DEFINIENDO CONCEPTOS – REINO

Mario E. Fumero

          Uno de los términos más usado por Jesucristo en los evangelios, y aparece en todo el nuevo testamento, es el término «reino»[1], el cual junto a señorío, siervo y mayordomo forman los cuatros pilares del principio de las enseñanzas de Jesús en torno al papel de la iglesia, y la función de sus discípulos.

LA IMPORTANCIA DEL TÉRMINO «REINO»

          El término «Reino» aparece aproximadamente 159 veces, y está presente en 151 versículos, dependiendo de la versión. El «reino de Dios» aparece unas 52 veces, más o menos, en el Nuevo Testamento (N.T.)[2] Cuándo una palabra se repite demasiado, debe ser considerada como importante dentro del contenido doctrinal, y es por ello que podemos explicar y entender la función de la iglesia en este mundo, al discernir claramente el concepto de «reino» basado en el entorno histórico de su tiempo.

          Veamos el sentido etimológico de «REINO». Esta palabra procede del latín «regnum», en referencia a un territorio cuyos habitantes están sujetos a un rey. Se trata de un estado regido por una monarquía, la forma de gobierno en la que “el cargo supremo es unipersonal, vitalicio y, por lo general, hereditario». Todos los que viven dentro de ese reino son súbditos o siervos del Rey. Este Rey delega funciones a sus siervos o vasallos, dándole una mayordomía, que es equivalente a ser un gerente o administrador en nuestros tiempos.    Todos los que habitan en el reino gozan de la protección del rey o Señor, y a la vez, están sujetos a su voluntad de forma absoluta. Dios envió a su hijo para establecer en la tierra un reino dentro de otros reinos, el cual se llamó «el reino de los cielos» (Marcos 1:14, 15; Mateo 4:17).

LA DIVISION ENTRE DOS MUNDOS

          En las enseñanzas del N.T. se presenta al mundo dividido en dos reinos. Por un lado, tenemos el reino de Satanás, príncipe de este siglo (Juan 14:30) que representa las tinieblas, a las que Jesús vino a disipar (Juan 12;46). Estas tinieblas o dominio satánico nacieron con la caída de Adán y Eva en el Edén, originándose el pecado que nos separó de Dios, que es luz. Cuando vino Jesús, su luz disipó las tinieblas (Mateo 4:16) siendo parcialmente conquistados (Colosenses 2:13-15) del reino de Satanás los que en él creyeron, dejando de ser esclavos del pecado (Romanos 6:17). Sin embargo, todavía Satanás sigue siendo el príncipe de este mundo, lo cual concluirá cuando venga Jesús por segunda vez, según Apocalipsis 19:11-21. Mientras esto no ocurra, el reino de Satanás se representa como el «reino de las tinieblas», de forma que Jesús, como luz, vino para disipar las tinieblas para aquellos que quieran salir de este mundo de oscuridad (1 Pedro 2:9).

          Para entender mejor el concepto de Reino, usaremos referencia de sinónimos más modernos, por ejemplo; hay dos naciones, dos mundos, dos reinos, dos señores. Los que estamos en Cristo somos una nación santa (1 Pedro 2:9,) porque adquirimos una ciudadanía diferente a la terrenal (Filipenses 3:20), somos ciudadanos del Reino de los cielos. Además, hay dos mundos, los que están en Cristo no son de este mundo, aunque viven en él (Juan 15:19. 17:14) y como hemos dicho, hay dos reinos, uno está dominado por el inicuo, que a su tiempo será destruido (2 Tesalonicenses 2:8), junto a los que le sirven, los cuales viven en iniquidad, y de los tales, tenemos que apartarnos (2 Timoteo 2:19).

          Si hay dos reinos, y la iglesia es el Reino de Dios en la tierra, sus valores no pueden ser iguales a los del mundo. Es por ello que tenemos que marcar la diferencia de los demás pueblos del planeta. No podemos ni imitar, ni hacer pactos con los incrédulos (2 Corintios 6:14, Santiago 4:4, 1 Juan 2:15). Debemos vivir en santidad y temor, con un estilo de vida diferente al del mundo, ya que somos un pueblo escogido y un real sacerdocio (1 Pedro 2:9).

APRENDIENDO DEL PASADO

          La falta de una concepción clara de lo que es la iglesia como reino de Dios en la tierra, ha llevado, a lo largo de la historia, a que muchos cristianos pierdan su identidad, para adaptarse a los esquemas de este siglo, llegando al extremo de hacer pactos con los incrédulos, para alinearse políticamente con los príncipes de este mundo.

          La historia es una buena maestra. Cuando la iglesia primitiva se alió con el emperador Constantino, en el año 313, lentamente se fue degradando y pervirtiendo, hasta transformarse en un imperio dentro del imperio, naciendo el catolicismo romano. No podemos mezclar la luz con las tinieblas, y mucho menos tratar de adaptar el mundo corrupto, al reino de Dios. Debido a ello se han roto las barreras del reino para copiar los esquemas mundanos. La iglesia actual sufre una crisis de valores, y ya no sabemos dentro de que reino estamos, porque todo lo que hay en el mundo ya forma parte del culto y de la estructura eclesiástica, a tal grado, que se han perdido los conceptos relacionados a la santidad, porque hemos convertido al Señor en nuestro siervo, a su iglesia en un mercado, y a los ministros en empresarios. Todo esto ocurre por no poner énfasis en los fundamentos del reino. Una vez que perdemos esta perspectiva, vamos a la deriva en la doctrina.

EL GRAN MANDATO DEL MAESTRO

          ¿Qué nos manda Jesús? Proclamar el reino (Mateo 10:7, 24:14), buscar la voluntad del jefe del reino (Mateo 6:10, 33), colocar los valores del reino en primer lugar (Romanos 14:17), esperar su venida, para que se establezca el reino perfecto (Juan 14:3, 14:18), estar dispuestos a sufrir desprecio y aflicción del mundo por ser diferentes (Juan 16:33), reconocer que estamos en el mundo, pero no somos del mundo (Juan 17:14). Si estas verdades prevalecieran, nunca se hubieras roto la barrera que nos hacía diferentes del mundo, porque si no entendemos el principio del reino, difícilmente entenderemos la santidad (Hebreos 12:14, 1 Pedro 1:6) y la diferencia que hay entre ser hijo de Dios, o hijo del diablo.


NOTAS

[1] – La palabra reino se utiliza para designar a aquellas unidades territoriales que se organizan bajo el poder de la figura de un rey. Definición ABC https://www.definicionabc.com/politica/reino.php

[2]– Para comprender bien este tema ¡es necesario investigar! El término “Reino de Dios” se encuentra 52 veces en el Nuevo testamento, “Reino de los Cielos” se encuentra 31 veces y la palabra “Reino” 138 veces. El Nuevo testamento habla de “las buenas nuevas del Reino”, el “Reino y la justicia de Dios”, del “Hijo del Reino” y de la “Palabra del Reino”.

Haz clic para acceder a reinodedios1.pdf

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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