Mario E. Fumero
Génesis 12:1 “pero Jehová había dicho Abram: de este de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”
El hablan en un hombre asentado, tenía bienes ganado y empleados, pero un día Dios le habló y de ordenó salir a buscar una tienda que él desconocía. No sabía a dónde estaba, ni tuvo un plano para seguir una ruta, salió, por decirlo así de una forma alocada. él no sabía adónde iba pero emprendió el camino con todo lo que tenía, salió sin rumbo y aunque aparentemente parecía una acción de loco, él no dudó un momento de obedecer la voz de Dios. ¿por qué habrán emprendió esta aventura? Porque aunque no sabía a dónde Dios le quería llevar, el estaba convencido con quien iba, y el que lo llevaba nunca le iba a falla. Es por ello que la Biblia le llama a Abram el padre de la fe.
A todo lo largo de la historia de Abraham nos encontramos a un hombre que creía ciegamente en labor de su Señor. No dudo de su llamado, siempre dio un viaje sin rumbo porque sabía, quien iba. Cuando Dios probó su fe, al pedirle en sacrificio a su hijo Isaac (Génesis 22Ñ6), no dudó en obedecerle, razón por la cual Dios le constituyó en Padre de todas las naciones que creyeron en el único y verdadero Dios. De ese hecho nació la nación d Israel, a través de Jacob, y los pueblos árabes, descendientes de Ismael, hijo de Abram con la criada, y Esaú que dios origen a los edomitas.
Recordemos que andar por fé es no saber a dónde voy, pero si se quien me guía.