Mario E Fumero
Durante la revisión de este libro por mi hermano y discípulo Juan Carlos Martínez, pastor en España, me comentó la realidad actual que existe con la creación de las “nuevas Iglesia cristiana virtuales online en internet”, y la proliferación de estas, como consecuencia de la pandemia del COVID-19 que comenzó en China en noviembre de 2019, y desde entonces sigue azotando al mundo con un saldo de más de cinco millones de fallecidos a mediados de noviembre de 2021. Esta pandemia ha sometido a todas las familias en todas naciones del mundo a un confinamiento sin precedentes en la historia.
Como consecuencia de la imposición de la dictadura del Covid-19 se cancelaron los cultos presenciales en muchas congregaciones con el fin de frenar el contagio, y muchos pastores y líderes evangélicos optaron por acudir al culto virtual, usando las rede sociales para establecer una relación a distancia que sirvió para mantener el contacto, lo cual rompió la comunión y la relación personal entre los miembros de las congregaciones cristianas.
Este recurso, que tuvo su justificación en un momento puntual de extrema necesidad, pero una vez superada la crisis, debería revertirse, para recuperar las reuniones presenciales, sin embargo, se ha convertido en un estilo de culto vigente frente a la superación de la crisis. Muchas iglesias han optado por mantener los cultos “online” creando una aberración en el quehacer del cuerpo de Cristo, y merece la pena de reseñar este peligro como advertencia al fenómeno de la despersonificación del cristianismo.
CIRCUNTANCIAS SIN JUSTIFICACIÓN
Reconocemos que las circunstancias clínicas existentes con la pandemia obligaron al confinamiento como una medida necesaria para evitar la propagación del virus. No obstante, algunos pastores encontraron una plataforma para darse a conocer en el mundo y establecer de una forma muy cómoda, una “Iglesia Virtual”, sin pasar trabajo, pero sí obteniendo beneficios en muchos casos dudosos, ya que están edificando sobre fundamento ajeno al arrastrar hacia la iglesia virtual a cristianos de otras muchas congregaciones que abandonan su iglesia en esta crisis porque quieren pasar desapercibidos y no tener compromiso, ni rendir cuentas al liderazgo de una iglesia local, o no estar sujetos a una autoridad espiritual, o quizás buscan al predicador de moda, haciéndose seguidores y miembros “online” de su iglesia, o simplemente prefieren optar por la alternativa que les ofrecen otras iglesias de asistir a los cultos en directo por Internet, estando cómodamente en sus casas.
Lo terrible y absurdo de todo esto es que se ha convertido en un grave problema, ya que ha roto la columna vertebral del cristianismo, qué es la comunión entre los hermanos[1] y la formación del carácter por medio del discipulado vivencial y de las relaciones personales, ya que no puede haber un discipulado sin relación, ni una formación eficaz sin comunión.
LOS CREYENTES VIRTUALES
Los cultos por medios virtuales y las enseñanzas mediante la tecnología están forjando “creyentes” mediocres que ni tienen supervisión, ni rinden cuentas a autoridad alguna, desvirtuando el modelo original que siguió el mismo Cristo y que nos enseña la Palabra, creando una deficiencia de vida y una imposibilidad de manifestar en la relación personal todos los dones establecidos en las Escrituras[2] y lo más importante:
Primero: Están poniendo distancia física, rompiendo las coyunturas y creando una generación de miembros aislados o “cristianos isla”. Todo sabemos que un miembro aislado del cuerpo de Cristo no puede sobrevivir.
Segundo: Están matando el amor, la comunión y la ayuda mutua[3], ya que cuando termina el culto, todos se desconectan y se les arrebata a los hermanos la posibilidad de disfrutar de la unanimidad, del compartir y expresar entre sí sus cuestiones personales con sinceridad, cercanía y calor humano, así como el tener contacto personal y directo con cristianos que son una referencia viva y un ejemplo que edifica a muchos.
EL ÉXITO DE LO FÁCIL
Los cultos online y las iglesias virtuales están teniendo éxito con sus predicaciones y enseñanzas, y algunos pastores han encontrado en ello un trampolín para saltar a la fama y desarrollar su ministerio, buscando crecer rápidamente en número, aunque sea en detrimento de la calidad de los discípulos. Tanto es así que algunos pastores están descuidando su iglesia local, por lo que han anulado los cultos presenciales y el contacto personal del pastor con sus ovejas para dale prioridad a los miembros que se van añadiendo “online”, porque ahora ya son mayoría, aunque en muchos casos proceden de otras congregaciones.
Esta prevalencia en la celebración de los cultos exclusivamente online, ha dado origen a la creación de “mega-iglesias virtuales” y a nuevos pastores que se han granjeado un renombre en las redes sociales, y ahora se dedican a realizar múltiples viajes de excursión para bautizar a los que se van convirtiendo “online”, sin conocer sus vidas, ni haber tenido una relación personal con ellos.
Es necesario entender que el ministerio online es despersonalizado e ignora la realidad física de los “miembros”, y no puede ejercer un discipulado vivencial y de experiencia personal, rompiendo con el concepto fundamental de que la iglesia como un cuerpo depende de la sujeción entre unos y otros[4].
Esto limita el conocimiento que los creyentes tienen de lo que es un verdadero pastor, a quien solo ven a través de una pantalla mediante aplicaciones de Zoom, Skype y otros medios virtuales. Sin duda, esto rompe radicalmente con todas las enseñanza bíblica y práctica relacionadas con el concepto del ministerio del pastor, que debe andar entre las ovejas[5] y oler a oveja, y el de una Iglesia viva que es un cuerpo[6] bien concertado y unido por las coyunturas[7], ya que es imposible que pueda haber un cuerpo vivo cuando estás desmembrado, sin relación, ni unidad entre sí. Porque en tal caso tendríamos una Iglesia que es más bien una carnicería virtual, algo completamente absurdo desde el punto de vista teológico.
¿QUÉ OCURRE CUANDO LA IGLESIA ES VIRTUAL?
Las relaciones en una iglesia virtual son impersonales. El pastor no podrá determinar los peligros que tienen las ovejas[8] frente a los lobos (los falsos maestros o doctrinas), y los hermanos no podrán ver la necesidad que tienen unos con otros, al no haber relación física, ni confianza. Ni tampoco se podrán exhortar, amonestar o corregir los errores de los que no andan conforme a la palabra como indican las escrituras[9]. No podremos reprender a los que se comportan incorrectamente, y menos podremos juzgar su calidad de vida en su diario quehacer, forjando una Iglesia despersonalizada y ficticia, sin la esencia del cuerpo de Cristo, fabricándose pastor virtual que vive de las ovejas sin ni siquiera conócelas. Este fenómeno está sucediendo a Europa y América y está dando lugar a una Iglesia no estructurada, falsa, que socava el principio sólido de todas las enseñanzas bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Sin comunión no hay edificación, sin edificación no puede haber perfección, ni tampoco hay lugar para la manifestación libre y espontánea de los dones espirituales.
LA IGLESIA VITUAL Y EL EVANGELISMO
Sin embargo, si podemos usar las redes para el evangelismo, y en algunas situaciones extremas para enseñar, pero lo tecnológico y lo fácil nunca debe anular lo presencial y lo correcto, porque la Iglesia no es un ente virtual, sino un cuerpo funcional, vivo, donde todos tenemos que vivir unidos como dice la Palabra, a fin de que podamos ayudarnos y edificarnos en amor, hasta poder alcanzar la estatura de Jesucristo.
Los medios visuales sirven todo el tiempo para evangelizar y poder llegar a lugares donde los misioneros no pueden entrar, o predicar en lugares hostiles al evangelio. Estos recursos pueden ser un complemento, pero nunca deben anular la esencia que es la relación personal.
Actualmente muchos «cristianos» están optando por abandonar sus congregaciones para adherirse como miembros virtuales a este nuevo estilo moderno de cristianismo sin exigencias, más cómodo y que les permite ver el culto del domingo por televisión, cómodamente desde el sofá de sus casas, como meros espectadores, y cambiar de canal si la predicación no les interesa, para divertirse obviando el día del Señor, en lugar de acudir al local de reunión para disfrutar junto con los hermanos de la presencia de Dios en la comunión y relación fraternal ignorando aun el abrazo y el ósculo santo[10], algo que ya no existe en las iglesias.
Seamos sabios al usar las nuevas tecnologías, y tengamos cuidado con esta tendencia que, a partir de la pandemia del COVID-19, está resultando ser una plaga destructiva para el verdadero cristianismo vivencial.
[1]–Hechos 2:42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
[2]– 1 Corintios 14:26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación”
[3]– Romanos 14:19 “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”
[4]–Efesios 4:16 “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”
[5]– Juan 10:14 “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”
[6]– 1 Corintios 12:12 “Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”
[7]– Colosenses 2:19 “y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios”
[8]– Juan 10:12 “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa”
[9]– 2 Timoteo 4:2 “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”
Tito 2:15 “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie”
[10]– Romanos 16:16 “Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo” Ver también: 1 Corintios 16:20, 2 Corintios 13:12, 1 Tesalonicenses 5:26, 1 Pedro 5:14.