Mario E. Fumero
Lo más absurdo que puede ocurrir es un país pobre como el nuestro es el gastar miles y miles de lempiras para producir un sonido mediante la quema de pólvora la cual produce un daño acústico además de una contaminación ambiental y lo peor de todo, un alto riesgo de qué los niños se quemen y pierdan sus manos e incluso con la fabricación de algunos morteros potente pueden la muerte. Es inaceptable que mientras más del 70% de la población vive en extrema pobreza, necesitando incluso la comida, derrochemos en algo tan absurdo como el hacer ruido por medio de la pólvora.
La pólvora es un elemento como que se pueda comprar abiertamente para fabricar estos cohetes, sin que haya un control del Estado para su exportación, ya que la misma es elemento que se puede usar para la minería, y algunos trabajos delicados como es abrir carreteras volando parte de las montañas, y también tiene un uso en las guerras con la fabricación de armas y minas, como también otros artefactos explosivos que se usan dentro del terrorismo.
La pólvora es una de las armas más destructivas y antiguas en la historia de la humanidad. Fue inventada por los chinos en los albores del siglo IX pero su fórmula se desarrolló a partir del siglo XI cuando Wu Ching Taiing lo menciona en un tratado militar de 1044 d.C, describiendo su fórmula como: salitre (75,7%); carbón vegetal (14,4%); sulfuro (9,9%). Ya en el siglo XII cuando esta mezclar se acercaba a una llama para calentarla se producía una explosión que dejaba sin mano a los que experimentaban con ella. Es entonces que aparece la pólvora, la cual se convertiría en el arma de guerra más usada desde la Edad Media y hasta nuestros tiempos, teniendo un papel muy importante en la fabricación de balas y otros muchos artefactos destructivos.
Sin embargo, la pólvora también se usa para fines recreativos, cómo es en la pirotecnia, y de ahí su uso para eventos festivos, como luces artificiales que producían efectos de iluminación en el cielo, muy usados en celebraciones especiales. E ahí se dio paso a la fabricación de cohetes y petardos, que tristemente enturbiaron el mensaje de navidad, que era “noche de paz y noche de amor” para convertirse en noche de ruido y explosiones.
Os contaré una anécdota curiosa. Corría en 1971 cuando hice un programa especial de año nuevo para transmitirlo en HRN. El mismo consistía en una historia de un soldado que estando en la guerra le escribía una carta a su familia y como era novela, yo necesitaba obtener efectos especiales de guerra, pero no tenía nada al respecto, fue entonces que aprovechando el ruido que se hizo el 24 de diciembre en la noche, saqué mi grabadora, y grave las explosiones que se producían a las 24:00 horas y obtuve un maravilloso efecto de sonido que no tenía nada que envidiarles a los efectos usados en la película de guerra.
¿Se ha puesto a pensar cuántos millones de lempiras se queman en pólvora, sólo productos para producir un ruido ensordecedor? Y si usted observa bien quiénes son los que más cohetes revientan en estas fechas, verá que los mismos ocurren en los barrios más pobres y marginados de la ciudad, lo que refleja que a lo mejor no tienen mi para las torrejas, que por cierto los huevos están por las nubes, sí tiene para producir un ruido inútil, que nada tiene que ver con la celebración del nacimiento de Jesús y del mensaje de los ángeles que proclamaron “Gloria a Dios en las alturas, y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad” pero tristemente lo que menos tenemos es paz y buena voluntad, y es por ello que muchas veces no entiendo la conducta de los cristianos, qué predicando una paz, viven en continua guerra, alboroto y ruidos innecesarios.
Unidos Contra la Apostasía 