Mario E. Fumero
Cuando rompemos el equilibrio económico de la sociedad empobrecida creamos convulsiones y crisis que nos pueden hundir más en el subdesarrollo, y esto es lo que esta ocurriendo en nuestra nación.
Hemos visto a los empleados de la salud y a los maestros enfrascados en una lucha social para reivindicar sus aspiraciones saláriales, muchos de ellos viviendo una realidad económica por debajo de sus posibilidades de subsistencia. Hemos visto como se ha reducido el poder adquisitivo de las clases populares debido a los factores inflacionarios y devaluativos que desde hace una década azota a toda América Latina y agravado por la pandemia. ¿Qué reclaman los trabajadores? Un aumento relativamente pequeño en comparación con los suntuosos sueldos de los altos funcionarios, el cual sobrepasa a veces el 300% de lo que estos empleados ganar, y algunos hasta de un 500%.
El gobierno no puede complacer a todas las demandas saláriales porque las arcas públicas están casi agotadas, sin embargo, ocurre una incongruencia que exacerba los ánimos y destruye la credibilidad del poder ejecutivo a la hora de decirle a los miles de maestros y empleados de la salud que; “no hay fondos para más aumentos”, y pero los comisionados del Tribunal Nacional de Elecciones y del Poder Judicial así como algunos entes autónomos sí se suben los sueldos en una dimensión desproporcionar.
La pregunta que uno se hace es: ¿Porqué para unos tiene que haber sacrificio en aras de la crisis social y otros, se dan el lujo de no sacrificarse? ¿Porqué es que los que más ganan se aumenta más, y se le niega este derecho a los que menos tienen? Cuando se habla de sacrificio, se tiene que ser parejo. De la moral de arriba debe nacer el ejemplo hacia abajo, y de ahí se desprende la autoridad. Cuando llamó a alguien al sacrificio, debo dar ejemplo de ello, para que el mensaje penetre, de lo contrario, genero rebeldía y frustración.
Si vivimos tiempos de crisis por el Covid-19, las medidas restrictivas del estado deben ser parejas. No importa que sea un alto funcionario, o un simple empleado limpia piso. Si los de arriba se recetan sustanciosos aumentos ¿cómo podemos esperar que el de abajo no se sienta indignado al negársele un pequeño aumento, cuando en realidad son los que más sufre la pobreza? Es cuestión de conciencia, solidaridad y justicia el ver a unos no recibir nada, mientras que otros reciben muchos, y nos quedos callados. Sobre este principio hay una clara enseñanza en la Palabra de Dios, y cuando somos incongruentes entre el dicho y el hecho, generamos revueltas y crisis social.
Es bueno repasar los principios cristianos de la justicia social. Hay que tener una conducta justa frente a tanta desigualdad. Dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 8:13-15: “Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”. ¿Entiende esto? Unos ganan muchos y quieren más, mientras que a los que ganan pocos se les niega menos. Cuando esta desigualdad reina, la violencia se incuba. ¿No deberían esperar que los ganan mucho renunciar un poco para ayudar a suplir a aquellos que ganan menos? Este es el principio de la justicia social cristiana.
¿Hay crisis? Pues tenemos que ajustarnos el cinturón todos, también los de arriba. ¿Qué hay que ser austeros? Seámoslo todos. No demos lugar a que unos tengan mucho, mientras que otros cada vez tienen menos. Recordemos que el Apóstol nos enseña que la abundancia de uno debe suplir la escasez de otros. Lastima que esto no se lleva a la práctica, ni siquiera entre los líderes religiosos. Si hay igualdad, hay paz, de lo contrario, sé esta fermentando una violencia social de dimensiones insospechable. Dios tenga misericordia de Honduras.
mariofumero@hotmail.com
Que se puede esperar si Dios solo es un parapeto para ellos, si eres cristiano dirigido por el Espíritu Santo ORA y pídele a Dios en tus oraciones que libere de las malas practicas y leyes a los lideres de nuestra nación.