Suahel Figueroa
Es increíble la gran muestra de sentimientos, tanto buenos como malos, que ha generado la muerte del Presidente de Venezuela Hugo Chávez, aquí escribo a mis hermanos cristianos, quienes por todos los medios públicos han dejado a un lado su fe o incluso han utilizado la Palabra de Dios para condenar o justificar, algunos hasta idolatrar la persona del ya fallecido mandatario.
En primer lugar la Biblia nos dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?En primer lugar, ¿Porque como cristianos tenemos que estar asociándonos con partidos políticos?” (2 Corintios 6:14). Cuando a través de la historia hemos visto que la política solo ha dejado destrucción y miseria a los pueblos que por ella se rigen. Ya sea de derecha o de izquierda un cristiano no debería estar gritando a viva voz su amor u odio hacia cualquier persona que este alineada a algún partido político, ya que nuestro sustento es Cristo
Deuteronomio 4:15-16  “Así que guardaos bien, ya que no visteis ninguna figura el día en que el SEÑOR os habló en Horeb de en medio del fuego; no sea que os corrompáis y hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a cualquier figura: semejanza de varón o hembra”,
No va a pasar mucho tiempo para que empecemos a ver imágenes de Chávez en nuestro País, de eso estoy seguro, ya que la idolatría en hacia él en este momento es grande, y para completar, a su partido político le conviene mantener esta figura viva a acomode lugar para mantener sus intereses y seguir en el gobierno. Lo triste de esto que hay hermanos que no dudaran en comprar su estatuilla del comandante ´para así, según ellos orar para que sus ideales se mantengan, o para que Dios por medio del él, proteja este país. Mentira del Diablo.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” 1 Tim 2:5. No va a bastar con la imagen o el culto a la virgen maría, el negro Felipe, María Lionza y hasta el Libertador Simón Bolívar, sino que ya Venezuela está adoptando otro nuevo ídolo, Hugo Chávez.”¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Cor 6:19). Hoy el lema de muchos venezolanos es, yo soy Chávez, o Chávez vive en mí.
Es aceptable entre en pueblo no cristiano escuchar este tipo de comentarios, pero ¿ver y escuchar por los diferentes medios y redes sociales a evangélicos decir estas cosas?, bueno es increíble, pero cierto.
El otro lado de la moneda no es menos aterrador, ya que muchos hermanos no simpatizantes del ya extinto presidente, han aprovechado estos mismos medios para descargar su odio y sus burlas hacia la persona del ya fallecido, y de sus seguidores.
Proverbio  24:17-18 “Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón: Porque Jehová no lo mire, y le desagrade, Y aparte de sobre él su enojo”.
Hoy muchos evangélicos celebran la muerte de este señor, y ponen sus esperanzas en otros hombre políticos para que gobiernen es país, como que si eso no va hacer más de lo mismo. Promesas sin cumplir, más corrupción, y pare de contar.
Siempre que los gobiernos humanos han querido estar sobre la autoridad de Dios y sobre todo desafiarlo, Dios les ha mandado advertencia y en algunos casos juicio, por tal osadía. Lo vemos desde la generación de Caín y el pueblo antes del diluvio, Gen 4 y 5, como en la torre de Babel, Génesis 11:1-9 así como Sodoma y Gomorra, Génesis 19, Nínive en los tiempos de Jonás. Y otros muchos ejemplos. 1 de Samuel 8:7 “Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”.
Este es un claro ejemplo de cómo el hombre siempre han querido ser gobernado por otro hombre antes que a Dios. Esta por esta razón que ni el comunismo, el socialismo, la democracia, la monarquía y otros tipos de ideales humanos para gobernar, nunca van a funcionar. Todos terminan en guerras, aprobando leyes inmorales, y destruyendo a la sociedad, robando a esta y terminan huyendo como ladrones de cuello blanco.
Hoy se habla mucho entre el pueblo evangélico de tener en puestos del gobiernos ha hermanos cristianos para que asesoren a estos mandatarios y así el país sea ganado para Cristo. Toman a personajes como José en Egipto, a David en Israel, a Daniel en Babilonia, para así justificar su entrada a la política. Lo triste de todo esto es que nuestros hermanos terminan corrompidos por este sistema y al final quedan igual o peor que ellos, y el evangelio termina vituperado y siendo objeto de burla gracias a estos.
1 Timoteo2:1-3  “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;  por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador”.  El mandato de Dios el claro en cuanto a nuestra posición y relación con la política, debemos orar por ellos, por nuestro país, para que El Señor los ayude por medio de nuestra intercesión y ellos gobiernen bien. Y porque no, hacer que se conviertan de su mal camino y busquen a Dios de corazón, 2:4 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. 1 Crónicas 29:13-15 “Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura”.  Ciertamente, esta es nuestra condición como cristianos en este mundo, y fue la misma que tuvieron los héroes de la fe en Hebreos 11:13 “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”. Ciertamente es nuestro deber como ciudadanos el ejercer nuestro derecho al voto en las elecciones ya sean presidenciales, regionales etc., etc. Pero de ahí a hacer campaña, a pelear con otros, e incluso a dejar o involucrar la Iglesia de Cristo por la política, creo que no es de Dios.
Bueno espero que El Señor nos guie y proteja nuestro País de toda asechanza del mal.