Mario E. Fumero
3 Juan 1:2 « Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad»
El apóstol San Juan nos recomienda que tengamos buena salud, tanto en el cuerpo común el alma. Hay una similitud entre el cuidado físico (el cuerpo) y el cuidado del espíritu. Para tener un cuerpo sano necesitamos comer sanamente, tener una dieta balanceada, y evitar alimentos contaminados, o que contengan factores que puedan alterar el metabolismo del cuerpo. De igual forma, la vida espiritual de un cristiano depende de la Palabra que reciba, debe ser formado con una leche espiritual no adulterada (1 Pedro 2:2), y que a la congregación a la cual pertenezca, este seguro que le están dando un alimento sólido sano, que equivale a una sana doctrina (Hebreos 5:14).
Otro factor importante para tener una buena salud física es el ambiente dentro del cual vivimos. El ejercicio que hacemos y la disciplina en nuestro estilo de vida marcara la diferencia, y debemos evitar todo aquello que sea contaminante o dañino la salud. De igual forma, nuestra vida espiritual tiene que funcionar dentro de un ambiente recto y sano, ejercitando la piedad (2 Pedro 1:3) y viviendo en Santidad (Hebreo12:14), buscando la forma de no contaminarnos con el pecado que reina en el mundo que nos rodea (2 Timoteo 2:19).
El cristiano debe vivir una vida disciplinada, absteniéndose de los deseos carnales (Romanos 13:14) que lo llevan a conductas que afecta las buenas costumbres y dañan el cuerpo, el cual es el templo del espíritu Santo (1 Corintios 3:16).


Esto es SALUD pura:
Aquí les comparto el consejo de prudencia no es mio, viene de lo alto:
7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será MEDICINA a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, y MEDICINA a todo su cuerpo.
PROVERBIOS 29
1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él MEDICINA.
30 Los azotes que hieren son MEDICINA para el malo, Y el castigo purifica el corazón.
18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es MEDICINA.