Carmen Santafe
«De hecho la ira profunda es una forma de locura, sé es loco cuando no se puede controlar el propio comportamiento» (Wayne Dyer, Tus Zonas erróneas)
La ira descontrolada es la fuerza que mueve la mano de la violencia, es una elección y un hábito, como se expresa a continuación:
«La irá no es algo «muy humano». No tienes por qué sentirla, y no sirve a ninguno de los propósitos relacionados con el que tú seas una persona feliz y realizada. Es una zona errónea una especie de gripe psicológica que te incapacita igual que puede hacerlo una enfermedad. Definamos el término irá. En el sentido que lo usamos en este capítulo se refiere a una reacción inmovilizante, una reacción que se experimenta cuando nos falla algo que esperábamos, algo con que contábamos. Toma la forma de rabia, hostilidad, de agresión contra alguien o incluso de silencio amenazante no se trata simplemente de un enfado o irritación. Una vez más la palabra clave es inmovilidad…» (Dr. Wayne Dyer, Tus Zonas Erróneas)
La Irá no es algo «muy humano», como señala el Dr. Wayne Dyer en la cita anterior, porque el ser humano en una situación de ira descontrolada pierde parte de su humanidad y su razón queda adormecida llevándole a la locura. Es una responsabilidad tratarla, buscar la raíz que la provoca y que está contaminando y destruyendo la paz interior, su causa puede ser desde la falta de perdón hasta una herida del pasado que no ha sanado aún o también el estar sometido a relaciones personales donde se ha perdido el respeto y se está dañando la autoestima, estar realizando un trabajo que no es satisfactorio, la impotencia al ver frustrados esos planes que dábamos por logrados, entonces la ira puede tomar muchas maneras de desencadenarse «toma la forma de rabia, hostilidad, agresión contra alguien o incluso de silencio amenazante» *
Desde que nacemos empezamos a aferrarnos a todo cuanto nos rodea, nos convertimos en dependientes de las personas y de las cosas materiales, podemos ver como el dios de muchas personas es el dinero y la seguridad que éste da, también nos aferramos a nuestros seres queridos, a la pareja, a los hijos. Nos damos cuenta cuan atados estamos a las cosas y a las personas, cuando sobreviene la separación inevitable, cuando los hijos o la pareja se marchan, la muerte de un ser amado o los cambios que llegan con el paso de los años.
Hay quienes pasan su vida, acumulando riquezas y cosas materiales que ni siquiera disfrutan, negándose a viajar, a conocer, y a vivir por miedo o por seguir acumulando dinero y al perderlo pierden todo su mundo, ya que el dinero se convirtió en su única fuente de vida y seguridad
Nos es difícil comprender, la muerte y que esta forma parte de la vida, que es algo inevitable, tampoco entendemos con facilidad que nada nos llevamos al morir, que si nos dedicamos a satisfacer solamente lo material sin disfrutar de cada día y lo que nos ofrece, estamos desperdiciando el tiempo ya que los años pasan muy rápido y también las oportunidades. Por esta razón estar preocupados afanados y llenos de ansiedad no resuelve ningún problema, más bien ofusca nuestro pensamiento e impide que veamos las opciones que tenemos para resolver de la manera adecuada las situaciones.
La Ira, y muchos otros sentimientos como estos se generan a causa de los apegos, frustraciones, injusticias recibidas, pérdidas, por consecuencia de actos equivocados que terminaron en fracaso, al no aceptar las consecuencias de nuestras malas decisiones y no reconocer los errores cometidos de lo que solo nosotros somos responsables.
La naturaleza del mar es indomable e impredecible, sin embargo, nos atrae por su belleza y nos intrigan sus grandes misterios. En las noches sus aguas oscuras parecen amenazantes y sombrías. Así también es el ser humano posee su naturaleza, carácter, temperamento, deseos, y pasiones, podemos pasar la vida tratando de cambiar cosas de nuestro carácter y terminar derrotados porque no es cosa fácil, la naturaleza que tenemos se inclina a un lado u otro, a veces cuesta mucho vencer las debilidades que combaten dentro de nosotros mismos, y esta es la batalla más fuerte que libramos.
Deseamos hacer el bien y hacemos el mal, quien empieza a dejar de fumar puede vivir esa experiencia cuando trata de dejar de fumar lo abandona porque sabe el mal que éste produce, sin embargo, una parte de la persona desea volverlo a hacer y en la mayoría de los casos su naturaleza sucumbe a tal debilidad. Pero, esto no significa que el ser humano no tenga la fe, el poder, el valor y todas las cualidades necesarias para vencer sus debilidades y limitaciones. Las sagradas escrituras también lo afirman: “Todo lo puede en Cristo que me fortalece”, según este texto de Filipenses 4:13, Todo lo podemos lograr, si lo pensamos y lo creemos, depende de nosotros esforzarnos y pagar el precio para lograr aquello que nos hemos propuesto.
La Historia igualmente registra un ser humano dotado de valor, coraje, organización, creatividad, espíritu de superación, y lucha, inigualables y que se ha preservado en medio de cruentas guerras, epidemias, tragedias y plagas que han combatido contra la raza humana, alcanzando grandes e importantes victorias, descubrimientos científicos y dejando tras de sí, invaluables legados, médicos, tecnológicos, científicos, artísticos y literarios.