Creemos en la libertad religiosa y afirmamos que este derecho puede ejercerse en mejores condiciones cuando existe una neta separación entre la iglesia y el estado.
Creemos que toda legislación o decisión gubernamental que tienda a unir a la iglesia y el estado se opone a los intereses de estas dos instituciones y puede causar perjuicios a los derechos humanos. Creemos que los gobiernos han sido establecidos para proteger a los hombres en el disfrute de sus derechos naturales, así como para reglamentar los asuntos civiles; y que en este ámbito los gobiernos tienen derecho a la obediencia respetuosa y voluntaria de cada cual. Creemos en el derecho natural e inalienable del individuo a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de tener o adoptar la religión o la convicción de su elección y de cambiar según su conciencia, así como la libertad de manifestar su religión o su convicción, individualmente o en común, tanto en público como en privado, mediante culto, el cumplimiento de los ritos, la práctica y la enseñanza, debiendo respetar cada uno, en el ejercicio de este derecho, los derechos de los demás.
Creemos que la libertad religiosa comprende, igualmente, la libertad de fundar y mantener instituciones de beneficencia o educativas, la de solicitar o recibir contribuciones financieras voluntarias, la de observar los días de reposo y de celebrar festividades y ceremonias de conformidad con los preceptos de una religión o creencia, y la de mantener relaciones con los creyentes y comunidades religiosas tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Creemos que la libertad y la eliminación de la intolerancia y de la discriminación fundada en la religión o las convicciones, son esenciales para promover la comprensión, la paz y la amistad entre los pueblos. Creemos que los ciudadanos deberían utilizar todos los medios legales dignos para impedir cualquier acto contrario a estos principios, de forma que todos puedan gozar de los inestimables beneficios de la libertad religiosa.
Creemos que el espíritu de esta verdadera libertad religiosa se comprende en la regla de oro: “Lo que queráis que los demás hagan por vosotros, hacedlo por ellos”.