¿QUIEN ROBA?

Mario E. Fumero

Una de las debilidades humanas es el deseo de tener sin trabajar, lo cual ha desencadenado en la codicia, que lleva a la avaricia. Esta tendencia humana produce el fenómeno del hurto, señalado en uno de los 10 mandamientos de la ley de Dios (Éxodo  20:15), y a lo largo de la historia de la humanidad ha sido arrastrada al deseo de tomar lo ajeno, aun por la fuerza como una costumbre ancestral, y con el tiempo se ha hecho mucho más patente a través de los gobiernos qué, abusando del poder, se adueñan de lo ajeno, desfalcando las arcas del Estado.

¿Qué es lo ajeno? Aquello que no es mío, y es por ello que en todos los países del mundo existe dentro del código penal el delito de robar que se puede agravar, según las leyes humanas por la cantidad robada, pero desde el punto de vista bíblico y moral, tan ladrón es el que se roba un lápiz, como el que  roba millones.

En algunos países musulmanes le aplica a los ladrones la famosa «ley de talión» que se encuentra en Levítico 24:17-22  y también en el Corán, la cual lleva al ladrón en pensarlo dos veces antes de robar, pues en la primera vez que es el condenado por hurto, se le corta una mano, y la segunda vez le corta la otra, y así no puede robar más.

En Honduras hemos visto como  en los últimos 30 años se ha convertido el hurto en una costumbre dentro de los gobiernos de turno, a tal grado que hoy es una moda, permitiéndole a los políticos y sus allegados el saqueo de las arcas del Estado de forma descarada. Estos hecho han llegado a un clímax en donde tal acción  se ha vuelto normal, lo que  genera la corrupción, la cual trae como consecuencia el aumento de la pobreza y la mala distribución de la riqueza, pero no solamente roban los gobiernos de turnos, sino que tristemente la cultura del robo se ha enraizada en todas las esferas de nuestra sociedad, porque los de abajo afirman que si roban los de arriba ¿por qué no voy a robar yo?.

Roban algunos empleados públicos, que se llevan las cosas de la oficina para sus casas. Roban los comerciante, alterando o adulterando los precios y la calidad de los productos. Roban los trabajadores cuando tiene la oportunidad de llevarse lo que no es suyo, y para colmo, hasta en las iglesias se roba, pues hay pastores que toman para sí mismo lo que supuestamente se da para remediar la necesidad de los más pobres. En fin, el robar es una cultura que tristemente está arraigada en nuestros países.

Esta herencia maldita de tomar lo que no es mío fue producto de la conquista española, y está latente en todos los países de Iberoamérica, y tristemente, no hay medicina, ni vacuna que nos permita luchar contra este flagelo, a menos que los que roban se arrepientan y experimenten un nuevo nacimiento, algo que para algunos significaría romper con su estilo de vida presuntuosa.

La única cura para remediar el hurtar radica en el temor a Dios, y en arraigar en los niños, desde pequeño, que lo que es de otro, no es tuyo, y sembrar el concepto de la honestidad como principio básico de la convivencia, basado en aquel mandato del apóstol Pablo cuando le ordenó a los cristianos de que: » El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad» Efesios  4:28 y establecer leyes que penalicen de forma radical a todo aquel que toma lo que no es suyo, porque solamente la corrupción se puede frenar con el temor, y el temor se introduce con la disciplina y el castigo, de forma tal que, como dice la Palabra, cada cual va a cosechar lo que sembró  (Gálatas 6:7)sabiendo que toda acción produce una reacción, y todo pecado tarde o temprano nos pasará factura y traerá consecuencias.

mariofumero@hotmail.com

http://www.contralaapostasia.com

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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