casos de divorcio tramitados en los tribunales aumentaron de 4.599 a 9.181.
•Mientras tanto, el número de matrimonios que se registra cada año pareciera estancarse. Entre 1995 y 1999, la cifra rondó las 23.500 bodas anuales.
La que gana es la unión de hecho, pues cada vez más costarricenses optan por ella, según se deduce de los datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos. La Encuesta de hogares del año pasado reveló que en 123.957 hogares costarricenses, los jefes de la familia viven en unión libre. Esto representa un 17,37 por ciento del total de familias costarricenses, un porcentaje mayor al 15,09 por ciento que detectó la encuesta de 1998.
Si deseamos ganar adultos para el Señor, nos vamos a encontrar, constantemente, con casos de personas separadas, divorciadas y/o juntadas. ¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Es el divorcio un pecado imperdonable? Si una persona está juntada: ¿Debe separarse para ser salva? ¿Puede bautizarse una persona que está juntada o separada? Si un cristiano o una cristina han sido abandonados o abandonada por su cónyuge, ¿Puede volver a casarse? ¿En qué situaciones? Si alguien se ha divorciado y vuelto a casar por razones equivocadas: ¿Qué debe hacer?
Para responder a esas preguntas debemos estudiar la Biblia con sumo cuidado, y así entender cuál es el consejo de Dios. Algunas personas responderán esas preguntas con ligereza, recurriendo a sus propios preconceptos, pero ¿qué es lo que Dios desea en cada uno de estos casos? La forma y el cuidado con que interpretemos la Biblia determinarán, en gran manera, nuestras respuestas.
Primero: Para interpretar correctamente lo que enseñan las Escrituras sobre un tema, es vital que estudiemos todos los pasajes relacionados con la cuestión. Es necesario hacerlo con honestidad, sin preconceptos. Muchos cristianos sólo estudian los versículos que sostienen sus posiciones preconcebidas y cambian el sentido básico para transmitir lo que ellos quieren. Tenemos que buscar el significado de las palabras y expresiones en la época en que se escribió el texto.
Segundo: Debe entenderse con claridad el siguiente concepto: En las Escrituras se encuentra lo que podríamos llamar el ideal, lo perfecto, lo que realmente agrada a Dios y lo que es su plan eterno. Él nunca puede decir que algo es bueno si no es perfecto. Nunca puede recomendar algo que esté fuera de su voluntad perfecta. Jesús les enseñó a sus discípulos que debían ser perfectos, así como Dios es perfecto. Nunca pudo decir que estaba bien que fueran un poquito imperfectos. Así también es con el matrimonio: Dios nunca puede decir que es aceptable que el matrimonio no sea una unidad perfecta, que le está permitido al hombre no amar perfectamente a su esposa hasta la muerte. Pero también se encuentra la realidad del pecado, lo que vemos a causa de la caída del hombre. Dios nunca aprueba el pecado. Tampoco cambia sus demandas perfectas a causa de la realidad del pecado. Dios denuncia el pecado y exige que sea considerado un «mal», que no sea suavizado, fácil.
Pero, teniendo en cuenta esa realidad pecaminosa, Dios provee soluciones. No se quedó en el cielo diciendo que, debido a que el hombre había pecado y salido del ideal, no había ningún remedio. Las soluciones de Dios tienen el propósito de resolver el pecado, la realidad. No es que sean en sí mismas lo ideal (y nunca lo van a ser), sino que son remiendos para el problema del pecado. Es similar a lo que ocurre cuando se rompe una obra de arte en cerámica: Podemos denunciar todo lo que deseáramos, aquello que nunca debería haberse roto, pero la realidad es que se rompió. La solución de pegarla con cemento especial resuelve el problema. Esto no significa que lo bueno e ideal fuera pegar la obra de arte con cemento, aunque mejor es eso que dejarla rota.
Muchas veces, estas soluciones todavía quebrantan la ley perfecta de Dios, pero son las soluciones que Él mismo proveyó para el pecado. Por ejemplo, según la ley, cuando una persona mataba a otra en forma deliberada, las autoridades tenían la responsabilidad de asegurar que se matara al asesino. Aun en el Nuevo Testamento, en Romanos 13, dice que el gobierno no lleva en vano «la espada» para castigar a los que hacen mal (la espada simboliza la pena de muerte). Nunca fue lo ideal, la voluntad perfecta de Dios, que un hombre matara a otro, pero, debido a la realidad del pecado, fue necesario legislar para ordenar la situación. Hay cientos de casos en los que vemos a Dios proveyendo, y aun bendiciendo, una solución para el pecado. Pensemos, por ejemplo, en el deseo del pueblo de tener un rey (l Sam. 8). No era la voluntad perfecta de Dios, pero les dio un rey que Él mismo escogió. Antes de que ellos lo pidieran, Él había dado instrucciones para el futuro rey (Dt. 17.14-20), con promesas de bendición. Y no sólo eso, sino que Jesús vino a través del linaje real de David. Pero no termina allí. Jesús era descendiente de David a través de Betsabé, una relación que había comenzado en una forma completamente pecaminosa pero que Dios bendijo cuando hubo arrepentimiento verdadero. Jesús también era descendiente de Judá («El León de Judá») a través de Tamar (Fares), y todos conocemos esa historia de Génesis 38. En la misma forma, nuestra propia redención tiene su base en algo que nunca fue lo ideal ni lo perfecto: Que Jesús, el Hijo de Dios, muriera por nuestra culpa Pero Dios, en su amor, buscó una solución para nuestro problema. Observe que todo los anteriormente enunciado son «soluciones» (plural).
Entonces nosotros, como ministros de Dios, necesitamos estudiar las Escrituras a la luz de estos tres conceptos: 1) Lo ideal y perfecto, 2) La realidad pecaminosa y 3) Las soluciones de Dios.
Nunca debemos aceptar como perfecto lo que no responda al ideal de Dios. Tenemos que enseñar en forma clara lo que Dios requiere para la humanidad. Pero también necesitamos recordar que Dios, aunque odia el pecado, ha provisto soluciones para remediarlo. Debemos odiar el pecado en todas sus formas, pero también debemos ayudar a las personas en sus realidades, en vez de quedarnos en la condenación. No soy ministro fiel si no presento su condenación al mal, acompañada de sus soluciones para ese mal. Lamentablemente, muchos se han quedado en las condenaciones, actuando igual que los fariseos contra la mujer (Jn. 8), sin proveer la gracia y misericordia de Jesús, que es parte de su misma naturaleza.
En las grandes soluciones provistas por Dios hay una verdad que sobresale y es que su gracia y misericordia prevalecen sobre la ley. No es que anulen la ley, sino que la superan. La gloria de la redención en Cristo es que somos perdonados y perdonadas en forma plena, completa y para siempre. Ese perdón implica dos elementos fundamentales: que no tenemos más culpa y que la pena (el castigo) ha sido quitada completa y eternamente en Cristo. ¡Qué notable! ¡Predicamos esta verdad en todas las áreas, excepto el divorcio! Nunca encontramos que fracasar en el matrimonio sea el pecado imperdonable. Pero si Dios no da razones para que el cristiano divorciado sienta culpa, lo más probable es que la iglesia sí se las dé. En la mayoría de los casos, cuando Dios no exige una pena (castigo), la iglesia la impone. Alguien puede haber sido asesino, ladrón, drogadicto, violador; mientras más grandes hayan sido sus pecados, más lo pondremos sobre la plataforma para dar testimonio del perdón y la gracia de Dios. Pero si fracasó en su matrimonio es diferente: lo rechazamos. ¿Cuál es nuestra base para hacer tal distinción de pecados? Y peor todavía, aun la propia víctima del divorcio será tratada como culpable del pecado imperdonable. Necesitamos volver a considerar las implicaciones de la obra perfecta y completa del Señor en el área del divorcio, y predicarlas.
También es necesario que descubramos las soluciones que Dios ha provisto para los diferentes casos, pecados y problemas relacionados al matrimonio, así como también sus soluciones y condiciones. Porque no todos los pecados son iguales, ni tampoco son iguales todas las causas por las cuales se produce un divorcio. Vemos en la misma Biblia diferentes formas de tratar el divorcio según las causas, dependiendo de si eran justas o injustas (Esd. 10; Jr. 3; Dt. 22; Mt. 1.19). Agrupar a todas las situaciones y personas en un mismo casillero puede llevar a conclusiones tan ridículas como el decir que un pueblo es ateo porque una persona del pueblo lo es. Nos gusta encasillar a todas las personas y cosas en uno o dos casilleros, a causa de nuestra pereza, simpleza o prejuicios. Pero la vida es mucho más complicada que eso. Y el verdadero siervo de Dios tiene que aprender a ver las variaciones multifacéticas que se presentan entre las diferentes personas y problemas, así como también los principios y la gracia que ofrece Dios para resolverlos.
Miraremos los textos bíblicos más significativos que hablan sobre el divorcio, tanto el Antiguo , como en el Nuevo Testamento. (continúa)…

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Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.

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13 Responses to EL DIVORCIO. LA PERSPECTIVA BÍBLICA. I PARTE

Carlina Briceño dice:

marzo 6, 2013 a las 4:57 pm

Espero estar en lo correcto con Mi comentario, siento y creo que en el día del Señor nos vamos a dar cuenta de muchas cosas aunque algunas ya fueron anticipadas por el Señor Jesús, primero el Señor Jesús dijo que todos los Pecados serian perdonados a los hombres Menos la BLASFEMIA contra el Espíritu Santo, segundo:Muchos hombres y mujeres conocen al Señor después de Divorsiados y llegan al Señor y sufren mucho primero porque la Escritura es como Espada de doble filo y en este sentido no debe ser fácil aceptar lo que dice el Sr. Jesús sobre el tema y luego porque en la iglesia de cierta forma son discriminados y ven su pecado como el MAS GRANDE, Tercero: he visto como los TESTIMONIOS de personas que hicieron abortar a sus esposas son victoriados en las congregaciones, los asesinos o sicarios convertidos llenan los auditorios, Los Ladrones y Pederastas llenan congregaciones y la gente sale muy Ministrada, Cuarto: En algunas congregaciones no le dan oportunidad de servir al Señor a esta Gente que se Divorcio pero si aceptan a otra gente que cometió otra clase de pecados, menos darles un puesto se Diácono o algo así.
DIOS NO RECHAZA A NADIE, SU HIJO LO DIJO, El que viene a Mi no le hecho fuera, entonces si un Divorciado esta viviendo SU VIDA NUEVA conforme a la VOLUNTAD DE DIOS, que hacer? DIOS no vino por Buenos, ni por Sanos y que hacen losPastores de Ahora?
Si alguien me Ayuda, puede ser de mucha Bendición Para Muchos,

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- giselly banguero penagos dice:
  
  abril 8, 2014 a las 3:43 pm
  
  me parece que el contenido de esta opinon es muy valiosa por que soy una mujer divorciada por la causa de una infidelidad y ahora tengo un buen compañero pero me siento muy mal por que desierta manera me an echo sentir que estoy en adulterio lo mas tremendo es que amo a jesus y anhelo servirle
  
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angel dice:

marzo 7, 2013 a las 11:23 am

Según Jesús está envuelto todo bajo pecado con toda la misericordia que tiene..dice que el que aborrece a su mujer y se casa con otra adultera y el que se casa con la repudiada adultera..Aquí adultera todo el mundo..hasta la parte inocente..también dicen que no todos son capaces de recibir esto sino aquellos a los que les ha sido dado..y también dice «que algunos se han hecho eunucos por el reino de los cielos..y bueno pues a partir de aquí cada uno que haga lo que estime conveniente…¿Dios aborrece o no el repudio? legisla hasta la parte inocente y queda todo envuelto bajo pecado..incluso cuando menciona «salvo por fornicación» está hablando en Mateo (que es un evangelio dirigido a los judios)..ya no se menciona en ninguno más..o lo que es lo mismo..si yo soy un creyente Gálata del siglo I,(gentil) y me predican el evangelio..diría predicadme el evangelio de Mateo..que por lo menos me puedo escapar al menos por fornicación (a que suena a absurdo), así que por fornicación es únicamente el tiempo de esponsales de un judío (un año) y porque todavía no se habían unido..»no habían sido uno» y esto lo dice a preguntas de los fariseos, a los que Jesús conociendo sus corazones..le tildaban de hijo de la fornicaria, así que con esta aseveración, les está dando testimonio de que Él es quien dice ser «El Hijo de Dios»..Mi padre José no se divorcia de mi madre María, ni aún de lo que me acusáis «hijo de fornicación» que le fue infiel a mi padre José en tiempo de esponsales (tiempo aprox. de un año sin que el varón se llegue a la mujer).si esto no ocurrió porque no se divorciaron…»Yo soy quien digo ser.., nacido de una virgen..anunciado por los profetas..el Mesías»….Dios no rebaja su norma y el hombre siempre anda buscando vericuetos…así que allá cada uno..

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Cristina pinel dice:

marzo 7, 2013 a las 1:53 pm

Leyendo el articulo y las 2 posiciones anteriores me doy cuenta que es realmente una radiografIa de lo que sucede actualmente la Iglesia de Cristo, unos Juzgando a otros porque quizás no tienen Ese Pecado( aunque hayan sido infieles a sus Esposas o tengas Otros ) y los que estando en la Iglesia se Divorsian y buscan el cobijo de su Pastor, LA MISERICORDIA DE DIOS ES NUEVA CADA MAÑANA Y ES PARA SIEMPE, EL. Que este Libre de Pecado que lance la Primera Piedra.
TODOS SOMOS PECADORES, NI UNO SOLO BUENO HAY EN EL MUNDO PARA ESO VINO EL SEÑOR JESÚS A DESHACER LAS OBRAS DE EL ENEMIGO (Satanás )

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angel dice:

marzo 8, 2013 a las 12:54 pm

Creo Cristina que te ha faltado esto…El que esté libre de pecado que lance la primera piedra..y lo que viene luego «VETE Y NO PEQUES MÁS»…El disco por las dos caras…

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Cristina Pinel dice:

marzo 8, 2013 a las 9:49 pm

ok, Angel asi creo Yo, Vete y no peques mas….. Esa Señora era casada y la ivan a matar JESUS le dio una oportunidad mas, La ley asi lo establecia y había que cumplirla pero en su Misericordia El Señor aplica algo » ANTES QUE LA JUSTICIA ES LA MISERICORDIA » Lo lindo es pensar que responsabilidad tuvo esa mujer con ese regalo de DIOS, seria responsable o volvio a lo mismo, JESUS No quiere que nadie se pierda y su amor fue tan grande que se entrego a la muerte y muerte de cruz por Nosotros Pecadores » VETE Y NO PEQUES MAS » eso es lo que JESUS nos plde HOY » NO PEQUES MAS………»

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Juan Carlos Amaya dice:

mayo 13, 2013 a las 9:22 pm

El problema que tienen es que las personas hoy dia necesitan una salida a la situacion biblica y franca pero es lo que menos hacen. Ya lei algunas preguntas que las personas hacen pero las respuestas estan a medias. Ej de ello nunca he oido en concreto a alguien que diga que si yo me divorcio y me vuelvo a casar pierdo mi salvacion porque la escritura habla de que cometo adulterio. En este punto: el adulterio es perdonable o es un pecado continuado que NO me dejara entrar en el la gloria celestial y creanme que hay mucha gente que batalla con eso. Y las respuestas que dan cuales son? ninguna sino lo mas facil irse por la tangente o por las ramas porque no tienen un argumento de peso. Ante tal situacion las personas cristianas o no siempre terminan haciendo lo que dicta su sola razon sin pensar en nada mas porque algunos ya estan hartos de tanto bla bla sin ningun sentido ni razon.

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Adriana dice:

junio 6, 2013 a las 5:18 pm

Yo creo que todos hablamos muy bien de pasajes bíblicos, pero cuando Dios estableció la ley, lo hizo pensando en una forma integral. Yo quisiera preguntarles a todos ustedes porqué creen que el adulterio es tan grave? o bien más exacto, porqué en la biblia se tilda tan grave el adulterio y se hace un llamado a quedar en castidad en caso de repudio?… la exposición primera que da origen a todos estos comentarios, se refiere a un caso de una pareja que «fracasó» su matrimonio, y que en nuevas nupcias desea vivir en paz con Dios. Yo pienso que efectivamente Dios es misericordioso con nosotros y perdona infinidad de faltas que cometemos… pero pero pero… y lo digo por experiencia propia, acaso no intentaba Dios padre por medio de su hijo Jesucristo ponernos una doctrina que nos protegiera de nosotros mismos y nuestra vulnerabilidad a los ataques del enemigo?, lo digo porque el adulterio es el daño más grave que se le hace actualmente a la familia, y entiéndase familia en términos globales como origen y centro fundamental de una sociedad, qué hace el lobo para obtener a su presa? la separa del rebaño y viéndola vulnerable la toma. la familia es el cobijo de nuestra sociedad, es el génesis de muchas vocaciones, el resguardo de valores y fundamentos específicos que hacen una sociedad aceptable y convivible. si falla la familia evidentemente falla la sociedad, y el diablo eso lo sabe muy bien.

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Adriana dice:

junio 6, 2013 a las 5:27 pm

Ahora bien, yo les pregunto qué pasa con toda esa estela de dolor que queda a la esposa abandonada con sus hijos, hogares empobrecidos porque el pobrecito adúltero prefiere su nueva vida que darle una educación sana a sus hijos. Me pregunto si alguno de ustedes ha vivido de cerca este flagelo que se llama adulterio y viene del mismo demonio. Me pregunto si ustedes podrían responder a un niño porqué su papá no regresa a casa, o porqué su papá no puede regresar ya que su mamá decidió que se llevaba mejor con otro hombre. cómo le explicamos a un niño o niña que ha sido víctima de violación por su padrastro o madrastra que Dios veía conveniente que su progenitor rehiciera su vida para bienestar propio y de su carne…. Yo me pregunto, será que estamos viendo el bienestar de la carne como si fuera un beneficio espiritual que nos lleva al cielo?.
Sinceramente creo que opinar en este caso es muy delicado, y me atreví a hacerlo porque ninguno de los mensajes publicados habla de la verdadera secuela de dolor que queda después de un adulterio, conozco el caso de una señora cuyo esposo anda buscando en la iglesia el perdón de Dios y la aceptación de su nueva mujer, sin importarle que sus hijos sigan llorando en casa su ausencia, y tengan que presumir que hogares disfuncionales son convenientes para el alimento del espíritu. Hablando de apostasía mucho cuidado, no sea que estamos acomodando la ley de Dios a nuestra propia conveniencia… QUIEN DICE QUE AMA A DIOS Y NO AMA A SU HERMANO ES UN MENTIROSO

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- claudia dice:
  
  marzo 17, 2022 a las 5:19 pm
  
  Hola Hermanos, si nos podemos llamar así, pues Dios solo sabe y conoce nuestra condición, comparto tanto esta respuesta, estoy en ese dolor, decidiendo si debo aceptar la petición de divorcio de mi esposo, se marcho sin decir una palabra, solo que había una hija de por medio, tomó sus cosas y se fue, nunca más hablo del tema, resultado, mi hija, y yo padeciendo la vergüenza, el dolor que traspasa las entrañas, la incertidumbre si quedaremos en la calle, las preguntas de vecinos que nos vieron 23 años juntos en TODO, e interrogantes sobre que pensará Dios de todo esto, la infidelidad, el abandono, el aborrecimiento, y mi esposo según sus palabras querer vivir la vida loca, a que se refería? pura vanidad… me pregunto ¿Cuál será la verdad de Dios en cada caso?
  Me hace mucho sentido la respuesta de esta enseñanza, trae mucha paz a mi corazón, pero, pienso en lo que escribe Adriana, y me pregunto, será mi carne, o el Espíritu de Dios que habita en mí, La Bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza en ella (Proverbios 10:22), y este tema la verdad destroza a cualquiera, confunde, nos pone entre la espada y la pared porque LO QUE MENOS QUIERE UNA COMO CREYENTE, NO ENTRISTECER A DIOS, pero este maldito pecado que nos asedia nos hace hacer lo que no queremos.
  Gracias Adriana por compartir su experiencia, no debemos olvidar que el testimonio que prevalece es el de Jesús dado por su Padre, pero su experiencia la vivimos muchas mujeres abandonadas con hijos de por medio, es una pena terrible, tenemos a quien echarle la culpa, al pecado, quien reconoce que es débil, inmaduro, mujeriego, falto de amor a los que lo amaron con todo sus ser, no quiere vivir a la manera de Dios, es así de simple, no olvidemos que el Señor nos dio dominio propio, no solo emociones que se desvanecen con el tiempo.
  
  Bendiciones queridos, deseo estar tomando la mejor decisión, pensando que el Señor es un Dios de misericordia, y después de todo, a paz no llamó a vivir, mientras dependa de nosotros.
  
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Carlo dice:

noviembre 29, 2014 a las 3:11 pm

Todos somos pecadores y el acto de pecar tiene consecuencias la ignorancia no nos redime de esas consecuencias ejemplo; si yo con toda sinceridad caliento agua y al termino saco la vasija y por accidente me caen en el cuerpo y me quema por mas que me arrepienta las consecuencias la voy a sufrir. ciertamente si nos arrepentimos y nos apartamos del mal el Eterno nos perdona
la escritura es muy clara con respecto al tema del divorcio, yo aconsejo que lean la escritura en cuanto a este tema con la necesidad de encontrar la verdad y no de encontrar lo que mejor se me acomode y si en realidad han nacido de nuevo el Todopoderoso se lo mostrara.
Pero el tener hijos o el tener muchos años con tal o cual persona jamas validara tal relación si se esta en adulterio. CREES QUE SOY DRÁSTICO E INTOLERANTE «pregúntale al Rey David»
David tomo a una mujer casada para acostase con ella y David se arrepintió y aun que se arrepintió vino consecuencias sobre el o a caso creen que la mujer adultera que perdono el Salvador, no tubo consecuencias, ya que la mujer fue expuesta públicamente y aunque fue perdonada por el Salvador , recordemos que la gente no perdona y que del esposo de ella al enterarse.
El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama hijo o hija más que a mí, no es digno de mí. Si realmente nos hemos arrepentido para acercarnos al Padre Eterno por medio de su hijo que estas dispuesto hacer para seguir con el?? recuerda que el pecado nos separa de El pero al arrepentirnos del pecado y apartarnos del mal nos acerca a El
por ahí leí que alguien menciono acerca del pecado imperdonable que es la blasfemia contra el Espíritu . pero me gustaría comentar que si pecas y no te arrepientes y no dejas de hacer eso por lo que pecaste tampoco seras perdonado por otra parte si tu no perdonas tampoco seras perdonado.
cuando Juda se dio cuenta que era Tamar su nuera con la que fornico (lo cual tambien es pecado) no la volvio a tocar a pesar de que tubo un hijo con ella.
Hermanos el Eterno aborrece el divorcio, el divorcio no existe o dicho de otra manera el divorcio no
lo autoriza el Padre Eterno, ni tampoco los hijos y/o años que se tengan con determinada persona
NO EXISTE NI UNA SOLA ESCRITURA QUE AUTORICE EL DIVORCIO Y si se refieren a la que autorizo Moisés de dar carta de divorcio, el Salvador lo aclara y dice que fue por la dureza de sus corazones y el que se casa con la divorciada adultera
Aclarando Adulterio y fornicación son conceptos diferentes
Paz sea sobre Jerusalem y sobre los hijos que temen y guardan los mandamientos del Todopoderoso

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Fabian dice:

mayo 12, 2015 a las 1:50 pm

Las personas que se divorcian y se vuelven a casar son como si tuvieran lepra dentro de la iglesia a los demas les es facil juzgar porque no saben el porque del divorcio no estoy a favor del divorcio yo pase una situacion parecida pero creo que El Señor Jesucristo me a perdonado y le amo y asi en mi condición de «RECASADO» como nos llaman asi le sirvo sigan adelante con la mirada puesta en el supremo galardon amados hermanos Bendiciones del Rey de gloria

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Raul dice:

marzo 6, 2016 a las 10:38 am

Bueno la biblia dice que cuando Jesús cierra nadie abre y cuando abre nadie cierra si el dice no es no en alguien que está casado no puede divorciarse a menos que sea por adulterio o fornicación. X que lo que dios junto no lo separe el hombre.

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