DEFINIENDO CONCEPTOS- EL CÉSAR

Maro E. Fumero

          Muchos países latinoamericanos confrontan actualmente una convulsión política e ideológica que divide a los pueblos en dos bandos, volviéndose «nación contra nación y reino contra reino» (Mateo 24:7). No podemos negar que detrás de estas luchas ideológicas, se encuentra la ambición humana, una enfermedad muy grave que nace de la corrupción, y el deseo de poder de los políticos. 

IDEOLOGÍAS POLÍTICAS EN LA IGLESIA

          Lo peor de estas luchas ideológicas y políticas es su penetración en la iglesia Latinoamérica, la cual se encuentra en medio de una confrontación entre la izquierda y la derecha radical, y en ambos lados hay corrupción y lucha de poderes. Estos dos bandos están tratando de hacer que los líderes religiosos se definan hacia un lado, u otro, alegando que debemos combatir la corrupción y la injusticia, y de esta forma, tratan de obligarlos a emitir juicios respecto a una determinada ideología política. 

          Actualmente se está implementando la denominada «teología del reino ahora» o del «dominionismo», la cual acuña la utopía de que los cristianos podremos, desde una plataforma política, frenar la corrupción e impunidad existente en los gobiernos latinoamericanos. Esta corriente post guerra fría es contraria, pero similar en el fondo a la llamada “Teología de la Liberación” que floreció en Latinoamérica en la década del 70[1].

Ambas teorías (Una de izquierda y otra de derecha) ha tratado de empujar a los líderes religiosos a buscar posiciones políticas, para alinearse con uno u otro bando, lo que tristemente afecta la unidad del cuerpo de Cristo, ya que se ignora que la iglesia es «un reino dentro de otro reino», y al tratar de tomar partido, con el cuento de que podemos evitar la corrupción y el dominio del hombre de pecado, son seducidos muchos líderes al juego político, acariciando una idea imposible de lograr por medios humanos, a menos que haya un cambio interior, el cual se evidencie  externamente. Esta corriente de politizar la iglesia origina conflicto divisionista, que nos desvía de nuestra misión esencial, que es proclamar el nuevo nacimiento y la vida en Cristo, cayendo en la trampa de hacerle el juego a los esquemas de este mundo. 

JESÚS Y EL CÉSAR

          Quiero analizar seriamente el pasaje bíblico en donde Jesús habló del «César»[2] en relación a una pregunta capciosa, que le hicieron los religiosos de su época, para ver de qué lado se inclinaba, en el aspecto político (Mateo 22:15-22). Ellos le mostraron una moneda y preguntaron: ¿A quién deberíamos dar tributo? Tenemos que entender el espíritu de la pregunta de los fariseos, y tomar en cuenta el marco histórico de la misma. Los fariseos querían tenderle una trampa a Jesús, para acusarlo delante de las autoridades romanas o religiosas. Si Jesús decía que sólo hay que darle tributo al César, se estaba identificando con el dominio extranjero, el cual era un sistema injusto, cruel y despótico, implantado por el imperio romano, y le podían acusar de traidor a su pueblo. Si Jesús decía que había que dar tributo a Dios, entonces lo acusaban delante de las autoridades romanas de no respetar al imperio, y ser sedicioso. Así que esta era una pregunta de esas que, como quiera que te pongas, tienes que llorar. 

          Pero Jesús conocía la mente de quienes le interrogaban (Juan 2:25), y su hipocresía (Mateo 22:18), y pidiéndoles una moneda, hizo una sencilla pregunta: «¿De quién es esta imagen, y la inscripción” (Mateo 22:18) ellos afirmaron “De César”, entonces Jesús declaró que hay que dar a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César, ¿definiendo de esa forma su posición en relación a su reino?  

          Analicemos ahora quién era el César, y para ello debemos tener una noción mínima de la historia de la época de Cristo. Si tuviéramos que definir al «César» y el gobierno romano en términos modernos, podría afirmar que era un tirano, dictador y despótico, que, aunque tenía un senado, él manejaba todo el imperio como un soberano, con poderes absolutos. Por eso se le decían «Kyrius», que significaba un “Señor, soberano» considerado casi un dios.

LA IMPORTANCIA DE LA HISTORIA BÍBLICA

          Debemos enfocarnos «dentro del marco histórico del momento, y entender que el imperio de Roma era un sistema completamente corrupto, donde reinaba la depravación, traición, conspiración y hegemonía. Incluso el territorio de Israel estaba bajo el dominio de los romanos, que reprimieron cruelmente los derechos de los judíos, aunque les permitieron funcionar desde el punto de vista religioso.  

          Mucho antes que los romanos conquistaran Israel, hubo brote de rebelión contra otros imperios, como se relata en la historia de los Macabeos[3]. En la época de Jesús, había un movimiento subversivo o «guerrillero» contra el invasor romano, llamado los «zelotes»[4].  Ubicándolos en este marco, es bueno reflexionar sobre cuál era la posición de Jesús en torno a la situación política de su época.

          Él no tomó una posición ni en contra, ni a favor del dominio del César, aunque si condenó radicalmente todo tipo de violencia (Mateo 5:39, 26:52). ¿Por qué Jesús fue tan indiferente a la realidad política de Israel? ¿Qué le impidió a Jesús definirse contra un sistema opresor? ¿Por qué no reprochó el dominio político, pero sí reprochó en el capítulo 23 de Mateo a los líderes religiosos de su época llamándoles hipócritas, víboras, ciegos, etc.? ¿Irrespetó Jesús a Poncio Pilatos, pese a que lo juzgó injustamente? 

EL CONCEPTO DE REINO PREVALECIÓ

          Las respuestas la encontramos en las enseñanzas de Jesús en torno al concepto «REINO». Su ideal no era cambiar un sistema mediante una lucha política, sino cambiar a los hombres dentro del sistema, para forjar un reino dentro de otro reino (Juan 18:36), sabiendo que este reino tendría que subsistir bajo el dominio del príncipe de este siglo (Juan 14:30), hasta que él volviera otra vez para hacer justicia. El emperador de Roma representaba el dominio político, y el Reino de Dios fue establecido por Jesús, y se llama la Iglesia, la cual está en el mundo, pero no es del mundo (Juan 17:14-16).  

          Partiendo de esta premisa, las preguntas que haría son: ¿Cuál debe ser la posición de los líderes religiosos frente a los conflictos políticos que vive América latina? ¿Qué ocurre cuando en nuestras congregaciones hay de todas las tendencias políticas, y como líderes, nos inclinamos a favor de alguna de ellas? ¿Y cuál de los candidatos reúne todos los requisitos morales, para considerarlo un hombre íntegro y honesto? ¿No es de hecho la corrupción un mal endémico e histórico, que cada vez se hace más gigante? ¿Acaso el imperio romano no violaba todos los derechos humanos dentro y fuera de su dominio? ¿No se le violentaron todos los derechos a Jesucristo a la hora de juzgarlo, cometiéndose una injusticia? ¿No fueron víctima todos los apóstoles de cárceles, persecución y condena? ¿Se manifestaron para denunciar los abusos del sistema, o más bien transformaron con su ejemplo el sistema? Díganme, ¿Hubo algún rey de Israel que durante el gobierno de los reyes no se hubiese corrompido, aunque después se arrepintiera? ¿Es compatible la violencia con el evangelio?

           Como iglesia, debemos proteger, auxiliar y dar de comer a los marginados, y establecer en nuestro entorno ese mundo ideal que proponen los ideólogos, pero que solo puede existir cuando estamos impregnados del verdadero amor, que nace de una experiencia con Dios.

          Debemos definir el concepto de «REINO», para ubicarnos en estos tiempos de convulsión ideológica, las cuales presagian el cumplimiento profético de la manifestación del hombre de pecado (2 Tesalonicenses 2:3).


NOTAS

1]– En L.A. esta corriente floreció en la época de la Guerra Fría.  Su máximo expositor fue un sacerdote católico, Leonardo Boff y se denominó “Teología del Cautiverio y de la liberación” y es contraria a la del Reino. Editado por Ediciones Paulinas, 1975.

[2] César (en latín caesar) fue un título imperial. Deriva del cognomen de Gaius Iulius Caesar («Cayo Julio César») El inteligente gene-ral,   cónsul  y dictador  (nombrado por el Senado) romano que fue asesinado durante los idus de marzo de 44 a. C. La transformación del nombre familiar César en un calificativo imperial puede ser trazada desde el 68 (el llamado año de los cuatro emperadores); a principios del siglo IISuetonio escribió las Vidas de los doce césares (De vita XII Caesarum), en las que describe las biografías de Cayo Julio César y los once primeros emperadores roma-nos   (hasta  Domiciano).  https://es.wikipedia.org/wiki/César_(título 

[3]-Los Macabeos (en hebreo, מכבים oמקבים , Macaban) fue un movimiento judío de liberación, que luchó y consiguió la independencia de Antíoco IV Epífanes, rey de la helénica dinastía seléucida, sucedido por su hijo Antíoco V  Epatar. Los macabeos fundaron la dinastía real asmonea, proclamando la independencia judía en la Tierra de Israel durante un siglo, desde el 164 al 63 a. C y se les consideraba mártires de la liberación. El término macabeos para designar al ejército de Judea proviene del apellido de Judas, cuyo significado es ‘martillo’. El levantamiento fue jalonado por una serie de varias batallas; mediante ellas las fuerzas macabeas ganaron reputación en el ejército sirio debido a sus tácticas de guerrilla. Tras la victoria, los macabeos entraron triunfantes en Jerusalén, realizaron una limpieza ritual del Templo, restableciendo los servicios tradicionales judíos e instaurando a Jonatán Macabeo como sumo sacerdote. 

[4] -Este movimiento, no mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6 después de Cristo (Hecho 5.37) “Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en paz de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados”. Fue considerándose el sucesor espiritual de los macabeos.

Su resistencia no se basaba sólo en acciones armadas, sino que promulgaban una serie de doctrinas subversivas, jamás hasta ese momento proclamadas, que les dio muy pronto a sus miembros una coherencia de principios y de unidad. El movimiento partió de Galilea, aunque la mayor agitación por el pago de los impuestos se produjo en Judea y luego subió hacia el norte. 

Acerca de unidoscontralaapostasia

Este es un espacio para compartir temas relacionados con la apostasia en la cual la Iglesia del Señor esta cayendo estrepitosamente y queremos que los interesados en unirse a este esfuerzo lo manifiesten y asi poder intercambiar por medio de esa pagina temas relación con las tendencias apostatas existentes en nuestro mundo cristiano.
Esta entrada fue publicada en Articulo, Conceptos, Mario Fumero. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.