DEFINIENDO CONCEPTOS- LA OBEDIENCIA DEL REBAÑO

Mario E. Fumero

          La vida de un rebaño de ovejas está estrechamente vinculada a la obediencia a su pastor, así como al cuidado que éste le dé. La razón de ello radica en que es un animal indefenso, de movimientos lentos, inocentes de los peligros y expuestos a muchos riesgos. El pastor debe enseñarle el camino a recorrer a la hora de salir a las praderas para pastar, porque existen muchos riesgos dentro del quehacer pastoral. Pero hay algo muy importante, y es el hecho que las ovejas, identifican a su pastor y le seguirán porque, éste siempre irá delante, marcando la ruta.

CÓMO DEBE SER UN PASTOR

          Se cuenta la historia de unos turistas que viajaban por Israel y el guía, al ver un hato de ovejas con su pastor les explico: “En estos terrenos áridos los pastorees van delante, guiando al rebaño a lugares donde haya pastos y agua, y las ovejas, fieles le seguirán a donde éste los lleve”. Y el grupo siguió su camino, de pronto los turistas vieron un hato de ovejas yendo por un camino, pero el pastor iba detrás de ellas, con una vara en la mano y le preguntaron al guía “¿por qué este pastor va detrás de las ovejas cuando Ud. dijo que siempre debe ir delante?” y el guía respondió: “porque ese no es un pastor, ese es el carnicero que las lleva al matadero”.

          El buen ministro debe seguir el modelo que el mismo Jesús estableció como norma de conducta pastoral. El maestro dijo “De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” Juan 10:1-4. Aquí se establece un vínculo profundo y personal de relación entre pastor y rebaño. El siempre entra por la puerta, no por detrás. En realidad, al entrar, las ovejas se alegran, y al verle y abrir el portón para salir al campo, van detrás de él sumisas y obedientes, y le siguen porque conocen su voz. Esta acción de seguirles, trasmite un mensaje de sujeción profunda basada no en una imposición, sino en una relación de protección y cuidado. Así que el buen pastor siempre va delante, marcando el camino, y solo se voltea para ver a las que se apartan, y en caso de que alguna se salga del redil, inmediatamente va en su busca, y la devuelve cargada en sus hombros, lo que demuestra cariño y protección.

LA SUJECIÓN PARA PROTECCIÓN

          En la Palabra, el principio de sujeción al pastor es básico e importante, siempre y cuando el pastor cumpla su deber de acuerdo a las enseñanzas bíblicas. Al respecto el apóstol Pedro dice “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. (1 Pedro 5:2-3). Notemos algunas expresiones del texto:

Cuidando; Es igual a proteger. Es el estar atento a sus necesidades, velando por los peligros que envuelven al creyente.

No por fuerza: Indica que no debe abusar del poder ni de la autoridad, ni usar la vara para maltratarla, sino para dirigirla, no por imposición, sino por amor y con gentileza. La autoridad no se toma, se gana con la entrega al rebaño.

No por ganancia deshonesta; Lo que establece que no las trasquilará en el invierno, ni les quitará la leche que le da a su cría. Que solo tomará lo que le sobre, o sea necesario, y que no las llevará al matadero. En otras palabras, no las explotará económicamente, poniéndoles más carga de las que puedan llevar.

No como teniendo señorío; esto es, no abusar de la autoridad y actuar prepotentemente, sino ejercer la misma conforme a los parámetros establecidos en la Palabra. La autoridad espiritual se fundamenta en el ejemplo y la entrega, y no en la imposición y chantaje. Ser sujeto no significa ser esclavo, sino ser partícipe del trabajo y de la obediencia a las normas bíblicas en amor.

          Un pastor no debe tratar al rebaño como si las tuvieran encerradas en un establo. Si las ovejas vivieran encerradas todo el tiempo, el ejercer un pastorado no tendría sentido, y en tal caso, sería solo un cuidador o vigilante, que se limitaría a darle la comida y el agua tres veces al día, y después, se va a descansar. En esta forma, el que cuida a las ovejas trabajaría menos y descansaría más, convirtiéndose en un asalariado, pero las ovejas, encerradas en un establo, terminarían atrofiadas, enfermas y morirían por falta de movimientos. Para que el rebaño sea sano y fuerte, se requiere que viva en libertad, pero bajo vigilancia y protección.

CUANDO LAS OVEJAS SE AISLAN

          Cuando en una iglesia el pastor aísla a sus ovejas, y las manipula, prohibiéndoles la relación con otros hermanos, y les anula algunas libertades básicas, ese pastor es un tirano, y su iglesia se convierte en una secta, cuyas ovejas están encerrada en un establo. El buen pastor no anula la libertad de sus ovejas, sino que la guarda del error, sin encerrarlas dentro de una óptica sectaria, aislándolas de la realidad de su entorno, por lo tanto, nada hace en secreto. Si las ovejas están bien alimentadas y cuidadas, difícilmente se irán del rebaño, y si esto ocurre, algo dentro del pastorado no funciona bien, y por la falta de conocimiento, se van detrás del mejor postor. No cabe duda que si el pastor ama a sus ovejas y cumple la palabra, ella oye su voz y le sigue,

EL CUIDADO DEL PASTOR

          El otro aspecto de la obediencia del rebaño al pastor radica en la responsabilidad que tiene el pastor respecto a cuidar a su rebaño. Recordemos que el pastoreo es una cuestión de familia. El hijo tendrá que darle cuenta al padre del rebaño. David, cuando era pastor de ovejas, cuidaba el rebaño de su padre (1 Samuel 16:11 17:34), y si algo pasaba, tenía que dar cuenta de ello. Es por ello que Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. Noten el término “como quienes tendrán que dar cuenta” lo que establece la responsabilidad sobre el cuidado y la salud del rebaño delante del Señor, que, en sí, es el dueño del redil, que es su Iglesia. El término “sujetaos a ellos” determina la actitud de la oveja a escuchar y seguir a su pastor en todo aquello que sea recto y correcto según la Palabra. Sin embargo, si el pastor se convierte en carnicero, y las quiere llevar al matadero, la oveja tiene todo el derecho a rebelarse. Recordemos que no toda rebelión es pecado, ni toda obediencia es virtud.

EL BUEN PASTOR NO PIERDE LAS OVEJAS

          Cuando un pastor sabe cuidar a sus ovejas, y éstas le conocen, no tiene miedo que se le vayan detrás de otro pastor o a otra congregación. Los que son del redil, permanecen en el mismo, siempre y cuando conozcan a su pastor. Esto me lo enseño cierta experiencia que tuve cuando vivía en España y viajaba de Córdoba a Barcelona. Circulaba cerca de Zaragoza, cuando de pronto vi a un rebaño de ovejas con su pastor a lado derecho de la carretera, y otro rebaño con otro pastor al lado izquierdo. Me detuve para que pasara el rebaño de la derecha a la izquierda. Entonces vi que el pastor del lado izquierdo saludo al que cruzo y comenzaron a conversar, mezclándose las ovejas. Impresionado, me quede viendo que iba a ocurrir cuando se separaran. Uno de los pastores compartió el botijo de vino con el otro, y después el pastor que estaba en el otro lado izquierdo cruzo al derecho, y el otro siguió su camino, fue entonces que vi que cada oveja siguió a su pastor, y estos no se preocuparon por ver si alguna se había ido con el otro pastor, lo que demostró dos cosas;

1°. Que las ovejas eran sujetas.

2°. Y que conocían a su pastor.

          Muchos pastores se dedican a conquistar ovejas de otros rebaños con ofertas alentadoras o programas especiales, y estas ovejas se van, dejando su iglesia y su pastor. La pregunta que hago al respecto es: ¿Por qué se van? Indudablemente lo hacen por dos razones:

1) Porque no tienen alimento sólido de parte del pastor.

2) Porque no conocen la voz del pastor, debido a que este más que pastor, es un empresario religioso, y no vive en medio del rebaño, o quizás tiene un rebaño tan grande que no puede controlar como es debido, o las ovejas no son ovejas, porque no han nacido de nuevo.

          Un buen pastor no tiene miedo de perder a sus ovejas, porque ellas le conocen, y él las cuida como debe de ser, con pastos verdes y gran dedicación.

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
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