¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares?

¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas?
¿son las heridas gratuitas?
¿De quién los ojos morados? ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores! No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. Y dirás: «Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?» Prov 23: 29-32,35. NVI
▪Lamentos , pesares , quejas , heridas gratuitas , ojos morados , destrucción familiar , banca rota y mucho dolor…
▪Es lo que sucede cuando el alcohol se convierte en la
*»Compañía que nunca falta*
▪A pesar de los negativos resultados del licor son muchos los que se auto engañan respecto a su condición
▪Éstos tiempos, los cuales deberían ser tiempos para agradecer a Dios y poder compartir en familia se tornan en un pretexto para la embriaguez.
Partiendo de mí experiencia personal quiero compartir algunas de las formas de autoengaño del bebedor.
No soy alcohólico, sólo soy un bebedor social.
Ésta es una de las mentiras que se dice así mismo el alcohólico o bebedor social, pues él escoge verse como alguien que tiene el control. Pero la realidad es otra en ésta condición. Cualquier excusa para beber es buena.
Ejemplo: Estoy muy cansado, necesito un relax , una fecha importante (esa fecha importante es todos los fines de semana)
Un problema que resolver o una difícil situación financiera…
El bebedor social. Todo evento importante lo acompaña de alcohol.
El bebedor no está interesado en la comida. Lo único que le interesa es que haya suficiente provisión de licor para celebrar.
Puedo dejar de beber el día que quiera. Si ha hecho intentos fallidos nunca va a reconocerlo ; prefiere quedarse aferrado a esa mentira y repetirla constantemente a su familia y amigos, aunque él sea el único que cree dicha afirmación❗
Lo cierto es que el alcohol se ha convertido en la muleta con que enfrenta su andar en la vida.
No bebo, porque tengo problemas, sino porque me gusta hacerlo. A ésta idea también se aferra el alcohólico, aunque nada de lo que pase por ésto es divertido. Nunca será diversión los problemas familiares , los empleados perdidos , los problemas financieros, todo ello derivado del deseo por beber. Tampoco es diversión la frustración y el dolor de los familiares que están cerca…Ésta es una forma de negar la realidad que resulta difícil de aceptar.
Una condición que generalmente se esconde trás la bebida, es la inseguridad… ya que por falta de ello depende de la bebida continuamente.
Mi familia exagera. Con ésto, se defiende el alcohólico, cree que le quieren controlar su tiempo , amistades y dinero .
Pero nada de eso es verdad. Deberá reconocer, que la preocupación de su familia responde al haber cruzado la barrera de la cordura.No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, Efesios 5:18. RVR1960
Disolución significa . Un efecto disolvente o dispersante. Exactamente es lo que produce el alcoholismo.
Disuelve relaciones valiosas e importantes , acaba con la felicidad ,hace que se pierdan oportunidades , destruye familias.
Aunque no es algo de lo que me puedo jactar y tampoco me siento orgulloso de ello… Comencé a beber siendo un
muchacho. Experimenté en carne propia el dolor y de muchas formas❗
!Me hice daño a mí mismo❗
!Le hice daño a los que estaban en mi entorno❗
Comí de los frutos amargos de las acciones que estuvieron acompañadas de esos días… Días oscuros y de esclavitud donde no tenía esperanza… Sé lo que es levantarse un día y sentir culpa , vergüenza y decirte a tí mismo, como pude actuar de tal manera❗ No lo vuelvo hacer.
Experimenté en carne propia lo que es luchar, con aquel deseo y sentir aquella sequía que por dentro te
consume❗ Todo eso es también parte de mi pasado…
HASTA que CRISTO JESÚS me encontró. Aquel día (fui perdonado y pedí perdón a Dios)* aquel día conocí la paz interior y la esperanza me visitó❗ Una Biblia en la mano y el deseo de seguir viviendo era todo lo que tenía.
Recuerdos y algunas cicatrices. Es lo que quedó de esa vida absurda. Esas cicatrices… sólo son un recuerdo de quien me sanó y me liberó.
Fué CRISTO JESÚS. Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes, verdaderamente libres. Juan 8:36 NVI