LOS PERROS NO AMAN A SUS HERMANOS -V-
Vicente Quiñones Aponte
«En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Juan 13:35) Una de las características más sobresalientes de estos falsos hermanos (los perros) es que no pasarán la prueba que Jesús establece en Juan 13:35 (“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”). No pasarán la prueba del amor. Y no la pueden pasar por una simple razón; porque no tienen el amor de Cristo en sus corazones («Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros» Juan 5:42). Dios es recto y justo pero también es misericordioso. Estos falsos hermanos pretenden ser los más rectos y justos como los fariseos y otros religiosos, pero se olvidan de lo más importante: el amor y la misericordia (“Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” Mateo 12:7). En este verso del Antiguo Testamento Jesús esta citando al libro del profeta Oseas en el verso 6 del capítulo 6 cuando dice: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos”. El Señor indica en dicho verso que su deseo es que su pueblo lo conozca a El. Que no se conforme a rituales que aunque fueron diseñados para acercar al pueblo a Dios, no son el objetivo final sino el medio. Si consideramos lo que Jesús dice a los fariseos en el verso antes mencionado (Mateo 12:7) notaremos que Jesús indica que estos religiosos usaban como pretexto el que se cumpliera rigurosamente las leyes y ritos para condenar a personas que tal vez o de seguro no conocían lo que significaba dichas rdenanzas o cómo el cumplimiento de las mismas los acercaría a Dios.
Estos religiosos manipulaban la aplicación de la Ley para controlar al pueblo y ejercer poder sobre él. El deber de los líderes de la iglesia es el de guiar al pueblo de Dios en su búsqueda por conocer a Jesús y acercarse a Dios por medio de El. Cuando dichos líderes utilizan su autoridad para manipular a los creyentes, quienes quieren acercarse a Dios, y usan de reglas y ordenanzas para controlar las vidas de los creyentes, seguramente que están siguiendo su propia agenda y no la de Cristo. La Palabra de Dios nos enseña que: “….y donde está el
Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). Estos falsos “hermanos” no aman a sus hermanos pues son como los describe el apóstol Pablo “Amadores de sí mismos” (2 Timoteo 3:2). Ellos son por naturaleza egoístas y buscan su propia gloria. Ellos tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella (2 Timoteo 3:5). La Palabra de Dios nos enseña que estos falsos religiosos andan en tinieblas (“El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas” 1 Juan 2:9).

