Mario E. Fumero
Alguien dijo una vez que el peor animal que existe en la creación es el ser humano, y cuando leo las noticias, no me cabe la menor duda de que tal afirmación tiene fundamento, y es una realidad. Es por ello que debemos reflexionar un poco y analizar las acciones irracionales que nosotros, los humanos, cometemos.
Recuerdo un anuncio de televisión que una vez se difundió por la Televisión de Andalucía, en España. Era un spot en el cual se trataba de enfatizar la importancia que tiene en el hogar la relación de los padres con los hijos para su estabilidad emocional. Han pasado muchos años desde que vi este anuncio, pero el mismo hizo un gran impacto en mi vida, y lo recuerdo como si lo hubiera visto ayer. En dicho anuncio aparecía un gorila quitándole los piojos a su hijito entre sus brazos, una leona amamantando a sus cachorros, un elefante bañando con su trompa a su hijo pequeño, una jirafa alcanzándole a su jirafita la comida del árbol, pues no alcanzaba, y un gorrión dándole con su pico el alimentos a sus gorrioncitos; después de estas escenas, aparecía un rótulo que decía: “POR PRIMERA VEZ EN LA VIDA, COMPÓRTATE COMO UN ANIMAL”.
A cada instante aparecen noticias en los periódicos que relatan el hecho de una madre que dejó a su hijo abandonado en el hospital después de dar a luz, otras, de forma más cruel, los matan y los tiran como basura al monte. Un hijo asesina a su madre y hermana. Un grupo de jóvenes matan a palo a una jovencita. Un ejército, en nombre de la paz mundial, bombardea una población de civiles, y así hay una larga lista de acciones irracionales entre los humanos que no se dan en el reino animal. Es por esta razón que al decir “compórtate como un animal” estamos diciendo que cuidemos, protejamos y alimentemos a nuestros hijos.
Es cierto que los animales matan, pero lo hacen para subsistir. No conocen la venganza, ni la irresponsabilidad paternal. Es cierto que los animales defienden su territorio, pero lo hacen porque de él depende su subsistencia, mientras que las maras lo hacen tan solo para imponer su capricho y deseo. Es cierto que los animales se pervierten, pero esto ocurre cuando se rompe el equilibrio natural. Un perro no sé hecha con otro perro macho teniendo una hembra. Los animales no matan a su cría por capricho. Los humanos asesinan a millones de niños diariamente y no se les deja nacer, porque así lo dispuso la madre y así lo estipulan los organismos internacionales y las leyes, acudiendo al aborto criminal.
Si lo animales hablaran, de seguro que se defenderían de esa exclamación que los humanos usan para referirse a los que hacen algo malo, al decirles: “¡eres un animal!” con lo cual señalan una conducta brutal. ¿Qué reclamarían los animales? Dirían: “Por favor, no nos comparen con los humanos, porque nosotros no nos destruimos entre nosotros mismos, y sí matamos, lo hacemos para defendernos, subsistir o necesidad” ¡Ojalá que actuásemos como ellos! , Estoy seguro que no sufriríamos de tanta inseguridad.
¿Qué cosa? Ser un animal puede significar ser más fiel, más responsable, menos violento y más protector de la especie que los mismos humanos. Esto demuestra que la teoría de la evolución ha funcionado pero al revés, Dios hizo al hombre perfecto, pero éste se convierte en un animal peor que los mismos animales.
¿Cuántas lecciones tienen que enseñarnos la naturaleza gobernada por las leyes físicas, biológicas e instintivas? Cuanto aprendo al ver la gallina acurrucada y calentando sus huevos, frente a una madre que acude a un médico para que le succionen su feto. Entonces me digo: ¿Qué noble es esa gallina? Cuándo veo a una tigra amamantando a sus cachorros, y después contemplo a la madre humana dejando su hijo en manos de extraños para irse a trabajar, pasear o divertirse, me digo ¿Cuan materna era la tigra?
Observemos la naturaleza, estudiemos la conducta del reino animal y copiemos sus modelos de comportamiento, entonces descubriremos que tenía razón el anuncio de televisión cuando nos decía ¡Compórtate como un animal! Ellos, los que andan en cuatro patas y no piensan, nos pueden revelar los principios de Dios para la paternidad responsable. Ellos nos pueden enseñar a vivir en familia y cuidar la especie, sin caer en los genocidios, ni en la destrucción de nuestro entorno. Estoy seguro que si nos comportáramos como un animal, no haríamos las atrocidades que hacemos, ni aprobaríamos las leyes que a veces implementamos, y ¿por qué?, porque nos guiaríamos por el instinto divino y no por la mente depravada por el pecado. Así que amigo ¡Compórtate como un animal!
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