Mario E. Fumero
Hoy se está discutiendo en el congreso de la nación la aprobación de una ley sobre educación sexual para las escuelas, y se afirma que dentro del currículo de la misma se va a implantar en los centros educativos un proyecto de educación sexual que busca prevenir el embarazo de niñas y los problemas generados por la falta de una correcta educación en esta área.
Este plan de estudios sobre sexualidad debe ser consensuado con todos los padres de familia, así como con expertos en la materia, ya que corre el rumor de que el mismo contiene un método de adoctrinamiento explícito que tratará de llevar a los niños a una sexualización que incluya la ideología del género, la cual avala prácticas tales como la promiscuidad y masturbación, la existencia de muchos géneros, y mediante estas clase enseñarle a los niños en rebelarse contra los valores aprendidos en su casa. Es por ello que tanto los maestros como los centros privados y públicos deberían ser consultados para poder determinar si esta educación sigue un plan biológico o ideológico.
No cabe duda que los organismos internacionales, mediante el chantaje económico y político, están abiertamente promoviendo todo tipo de conductas que promuevan las ideologías que puedan frenar el crecimiento de la población, y apoyados en teorías absurdas, tratan de implementar a través de legislaciones impositivas todas estas barbaridades y no cabe duda que llegará el momento en que prohibirán la existencia de aquellas organizaciones provida y Profamilia, censurándoles, como ya lo hacen en las redes sociales, en donde toda defensa a los valores tradicionales de la fe cristiana son anulados y censurados. Es visible el hecho de que las Naciones Unidas está preparando el terreno para que todo lo que es ideológico se convierta en jurídico, anulando lo biológico y lógico.
¿Qué pueden hacer los padres para frenar el adoctrinamiento de nuestros hijos con estas ideologías que promueve la promiscuidad? La Constitución de la república establece que los padres son los tutores de los hijos. Lógicamente que el estado no puede interferir en los valores tradicionales de la familia, porque si tal cosa hace, estará estableciendo una dictadura ideológica que anula la libertad de conciencia y el derecho a expresar opiniones adversas. Debemos aclarar que toda ideología entra al campo de la filosofía, pues es una idea que para la persona que la promueve puede ser lógica, pero para otros no. Las ideologías son ideas propias con argumentos filosófico, pero sin fundamento científico, y no puede ser impuesta, porque tenemos el derecho a disentir, además, sus argumentos no pueden ser demostrado científicamente, y en el caso de la sexualidad coma la ideología del género rompe todas las leyes biológicas establecida en la misma naturaleza, porque la Biblia dice que Dios nos creó hembra y macho con el fin de la procreación, y aunque eliminemos a Dios de este panorama, toda la naturaleza nos revela que para la procreación y subsistencia de toda especie, se necesita ambos sexos.
Negar lo científico no solo sería una aberración, si no una actitud ilógica y descabellada. Los legisladores tienen que pensar muy bien cuando van a emitir una ley no actuar como que fuera dios, anulando lo natural para establecer lo que es contra natura.
La educación pública y privada debe establecer valores morales y cívicos sin mezclarlos con ideologías políticas o filosóficas. La orientación sexual de las personas está determinada por la naturaleza y no por un manual de enseñanza determinado, ni tampoco por una ley que adopten los gobiernos. Es un deber de los padres de familia conocer el currículo de la enseñanza sexual que le dan a sus hijos, la cual no puede romper los principios de la familia y de la fe religiosa que tienen las personas. Al ser el estado laico, debe actuar apegado a los valores tradicionales y naturales, no usurpando el papel de Dios para adoptar medidas contrarias a todo aquello que rompe las leyes científicas y tradicionales de una sociedad. Aunque es cierto que el estado es laico, los que lo componen tienen diversas ideologías y creencias y por lo tanto, deben de ser respetados. Una idea no se puede imponer sobre otras, anulando la libertad de conciencia y el libre albedrío, por lo cual los padres de familia tienen el derecho de defender sus valores y determinar que la sexualidad no es un problema del Estado, si no de la familia, determinado por la misma naturaleza y las leyes biológicas las cuales si se deben enseñar.
Revisemos muy bien este manual de instrucción de educación sexual integral y defendamos nuestros principios, y como líderes religiosos, preparemos a los miembros de nuestra iglesia para que ejerzan una influencia positiva en la formación moral y sexual de nuestros hijos frente a toda esta avalancha de ideas absurdas que por medio legales se nos quieren imponer. El Señor nos ayude.
Unidos Contra la Apostasía 