Mario E. Fumero
En el artículo anterior hablamos de uno de los muchos peligros que tiene la democracia, como el hecho de que un poder absorba a los otros poderes, estableciéndose lo que podríamos definir como una dictadura con apariencia democrática. Hoy quiero analizar otros peligros que enfrenta la democracia cuando en las elecciones para elegir a un gobernante se trata de inducir el voto mediante la influencia de la propaganda política pagada y muchas veces engañosa.
Es bueno saber que muchos políticos cuando se lanzan a las campañas electorales acuden a expertos en marketing para que les diseñen una estrategia publicitaria en donde se labora una información con técnicas psicológicas y persuasiva, para forjar una falsa imágenes sobre un candidato, a fin de qué la gente lo vea como aquel que puede salvar al país del caos, o resolver problemas puntuales en la sociedad. No cabe duda de que la información publicitaria induce al voto logrando producir una “persuasión en el elector”. ¿Cuál es la oferta, o el tema más atractivo, que puede cautivar al votante?, pues pongámoslo como consigna.
El uso de la publicidad es el elemento que más ha prevalecido en la política en la gran mayoría de los países democráticos, invirtiéndose millones en propaganda. La publicidad tiene la capacidad de segar nuestro entendimiento, y hacernos ver cosas que no son reales, por lo cual. muchas veces. tomamos decisiones incorrectas arrastrados por la inducción de los medios y no por la capacidad de discernimiento que deberíamos de tener a la hora de tomar una decisión.
Es por ello, que los políticos invierten millones de lempiras o dólares en los medios de comunicación impresos, radiales y televisivo, para cautivar a las personas a que voten por él. Se ha comprobado que cuanto más se invierte en propaganda, más propenso a ganar las elecciones tiene el candidato, aunque sus hechos no sean coherentes con la realidad que se publica. Muchos buenos políticos que no cuenta en estos recursos quedan en la sombra y no llegan al poder.
La propaganda tiende a seducir al votante hacia una determinada tendencia. Actualmente las redes sociales también hacen una gran influencia, usando información falsa, y qué tiende a escarnecer a unos para exaltar a otros. Es por eso por lo que debemos ser cautelosos en no creer todo lo que se difunde por las redes sociales, y tratar de verificar la información para no cometer el error de caer en falsas promesas, engaños o expectativas que nos lleven a cometer errores a la hora de elegir a nuestros representantes.
¿Quieres lograr un puesto político? Invierte en una propaganda seductor y ganaras votos, porque tristemente nuestra gente no se deje llevar por el razonamiento, sino por las influencias de los medios, y es por ello estamos lleno de políticos corruptos, que forjar una falsa imagen acudiendo a una técnica publicitaria qué solapadamente pintaba lo verdadero como falso y lo falso cono verdadero.
Pero lo peor de todo es que aquel político que invierte millones en su campaña se endeuda, o recibe dinero socio para su propaganda, quedando atado al que lo financio, y claro está, al obtener el puesto político, por apoyo financiero o deuda, tendrá que hacer favores, e incluso obtener ganancias turbias, generándose la corrupción.
No nos dejemos influenciar por las redes sociales, que muchas veces más que informar, desinforman. Tampoco nos dejemos envolver por la propaganda en los medios. Analicemos bien no lo que se dice, y veamos a fondo la vida de los políticos, y pidámosle a Dios discernimiento para que juzguemos como dice la palabra de Dios, “con justo juicio, y no según apariencia” (Juan 7:24).